Dante
Unas horas antes— ¿Te gusta lo que le hemos comprado a mami? — Mathis y yo hemos pasado la tarde juntos y hemos aprovechado para comprar el regalo de cumpleaños de Vera, en una semana pienso llevármela un fin de semana al Caribe. Mathis se quedará con Ana, pero antes, vamos a hacerle una cena y él quería comprarle un regalo.
— Me ha encantado pa, ¡Tengo hambre! — Sé que los niños están en constante crecimiento y que necesitan comer, pero este niño exagera.
Los últimos días, las cosas han estado algo tensas con Vera, no estoy de acuerdo con perdonar a su hermana y volver a confiar en ella, pero Virginia es su debilidad y ya se ha metido durante años entre los dos, así que he decidido llevar la fiesta en paz.
Preparo un sándwich con manteca de cacahuete y c
Vera Dante ha vuelto a casa, gracias a la intervención de Izan, podemos tenerlo con nosotros.El hecho de que hubiese alcanzado a golpear a Ronnie, permitió que el proyectil se desviara y aunque fue muy grave y estuvimos a punto de perderlo por un paro respiratorio, finalmente logró recuperarse. Muyrápidamente, según la opinión de los médicos y cirujanos. — Papi, no puedes moverte de la cama — Iliana y Mathis se han convertido en los mejores enfermeros, no dejan que Dante haga absolutamente nada, llegan del colegio, hacen las tareas y corren a pasar el tiempo con él, lo que pasa es que Dante no tiene paciencia, ni vida de sedentario y empieza a mostrar síntomas de locura. — Grandullón, tengo que ir a los aseos y te juro que para lo que tengo que hacer, no podrás ayudarme. Han pasado tres semanas desde que Ronnie se enloqueció y asesino a Gigi. Nunca tuvimos una buena relación, en realidad,evitaba enc
Dante Vera y los chicos están enloqueciéndome, Mathis piensa que es mi conciencia e Iliana que soy una persona en condición de discapacidad que no puede valerse por sí mismo. Aproveché que Vera ha salido con ellos, para ir a la oficina, el hecho de que estén de vacaciones no me ayuda, porque en lugar de hacer cosas con sus amigos, ir a la playa o que sé yo, se la pasan metidos en mi habitación controlando todo lo que como o hago. — Aria, necesito hablar contigo — la llamo por el interno. — ¿Qué haces acá? — Aria no oculta su tono sorprendido cuando entra en mi oficina— Vera va a matarme si no le digo — No puedo creer lo que acaba de decir, ni siquiera me ha preguntado cómo estoy. — Se supone que eres mi mejor amiga — Hablo calmadamente. — Lo soy y lo seré por el resto de tu vida, por eso mismo no puedo ocultarle esto a Vera. Además de que todavía debes estar en reposo — Levanta una ceja — Me preocupo por tu salud. — Entonces no digas nada, te prefiero a ti, que a Mathis y a Il
VeraHan pasado dos años desde que Ronnie asesinó a Gigi, hasta ahora no han dictado sentencia, sus abogados intentan declararlo psicológicamente impedido. A pesar de lo triste de momento, nuestra vida siguió y hoy es un día de celebración. — Vera, ¡de verdad! Siempre llegas tarde a todo, ¿podrías darte prisa, por favor? — Aria está realmente alterada.Hice todo lo posible por llegar a tiempo, pero entre organizar a Mathis y ayudarle a Izan con Valéry y Victoria, las gemelas de mi hermana Virginia, no lo he logrado.Son idénticas a Izan, tienen los increíbles ojos azules de su padre y el cabello negro, ondulado. Cada que las veo, no puedo dejar de pensar en Virginia y yo cuando éramos pequeñas, me encanta tenerlas cerca, son tan cariñosas y todo el tiempo quieren estar conmigo, que agradecí inmensamente a Izan cuando decidió vivir en un pequeño pueblo cerca de los Ángeles.Y anoche se quedaron a dormir conmigo, aprovechando que estaban en el búngalo de al lado y que Dante salió con I
Dos años despúesEl día de la boda de VeraVirginia Mi hermanita me abraza y yo me siento la mujer más feliz del mundo al verla tan plenamente realizada.— ¡Mami! — Mathis se acerca a nosotras y se queda mirándome receloso, sin saber cómo actuar.Nunca le pedí disculpas por lo que pasó hace años y sé que el comprendió muy bien todo.— Mathis — Me inclino para quedar a su altura y lo miro a los ojos — Quisiera pedirte disculpas por haberme hecho pasar por tu mamá hace algunos años, no sé si lo recuerdas — el niño asiente y yo me siento peor — No me encontraba muy bien en ese momento y hacia muchas tonterías — Suspiro — Tambien, siento muchísimo haberte atropellado con mi auto, no fue mi intención, pero fue horrible y nunca te visité para saber cómo ibas — Estoy impresionada por la persona tan egoísta que fuí durante todos estos años.— ¿Ya te sientes mejor? — me pregunta todavía inquieto.— Muchísimo mejor, Mathis. Gracias por preguntar. Ya no hago tantas tonterías y soy un poco más a
