¡Otra Mujer!
Durante el almuerzo, que compartían con Lorain, Delay y Becker Missie ignoró el mal humor de Juanne. Estando con todos compartiendo la mesa le dijo:
–Voy a quedarme a trabajar en Texas por un tiempo, pero no aquí en el rancho–Juanne ni siquiera alzó la cara –. Recibí una propuesta de tutorías para los jóvenes recién graduados del país que van a formar parte del laboratorio aquí en Texas.
–¿Va a trabajar con el alcalde Monroe? –le preguntó Becker y su ojos saltaban del rostro de Juanne al de Missie tratando de pillar alguna mirada delatadora sobre el cometido de la conversación.
–Con él, no. Voy a trabajar con un grupo de 16 estudiantes de las mejores universidades del país. Asesorándoles en el laboratorio que se está creando para la región, al me
¿Quién es ella?Missie, pasó una noche incómoda con las palabras que le dijo Juanne en su mente. Bajó temprano a las caballerizas para pasear un rato, cuando estaba a punto de salir a las cominerías Juanne la detuvo:–Missie , ¿no llamaste a juanne anoche?–Disculpa, llegué bastante cansada y lo olvide… En cuanto regrese lo voy a llamar, ahora…Delay la atajó sin dejarla terminar.–Missie, la señora Elizabeth Leanders tuvo un accidente con su auto en Toronto, esta delicada.Missie palideció.–Pero, ¿cómo sucedió eso? –sus pensamientos se desordenaron ante esa noticia.–Puedes irte ahora mismo Missie, ya te arreglamos todo, puedes irte ahora mismo al aeropuerto. Toma –le entregó el boleto de avión–. Ve a cambiarte. Un r&
¡Extrañándote!Juanne estaba dentro del ascensor y ella le llamó, se volvió lentamente, pero casi la tropieza pues ella tenía la llave para que el ascensor bajara. Lo miró directo a los ojos. Desafiante.–Estoy esperando tu respuesta –le dijo con los puños apretados.Juanne Palideció al ver que Missie arqueó su ceja izquierda y chasqueó su lengua, mal indicio para él, la última vez que oyó aquel chasquido tan cerca fue instantes antes de sentir una sonora cachetada. Instintivamente se llevó la mano a la mejilla.–No puedo decírtelo si me miras así, parece que me vas a golpear. ¿Acaso lo harás de nuevo? –le dijo acariciando su mejilla.Missie bajó un poco el tono, tranquilizándose a medias, pues recordó también aquella noche de fingida embriaguez.–Entonces dime quién carrizo es esa mujer hermosísima a la que andas mirando últimamente. ¿Quién es ella? –repreguntó calmada.–¿Crees qué podría estar viendo a otra mujer t
¡La mamá Canguro!Juanne enserio su cara.–Te dije que tuvieras cuidado con él ––le dijo Juanne, apretando la mandíbula y sus dientes–. ¿Fuiste capaz de pedirle que te viniera a acompañar?–¿Me crees capaz de hacer eso? –le pregunto, arqueando su ceja.–Bueno, no sé. ¿Qué puede estar haciendo aquí? Seguramente esta siguiéndote. –le refutó Juanne.–Pues no Juanne, sinceramente yo fui la primera sorprendida. Pero si no me crees… –Se levantaba con la llave del ascensor levantada –. Sabes lo que tienes que hacer.Juanne salvó el espacio que los separaba y la tomó entre sus brazos para besarla tiernamente mientras le decía:–Yo también te extrañaba demasiado –Missie miró sus ojos tan neg
¡Una prueba más!Missie regresó al rancho un mes después de la operación de Elizabeth Leanders. Lois Vincents y Naty se quedaron a cuidarla durante la recuperación.Llegó junto a Dereck y Nahomy. Juanne los recibió complacido. Sobre todo porque Missie corrió a sus brazos en cuanto entró por la puerta. Se abrazó ante todos y le plantó un largo beso en la boca.Mamá Tulia se acercó y separándolos les dijo:–Muchachos, ya tendrán tiempo para esos esos besos. Ahora déjeme que la vea. Usted esta demacrada señorita Missie. Eso parece un varón, por su aspecto tan pálido.Missie se rió por un rato. Pero la vieja cocinera se puso seria.–No me diga que usted todavía no sabe que está embarazada, señorita Misssie.La muchacha volvió a reír y le dijo:–Mamá Tulia, aún no les traeré a un jovencito Juanne al rancho. Pero más adelante tendré el agrado de hacerlo.–No señorita, yo no tengo estas
