¡No puedo perdonarte!
Missie volvió a acostarse, se abrigo y cuando se posaba sobre su almohada, un alguien se metió en su cama y la tomó por la espalda, le pasó sus brazos por el cuello y le tapó su boca contra su mano grande y fuerte. Missie sintió pánico ante aquella persona fuerte y alta que le apretaba contra su cuerpo. Tembló de miedo y estaba a punto de desmayo, se armó de valor y forcejeó tratando de soltarse, sin lograr nada por lo fuerte de aquél abrazo, entonces ese alguien la volteó hasta tenerla mirando al tecno y se posó sobre su cuerpo. Missie se quedó sorprendida ante la mirada oscura y llena de luz de Juanne Martins.
–¡Siiip! No vayas a gritar –le dijo en un susurro y sonriéndole completó la frase –. ¡Soy tu visita de medianoche!
Missie, se revolcó entre sus brazos, con ira y fur
¡Hermosa e inteligente es igual a explosiva y peligrosa!Juanne recibió la llamada antes de entrar al estudio, le anunciaron que había un representante gubernamental que estaba preguntando por la señorita Missie Vincents. Él lo dejó pasar, era normal que la solicitaran por lo del informe para la documentación requerida en Toronto. Eso fue por lo que ella regresó a Texas. Cuando bajaba a recibir al ente gubernamental, Missie iba saliendo y fue bastante sorpresivo el hecho de que era el mismísimo alcalde de la región quien estaba allí en el rancho, pero más sorprendente fue que ni siquiera se acercó a saludarle como propietario del rancho, sino que estaba allí para llevarse a Missie. Juanne quedó echando chispas de rabia al verla subirse a aquél auto.Missie se alejó sin siquiera voltear a verlos y Juanne se quedó mirando cómo se alejaba aquél auto, llevándose consigo a la mujer que amaba.Becker se giró y vio que Juanne no pudo disimular su molestia,
¡ La Patrona!Juanne la levantó y la llevó cargada hasta su habitación detrás de la biblioteca de su despacho. La posó en la cama. Missie se resistió un poco, pero no pudo ante la fuerza del muchacho.Ella trató de evadirse por el lado contario, pero él la asió por la cintura y la atrajo hacía sí y le dijo muy bajito:–Sólo quédate a mi lado esta noche Missie, por favor –Y cayó sobre su almohada, durmiéndose de inmediato. Pero se mantuvo sujetándola en un abrazo que ella no pudo zafarse. Se volvió un poco él estaba totalmente dormido, sus facciones estaban aun endurecidas y su mandíbula apretada.Pasó la mano por su rostro en una conmovida caricia, mientras en voz baja le decía:–Te exiges demasiado Juanne Martins, mírate ojeroso, molesto, ¡vas a envejecer pronto si sigues así! Te ves cansado, mi Juanne –él fue soltando de a poco la expresión de su rostro. De forma incómoda por lo apretado de su abrazo, llegó a la he
¡Promesa y juramento!Missie le siguió insistiendo para que se comiera el caldo y se acostara a dormir por las indicaciones médicas.–Voy a esperar que termines y te duermas –le dijo.–¡Esta bien. Cumpliré sus órdenes, ¡mi dulce y bella patrona! –le bromeó Juanne, por lo que le informó Delay y Lorain.Ella se sonrió un poco, pero la verdad sentía pena por haber hecho eso delante de los rancheros y los trabajadores.–No era mi intención que lo vieran de esa forma… No quiero que piensen que…Juanne no la dejó terminar de hablar la beso en los labios con mucho amor y pasión. Missie se abrazó a su cuerpo y le metió las manos por entre el suéter que tenía puesto apretándose a él.–Espera, mi dulce Yuvan, tienes que comer y dormir.Juanne se sentó a comer el caldo.Delay se asomó al cuarto.–Permiso, necesito un favor.–Pasa hermano, ¿qué sucede?–No nada. S