Unas horas antes de la boda— Esto es un desastre, todo va a salir mal — Aiden, Jacob, Izan y los otros chicos, me escuchan atentamente, hemos salido a celebrar la despedida de soltero que no tuve antes. Las chicas salieron el fin de semana antes de viajar a Colombia, se inventaron una celebración como si todas fueran a casarse y de esa forma Vera también celebró la suya sin darse cuenta de que quien se casa no es Aria, sino ella. — Pues a mí me parece algo muy romántico — dice Jacob — Miranda me estuvo mirando de mala manera, cada vez que hablábamos de tu idea. Piensa que eres el hombre más increíble del mundo.— En realidad es cursi — Todos miramos a Aiden — Pero eso es lo que aman las mujeres. Eso y una buena follada — No entiendo cómo Nerea lo aguanta, pero no es mi problema.— Yo creo que lo hiciste bien y que va a funcionar de maravilla — Izan y yo nos hemos convertido en buenos amigos, después de que Ronnie intentó asesinarnos. Sin embargo, en ocasiones me da la impresión de
Él — Lárgate — le digo a la chica que se encuentra desnuda en mi cama. Algo me molesta, sé que es importante, pero no logro recordarlo. Además, esta noche ha sido magnífica, diferente. En realidad, no deseo que se vaya porque me hizo sentir como nunca en mi vida, creo que sentí demasiado y aunque suene contradictorio, no puedo aceptarlo, no tengo tiempo para esto. Me levanto desnudo de la cama y camino hasta la puerta ventana de la terraza, la luz inunda la suite del séptimo piso del hotel "Le Majestic" en Cannes. Ayer, después de celebrar la premiación de mi primera película independiente, decidí quedarme en Cannes y no viajar hasta mi Villa, que se encuentra cerca. Creo que Jean-Luc, mi asistente, el pobre, tuvo que hacer milagros para reservar esta suite. Por algo lo conservo, es el mejor en su trabajo. — ¿Todavía sigues aquí? — dejo de observar el Mediterráneo y me giro para encontrarla mirándome fijamente. Es hermosa, alta, con un color de piel caramelo hermosísimo, sus ojo
Dante — Querido — me dice Gigi, mi coproductora, hemos pasado algunos momentos juntos estos últimos días, pero mi mente sigue en Cannes, en el hotel Majestic y en Virginia — Esperemos que esta última aspirante sea lo que buscamos, ya estoy cansada y creo que necesito otro tipo de emoción — dice mientras pasa sus largas y perfectamente maquilladas uñas por mi entrepierna, solo que lo único que me hace sentir en este momento, es fastidio. — Lo siento Gigi, pero hoy no estoy disponible — Ni nunca más, pienso. Ella quita su mano y se vuelve hacia el escenario. — Eres un cínico — me dice sin dejar de mirar al frente — hermoso, pero imbécil — Ya empezamos con los insultos. Escucho que alguien hace sonar levemente su garganta. — Te lo mereces — me dice Aria cuando giro para mirarla, es la única amiga que tengo en este medio y una de mis inversoras — mejor mira al frente, acaba de entrar otra aspirante. — ¡Virginia! — Exclamo, no puedo creer que esté aquí ¿Acaso todo era una trampa? Mi co
Vera Me siento muy nerviosa, Virginia se veía muy segura esta mañana que salió hacia el casting, si yo fuera como ella, lograría todo lo que me propusiera; Pero me cuesta sentirme segura de mí misma. Llevo a mi entrevista de trabajo, la carpeta con los mejores diseños que he hecho. A diferencia de mi hermana, siempre llego tarde a todo, aunque me esfuerce, siempre pasa algo, en esta ocasión no voy tarde, pero tengo el tiempo preciso para llegar. Siento que alguien choca contra mí y solo tengo tiempo de ver cómo todos los diseños vuelan por los aires, y se expanden a lo largo y ancho del lugar. Me arrodilló y comienzo a recuperarlos. — ¡Oh! ¡Dios mío! ¡Lo siento! — exclama una sedosa voz femenina, levanto la mirada y una chica rubia y ¡Hermosísima! Se arrodilla frente a mí — ¿estás bien? Lo siento, no te vi llegar — me ayuda a recuperar las hojas que me faltan, se pone de pie, mientras yo organizo la carpeta. — Perdóneme usted a mí — le digo cuando me levanto, me mira con una sonri