Me aseguré de que no hubiese nadie necesitándome, y emprendí mi búsqueda de la verdad.
<<Ok, todo empezó cuando trabajaba en esa horrible oficina>>
Al subir el último escalón, podía ver ese escalofriante lugar frente a mí. Me detuve unos instantes observando alrededor. Avancé hasta intentar entrar, pero... ¡Estaba cerrada con llave! <<Tendré que pensar un plan B>>.
Recorreré cada pasillo, cada oficina y cada baño... Hasta encontrar una pista de que Atilio estuvo ahí. Aunque deba poner a prueba mi coraje.
<<Pensemos>> Comencé a reflexionar en voz alta ¿Cuál es el indicio que deja una persona al pasar por un lugar?
Pisadas, calor, pelos, huellas, olor. ¿Cómo saberlo? Buscaré esas cinco pistas, entonces.
Parecía una tarea difícil. Aquí hay poco mantenimiento y hay mucha tierra en el suelo. ¿Tierra? ¡Será fácil hallar huellas!
Afinando la vista, veo varias pisad
Una vez más tranquila, salimos del municipio con Fabio, que me invitó a la cafetería para desayunar.- Creo que todo esto es demasiado para ti. Si es mucho trabajo, deberías decírmelo y vemos de que otra forma lo solucionamos - Dijo Fabio, preocupado por el episodio de desmayo.- ¡No! Esto nada tuvo que ver con el trabajo. Entiende que nadie me pidió que subiera, lo hice por mi cuenta. Sí me gusta trabajar aquí. No me quites esa posibilidad.- ¡A eso también me refiero, Di! ¡Estar cerca de ese piso te hace daño y no lo notas! Te ruego que no te acerques más ahí, con lo de hoy espero que entiendas que puede ser peligroso.- Debes creerme - Insistí - Lo vi. A Atilio... Esta vez me cargó y dejó su olor - Asomo mi brazo hacia él para huela - ¿Cómo explicas eso?- Si tú lo dices, te creo - Me sonríe de una forma que vuelve a cautivarme - Pero te prohíbo subir sola de nuevo hasta ahí - Saca el teléfono y atiende una llamada - ¿Sí?... Ok, enseguida voy (corta). Per
Vuelvo a tener sentimientos encontrados. ¡Es tan fuerte lo que viví esta mañana! El encuentro con Atilio, esa visión del pasado, ver a Fabio con Jimena, y que un planteo inofensivo lo moleste al punto de que decida no estar más conmigo.Siento somatizar mi estrés. Tengo urticaria en mis brazos, abdomen y piernas. La frente con sarpullido.Daniela me ve rascando mis brazos.- ¡Diana! ¡Ya para! ¡Mírate cómo tienes los brazos! - Me detengo y quedo impresionada al verme los rasguños que yo misma hice, sangrando. <<¿Cómo no pude notarlo?>>- ¡Maldición! Tendré que tomarme un antihistamínico.- ¿No será algo que comiste y te cayó mal? - Pregunta Daniela.- ¿A qué te refieres? ¿A los brownies de la vecina?- Tú lo dijiste, no yo.- ¡No empieces con tus teorías conspirativas!- Como digas. Igual, debo darte esta información por si cambias de opinión. Erick la vio cargando maletas. Al parecer se fue de viaje por el fin de semana...
Estamos los tres parados ante la casa de Beatriz, la misteriosa vecina nueva.No sabemos precisamente qué es lo que venimos a buscar. El portón está cerrado pero no tiene candado, así que lo abrimos fácilmente y ya nos encontramos en el patio delantero.Las persianas están cerradas. No se puede ver hacia dentro. Desde el momento en que ingresamos a su propiedad, Erick comenzó a filmar.- ¿Qué dicen? ¿Vemos qué hay por atrás? - Preguntó Daniela.- ¡Adelante! - Acepta Erick.Yo voy detrás de sus pasos, vigilando a cada rato por si alguien nos descubre.- ¿Qué tenemos por aquí? - Erick se acerca y filma un enorme cesto negro de residuos.- ¡Diu! ¡Qué mal huele! - Se asquea Daniela.- A ver, ábrelo - Ordena Erick.- ¿Por qué yo? - Rezonga Dani.- ¡Sólo... Hazlo! - Le insisto.- A ver... - Levanta lentamente la tapa a propósito, para dar un ambiente de intriga en el vídeo - Cha, cha, chan... - Termin
- Perdón la insistencia, pero sería mejor que nos vayamos ahora mismo. Ya anocheció y descubrimos suficiente - Propuse. Pero ninguno se veía convencido.De pronto, quedamos estupefactos al escuchar el sonido de un coche entrando a la casa.- ¡No puede ser! - Gritó Erick sujetando su cabeza.- ¡Debe ser una broma! - Dijo Daniela mirando a todos lados desorientada.- ¿No era que se iba por todo el fin de semana esa mujer? - Les recrimo mientras intento pensar en cómo escapar de ahí.-¡Escuchen! ¡Tenemos pocos minutos! Salgamos por la puerta trasera y nos escondamos detrás de ese depósito - Ordenó Erick, y los tres nos echamos a correr hasta aquella puerta.La abrimos intentando hacer el menor ruido posible, y una vez afuera, una vez que nos aseguramos no ser vistos, corrimos despavoridos hasta la parte trasera del depósito.Olvidamos el detalle del temible perro. A penas detectó los sospechosos movimientos, comenzó a ladrar
