— Hola, Vera — Mi hermana se levanta de donde está sentada, se encuentra en la terraza, no hace mucho calor, aunque todavía es soportable quedarse afuera, aunque hubiese preferido el interior del café. — ¿Cómo estás, Virginia? — me da los dos besos franceses obligatorios, tomo asiento frente a ella, me siento incómoda, sé que no hay motivos, Dante y ella ya estaban divorciados cuando volvimos a encontrarnos y él está seguro de que mi hermana fue la qué me contestó y además borro los mensajes que le envié hace tantos años. — Querida, no sabes lo feliz que me hace verte, estoy cansada de tanta pelea entre nosotras y por un hombre — suspira, busco a la Virginia que conocía, a la hermana alegre, radiante. Pero no la encuentro. — Virginia, fuiste tú la que me escribió desde el celular de Dante cuando Mathis nació ¿Verdad? — Parpadea varias veces, creo que no esperaba que yo le reclamara eso. — ¿De qué hablas, hermanita? — Su mirada ingenua, inocente ¿En serio es tan buena actriz? — No
Vera — ¡Vamos! ¡Vamos! Hay que darse prisa — Esto es una locura. Hemos reservado una habitación en un hotel cuatro o cinco estrellas, no tengo ni idea, cerca del teatro donde se van a realizar los premios Óscar. Ana se ha quedado a cargo de Mathis y los chicos de seguridad le ayudan. — Gírate un poco — detesto a este hombre, se supone que es un gran estilista, pero yo hubiese preferido que me ayudara una de las maquilladoras de la productora, pero se ha puesto enferma — Llevo todo el día sin parar, chica y todavía debo visitar a una actriz — Me dice. — Vale, comprendo, pero si me hablas de esa manera no vamos a avanzar — le digo — A mí me tratas bien o no me tratas — se queda mirándome y luego continúa organizándome el cabello sin decir una palabra. — Guau — Me vuelvo a mirar al increíble hombre que entra a la habitación, estamos en una suite y Dante se encontraba en la otra habitación de esta, lleva un esmoquin gris marengo y se ve tan alto y apuesto con él, que solo quiero tirár
Esto es increíble, hasta ahora, no ha ido tan mal como pensé, después de todo lo que pasó con Mathis y que Dante advirtió a la madre de Adams sobre los comentarios que hacía sobre mí, el director de la escuela se reunió en privado con Dante y le aseguró que todo estaba controlado. Con el programa de televisión fue un poco más complicado, ya que el equipo de comunicación le recomendó a Dante no entrar en el juego y yo estuve de acuerdo, finalmente lo ignoramos y Dante concedió una entrevista a un periódico centrado en el aspecto productivo de Hollywood, donde además de hablar de la empresa, pudo explicar un poco su situación personal. — Dante, Vera. Encantado de tenerlos aquí — El periodista encargado de recibir a los artistas nos saluda, yo solo quiero ir directo a la gala, no quiero dar entrevistas, sonrío mientras Dante habla con él, no me entero de lo que dice, el ruido y los nervios son presa de mí. — ¿Preparada, Vera? — Lo miro en blanco, de qué está hablando — Debe ser increíb
Virginia — ¡Lárgate! — La chica sigue de pie frente a mí, estática — ¡He dicho que te largues! — No deseo ver su cara, me acerco a ella, solo quiero que desaparezca de mi vista. — ¡Cálmate, Virginia! — Ronnie se interpone entre ella y yo, momento que la chica aprovecha para desaparecer — Es solo una asistente, no puede hacer milagros — Imbécil, no sé qué hago todavía con él. — ¿Te das cuenta de que he escrito un puto discurso por nada? — No logro calmarme, esto es inaudito, estaba convencida de que me llevaría ese premio —¿Cómo la estúpida esa no se enteró de que no ganaría? ¡Para eso le pago! — grito y me acerco al bar de la suite del hotel, me sirvo un vodka y tomo rápidamente, necesito otro. Tomo la segunda copa y enciendo mi fino cigarrillo, necesito algo más fuerte, pero gracias al puto accidente y a la terapia, no puedo arriesgarme a tomar nada, necesito estar recuperada para empezar a trabajar, pronto. — Virginia, estabas compitiendo contra tres excelentes actrices — Me dic