¡Dónde está Missie!Juanne bajó a recibir a los visitantes que venían a traer a Missie. Pero se encontró con una brigada especial de la policía y el alcalde Monroe.–¿Dónde está Missie? –les dijo–. Pensé que venías a traerla.–Cuando veníamos, un auto se atravesó y me obligó a detenerme, eran como diez hombres armados y varios autos. Me obligaron abajar de mi carro y se la llevaron. Los guardaespaldas llamaron a las autoridades y aquí están. Al parecer es un secuestro. –Explicó GordonJuanne lo tomó por la solapa y le gritó:–Si tú estás involucrado en esto, ¡te juro que te mato, desgraciado!Los detectives separaron al hombre de Juanne.–Por favor tranquilícese. Estamos investigando, al parecer son forasteros. Esperaremos a que se comuniquen con usted.Los detectives se quedaron en la puerta del rancho mientras que Juanne y el alcalde Monroe subieron al despacho.Después de un largo rato, Juanne le pregu
Mi Yuvan... ¡Vas a ser papá!Ella tomó el sobre con el resultado, y fue abriendo los ojos de a poco, se secó las lágrimas que no la dejaban ver y antes de abrirlo vio que Juanne estaba llorando. Acarició su rostro con el dorso de la mano, luego secó sus lágrimas y le dio un beso en cada mejilla. Después aspiró aire con fuerzas.El doctor salió y arrastró con él a mamá Tulia y a Eva que estaban en la habitación.Missie desdobló aquél papel y lo leyó, después lo apretó contra su pecho y lloró en silencio por un rato. Buscó los ojos de Juanne y le dio un beso suave en la boca, su mirada tenía un brillo diferente. Sonrió tiernamente mientras le decía bajo:–Mi Yuvan... ¡Vas a ser papá!Andrea llegó temprano para saber sobre la salud de Missie. Subió al cuarto de la muchacha después de que Laye, la nueva acompañante de Missie le notificó de su visita.–Pasa Andrea –le dijo Missie.–Ah, ¡Felicitaciones futura mamá
¡Esta relación es de dos!Missie se emocionó tanto al ver a sus padres llegar al rancho.–¡Mamá, qué bueno ver que te estás recuperando tan pronto! ¡Estoy feliz de que hayas podido venir! –dijo Missie.–¡Estoy feliz de verte hija! ¡Y más feliz de ver lo hermosa que estas con tu bebe en camino! –Le dijo su madre muy emocionada.Juanne se acercó y sonreído saludó:–Señora Leanders un gran gusto tenerla aquí, y que además se le vea tan bien.–¿Eres el joven que ha conquistado el corazón de mi hija? –Elizabeth Leanders le preguntó sería y prepotente?Lois Vincents oyó el tono alto de su ex mujer y se acercó hasta ellos.–Elizabeth él es Juanne Martins, ya te había hablado de
“Helen Heminway”Elizabeth Leanders que estaba cerca oyó la conversación y preguntó.–¿Helen Heminway? ¿La chica de los ojos esmeraldas?–¿Conoce usted a Helen Heminway? –le preguntó Juanne–Entre las mujeres que administraba Roland, en la agencia de modelajes ese nombre era muy conocido.–Eso suena bien. Sé que ella estaba en un atelier y modelaba para los clientes. Quizás se especializó y siguió su carrera –dijo Juanne.Elizabeth rió en forma irónica para luego decir:–¡No, no te ilusiones tanto! La empresa de modelaje del desgraciado de Roland Giüre era una pantalla para trasladar las chicas a cualquier parte del mundo. Es una pena decirlo, pero es la realidad. El era un traficante de mujeres. Y ese nombre era muy conocido. Es una linda chica de ojos color esmerald