El corazón me latía rápidamente. Con los dedos temblorosos, respondí el mensaje. "¿Quién sos?" Escribí, y aguardé la respuesta.Pasaron cinco minutos, aún seguía en el baño esperando ansiosa un mensaje que nunca llegó. <<De seguro es un idiota que me está tomando el pelo>>.Pensé en el día que me esperaba mañana, y en que era muy probable que vea a Fabio en el festival. No pude contenerme. Dejé mi orgullo de lado y le escribí."Qué oportuno de tu parte jugar conmigo y DEJARME ATRÁS, justo en el primer momento en que se aparece la mujer que siempre deseaste. Culpar a los demás es más fácil ¿No?"Transcurrieron dos minutos, y la respuesta llegó: "No es así, Diana. Debemos hablar nuevamente. Te veo mañana en el festival."Fue un mensaje contundente que no dio lugar a más conversación. Pero por otro lado me daba una luz de esperanza: Al menos tiene intenciones de tener una charla conmigo.Salí del
- ¿Y por qué estamos tan seguras que no es Beatriz la que nos envía estos mensajes? Podría ser ella, que nos haya descubierto y se esté divirtiendo con nosotros - Daniela sospecha que la vecina supo la verdad de inmediato. Es algo que también se me pasó por la cabeza.- Por la forma de escribir. No parece que viniese de alguien como ella...- A ver, muéstrame los primeros mensajes - Le cedí el teléfono a mi hermana y, por su expresión, creo que algo descubrió. Levantó la vista hacia mí, y se preparó para decirme algo.- Diana, estos mensajes no son para ti... ¡Son para mí!- ¿Qué cosas dices?- Creo que descifré el acertijo... Aquí hay nombres ocultos, y si es lo que pienso...- ¡Ya! ¡Dime de una vez!- Escucha: "Dos pies que vinieron, dos manos que abrían, los descubrieron". "QUE VIN...ieron. Dos manos que aBRIAN" - Trataba de entender las palabras de mi hermana, pero realmente no podía.- ¿Y? - Aguardaba una mejor explicación. Ella suspira y prosigue.
Día de San Valentín.Coloqué el preciado objeto de nuestros persecutores en la mesa de luz, antes de acostarme a dormir.El sueño me venció, y creí dormirme de no ser porque el más mínimo ruido me hacía abrir los ojos nuevamente. El goteo de una cañería, un búho sobrevolando el techo, el sonido de un gato trepando el árbol, el crujido de una madera.Creo que cambié de posición en la cama unas treinta veces. Finalmente, logré conciliar el sueño pero éste se volvió extraño y turbio.- ¿Qué crees que haces? - Recrimina una persona mayor, que está frente a mí en la puerta. Con la oscuridad, no alcanzo a verle bien. Yo sólo observo. No me sale la voz.- ¿Te das cuenta con quién te estás metiendo? ¡Esa gente es peligrosa, Gina!El sujeto se acerca más, y por un rayo de luz que atraviesa la ventana, logro ver que se trata de una mujer.- ¿No vas a hablarme? - Se acerca aún más. Me sorprende el parecido con mam
Todo esto cada vez se vuelve más extraño. ¿Por qué di por hecho que Nancy murió al arrojarse del tercer piso? Si antes quería saberlo todo, ahora necesitaba aún más. Leopoldo seguía en frente mío, gustoso de contarme lo que sabía.- Hay cosas que necesito confirmar. ¿Nancy tenía una gemela? - Pregunto intrigante al hombre que parece saberlo todo.- Sí. Si no mal recuerdo Beatriz es su nombre. Puedo decirte que eran dos polos opuestos. Nancy sería como una especie de "doppelgänger" o la gemela malvada. Fría y calculadora. Bea a diferencia de su hermana es atenta, desinteresada y muy cortés.- ¿Está seguro de eso? - Después de las conjeturas que escuché de Beatriz y el sueño que tuve, parecía que no me hablaba de la misma persona que había conocido.- Oh, sí. De todos modos, se fue del pueblo hace años y quién sabe. La gente cambia. Sólo puedo describir la versión de ella que conocí.- Ella volvió, Leopoldo... Está viviendo cerca de mi casa.<