Vera — ¿Qué te pasa imbécil? — Hemos bajado al pueblo a cenar a un pequeño, pero muy exclusivo restaurante, al parecer, por la decoración y los precios de la carta. Un señor de nuestra edad, aproximadamente, acaba de pasar con un grupo de amigos y se ha chocado con la silla de Virginia. — Fíjate por donde caminas, imbécil — dice mi hermana — Al parecer este restaurante no es tan exclusivo como parece, deja entrar a todo tipo de gente rara — El comentario de mi hermana, me llena de vergüenza ajena. — Cuidado con esa boquita, hermosa — Susurra el hombre y yo me quedo impresionada escuchando cómo la ha desafiado, tiene acento norteamericano, de eso estoy segura. Se gira a mirarme y su cara me deja sin respiración ¡Padre santo, qué hombre! Tengo la impresión que lo he visto en alguna parte. — No eres nadie para reprocharme algo, acabas de chocarte contra mí, al parecer no puedes ni controlar tus movimientos — El chico vuelve a mirar a Virginia y se inclina un poco hacia ella. — No e
Dante — ¡Mami! — Mathis corre a abrazar a Vera, que solo se fue algunos días, pero siento que la he extrañado igual o más que Mathias que se la pasaba preguntando por ella — Mami, te he extrañado un montón — Vera, se inclina y lo abraza, creo que Mathis quiere que lo cargue, pero ella no lo hace, imagino que después de tantas horas de vuelo, está cansadísima. Se acerca a mí y se inclina un poco para darme un beso ligero. — ¿Estás bien? — le pregunto, la noto extraña, siento que hay algo diferente en ella. — Solo un poco cansada y me duele la garganta — toma la mano de Mathis y se aleja hablando con él. Deja la maleta y comprendo que debo llevarla. Mathis se ha quedado dormido, estaba muy emocionado y se la pasó todo el día corriendo, imagino que el cansancio lo venció. — No sabes cuánto te he extrañado — le digo mientras me acerco a ella y la abrazo desde atrás, se siente diferente ¿Perdió peso? — Nena ¿Te pusiste a dieta con tu hermana? — beso su cuello, la aprieto contra mi cu
Dante — Dante, estamos en medio de una negociación. ¿Puedes concentrarte en esto, por favor? — Aria les pidió a los chicos del grupo Déjà vu y a su representante que nos regalara unos minutos y desde que estos salieron de la sala de juntas, se la ha pasado hablando y gritándome. Se encuentra de pie, frente a mí, no para de caminar, su nivel de estrés aumenta con cada segundo que pasa. — ¡Aria! — mi voz es fuerte — Vamos a continuar y listo ¿Vale? Los Integrantes del grupo vuelven a entrar a la sala y la reunión continúa. No me he enterado de mucho de lo que ha pasado, no puedo dejar de pensar en Vera. Sé que debo comunicarme con la policía y voy a hacerlo, pero primero, necesito que Virginia lo reconozca públicamente, porque si la policía la acorrala, va a negarlo todo. — ¿Estás bien? — Jacob y Aiden no han salido de la sala, todos los demás se han ido con Aria. Los miro un poco desconcertado. Pensé que todos se habían ido — Perdona por meternos en tus cosas, pero hemos notado qu
VirginiaA Dante se le ha ocurrido hacer una cena y una pequeña fiesta, ha invitado a varios actores, músicos y productores.Según él, la mayoría de ellos está participando en el último proyecto de la productora, se supone que tendría que ser parte del elenco. Aria me había contactado porque al director de este filme le encanta trabajar conmigo.Evito a la mayor cantidad de gente posible, especialmente a Aria, nunca nos hemos llevado bien, al contrario que con Vera, así que no quiero que empiece a preguntarme cosas, para las cuales no tendré respuestas.— Hola, me alegra muchísimo volver a verte — una chica con un hermoso tono dorado de piel y un cabello rizado, corto, pero elegante, me da dos besos y me saluda. Tiene un lindo acento al hablar ¿española tal vez?— Hola, igualmente querida — busco la forma de salir de este pequeño inconveniente — En unos segundos pasaremos a cenar, permiteme, debo revisar que todo se encuentre en orden — Le devuelvo los dos besos — seguro podremos habl