¡Sin trampas!Juanne recordó con tristeza la forma en que sus padres biológicos les mostraban su amor y cuidados desde que su memoria los recordaba. Les mostraron siempre las cosas de la mejor forma sin tener que dañarlos ni física ni emocionalmente. Y a Tom y Anne los amó desde el primer día que los metieron en aquellas enormes bolsas de tela y los subieron a aquél avión. De repente viendo la dedicación de Missie poniéndole las frutas en la boca se la imaginó como madre de sus hijos e inesperadamente le dijo:–¡¿Te imaginas cuando tú y yo seamos padres?!–Missie se volvió a mirarlo pensativa, y luego abrió sus ojos desmesuradamente.–Juanne, ahora mismo yo estoy en pleno proceso de ovulación y tú no… ¡Oh! –y frunció ligeramente el entrecejo.Juanne ri&oacu
¡Otra Mujer!Durante el almuerzo, que compartían con Lorain, Delay y Becker Missie ignoró el mal humor de Juanne. Estando con todos compartiendo la mesa le dijo:–Voy a quedarme a trabajar en Texas por un tiempo, pero no aquí en el rancho–Juanne ni siquiera alzó la cara –. Recibí una propuesta de tutorías para los jóvenes recién graduados del país que van a formar parte del laboratorio aquí en Texas.–¿Va a trabajar con el alcalde Monroe? –le preguntó Becker y su ojos saltaban del rostro de Juanne al de Missie tratando de pillar alguna mirada delatadora sobre el cometido de la conversación.–Con él, no. Voy a trabajar con un grupo de 16 estudiantes de las mejores universidades del país. Asesorándoles en el laboratorio que se está creando para la región, al me
¿Quién es ella?Missie, pasó una noche incómoda con las palabras que le dijo Juanne en su mente. Bajó temprano a las caballerizas para pasear un rato, cuando estaba a punto de salir a las cominerías Juanne la detuvo:–Missie , ¿no llamaste a juanne anoche?–Disculpa, llegué bastante cansada y lo olvide… En cuanto regrese lo voy a llamar, ahora…Delay la atajó sin dejarla terminar.–Missie, la señora Elizabeth Leanders tuvo un accidente con su auto en Toronto, esta delicada.Missie palideció.–Pero, ¿cómo sucedió eso? –sus pensamientos se desordenaron ante esa noticia.–Puedes irte ahora mismo Missie, ya te arreglamos todo, puedes irte ahora mismo al aeropuerto. Toma –le entregó el boleto de avión–. Ve a cambiarte. Un r&
¡Extrañándote!Juanne estaba dentro del ascensor y ella le llamó, se volvió lentamente, pero casi la tropieza pues ella tenía la llave para que el ascensor bajara. Lo miró directo a los ojos. Desafiante.–Estoy esperando tu respuesta –le dijo con los puños apretados.Juanne Palideció al ver que Missie arqueó su ceja izquierda y chasqueó su lengua, mal indicio para él, la última vez que oyó aquel chasquido tan cerca fue instantes antes de sentir una sonora cachetada. Instintivamente se llevó la mano a la mejilla.–No puedo decírtelo si me miras así, parece que me vas a golpear. ¿Acaso lo harás de nuevo? –le dijo acariciando su mejilla.Missie bajó un poco el tono, tranquilizándose a medias, pues recordó también aquella noche de fingida embriaguez.–Entonces dime quién carrizo es esa mujer hermosísima a la que andas mirando últimamente. ¿Quién es ella? –repreguntó calmada.–¿Crees qué podría estar viendo a otra mujer t
¡La mamá Canguro!Juanne enserio su cara.–Te dije que tuvieras cuidado con él ––le dijo Juanne, apretando la mandíbula y sus dientes–. ¿Fuiste capaz de pedirle que te viniera a acompañar?–¿Me crees capaz de hacer eso? –le pregunto, arqueando su ceja.–Bueno, no sé. ¿Qué puede estar haciendo aquí? Seguramente esta siguiéndote. –le refutó Juanne.–Pues no Juanne, sinceramente yo fui la primera sorprendida. Pero si no me crees… –Se levantaba con la llave del ascensor levantada –. Sabes lo que tienes que hacer.Juanne salvó el espacio que los separaba y la tomó entre sus brazos para besarla tiernamente mientras le decía:–Yo también te extrañaba demasiado –Missie miró sus ojos tan neg