Al cerrar la puerta del apartamento, la pelinegra se derrumba a llorar en el suelo. Hiciera lo que hiciera siempre estaría vigilada por todo el mundo, Bruno, Armando y hasta el mismo Adriel.La diferencia de él era que, quería ayudarla de verdad.Ofelia limpia sus lágrimas y piensa que con llorar no soluciona nada. Necesitaba hacer algo que la ayudara a ella y su hermana a salir libradas de ese problema. Levanta la vista y observa el corredor que conecta con la oficina de Adriel.Hacer lo que estaba pensando iba a ser la peor de las traiciones, pero si no lo hacía, Gabriela moriría.Con pesar, se pone en pie, mientras va recordando las órdenes de Bruno.—“Quiero que te metas en su oficina y busques ciertos permisos que son de mi interés. En esos documentos saldrá el nombre específico de la persona que le cedió los terrenos al imbécil de Adriel”—“¿Para qué quieres que busque eso?, yo no sé nada de permisos”—“Mi interés para que estés en ese apartamento no es para que te acuestes únic
Al día siguiente, Ofelia se prepara para el evento en el que acompañaría a Adriel. Se preguntó porque había accedido a acompañarlo, si era una traidora.La joven niega y continua arreglándose, Adriel se encontraba en la habitación contigua. Después de llegar de la oficina, le anuncio que tenía dos horas para alistarse. Así que como pudo, se maquillo lo mejor posible, y acomodo su cabello de una manera que ni ella misma creyó que lograría hacer.Cuando observo el resultado final en el reflejo del espejo de su habitación, quedo sorprendida con el cambio tan drástico que había conseguido.—Ofelia, ¿ya estas listas? —Y justo a tiempo había terminado.—Si, en un segundo salgo —Toma su pequeño bolso de mano, para encaminarse hasta la puerta.Al abrirla, Adriel levanta la vista y de inmediato la pelinegra nota como sus ojos brillan. El rubio le muestra una sonrisa a lo que su corazón retumba su pecho.—Estás muy hermosa, serás el centro de atención de todos esos viejos decrépitos. Y la envid
Le sorprendió la iniciativa que tuvo ella para besarlo, y no lo iba a negar, le fascino la idea de que ella pudiera estar sintiéndose atraída por él de la misma manera que él estaba por ella.Haciendo a un lado sus pensamientos, el rubio le responde el beso de igual manera que ella. Ambos juntaron un poco más sus cuerpos, dejándose llevar por las emociones que estaban sintiendo.Para el CEO aquello era tan nuevo, pero tan maravilloso. Era la primera vez que experimentaba una sensación tan buena y placentera a la vez. Y no era como estar con cualquier mujer con las que solía salir por un rato, aquello era muy distinto.—¿Qué demonios hacemos en esta fiesta? Deberíamos estar en mi cama, y tu metida en mi cama —El rubio acuna sus mejillas con ambas manos y la mira —. ¿Qué te parece si nos vamos a casa?—Pero, ¿y el evento? Esto es importante para ti.—Es de interés para quien lo organizo, no para mí. Regresemos a casa —Le dice poniéndose en pie.Ella acepta y hace lo propio, mordiendo su
Sabía que correr a refugiarse en el baño era cosas de niñas, pero era la única cosa que se le ocurrió en esos momentos. La declaración de Adriel fue mucho para ella, nunca espero que él le confesara sus sentimientos después de casarse.La pelinegra se reclina en el lavado del baño, sintiendo que le faltaba el aire.¿Ahora que iba hacer?¿Qué debía responder?Aunque intentará negarlo una y otra vez, ella se sentía igual de atraída por Adriel. También deseaba formar una familia a su lado, quería vivir con él. ¿Acaso era un pecado que deseara que su hermana y ella pudieran ser felices?Levanta la mirada y mira su reflejo en el espejo.¡A quien quería engañar! Eso pasaba en los cuentos, el final de ella y su hermana no pintaba nada bonito. Y el final feliz que añoraba en compañía de Adriel nunca sucedería.Ofelia aplana los labios, ahora debía salir y enfrentar a ese hombre con la verdad.[…]Se sentía muy inquieto por la reacción de Ofelia, el que saliera huyendo como despavorida no era
Esa mañana al despertar, Ofelia se da cuenta de que estaba completamente sola en la cama. Al sentarse en la cama piensa en lo que debe hacer, pero no está muy segura de sí debe hacerlo.Aplana los labios y observa su dedo, allí llevaba un enorme anillo con un diamante muy hermoso. Aquella joya iba acompañada por su anillo de matrimonio.Sintió como su corazón se apretujaba en su pecho.Lleva la vista hacia otro lado y se pone en pie, al salir de la habitación, se topa con el mismo Adriel, quien vestía su traje habitual.—Creí que seguías dormida.—¿Vas a salir? —Él tardo en responder.—Tengo que atender algunos asuntos en la construcción. No sé cuánto tiempo me demore por allá.—Está bien, no pasa nada.De igual forma, aquella unión no era tan real. Adriel podía llegar a la hora que quisiera, pero eso causaba un gran revuelco el pecho de la joven. Ya que no deseaba quedarse sola, pero como ella no le respondió absolutamente nada al rubio la noche anterior; imagino que el supuso que lo
Cuando Adriel llego al apartamento, los guardaespaldas se encontraban en la puerta.—¿La señora no ha salido el día de hoy? —Les pregunta antes de entrar.—No señor, no nos ha pedido que la lleváramos a ningún lado.El asiente e ingresa en la casa, Ofelia no daba señales de estar ni en la sala, ni en la cocina. Así que va a buscarla en su habitación, pero tampoco estaba. Se extraña de no encontrarla allí, y es cuando decide meterse en su propio cuarto.Para su sorpresa, Ofelia dormitaba sobre su cama. No se esperó que ella se quedará a dormir en su propia cama. El CEO ingresa en la habitación y rodea a la castaña, comienza quitarse la ropa mientras que la observa fijamente.Si ella lo había rechazado, ¿entonces que hacía dormida en su cama?, ella tenía su propia recámara. Algunas acciones de ella lo confundían bastante, no sabía que pensar respecto a su manera de actuar.Sin hacer el menor ruido posible, Adriel se encamina hasta el cuarto de baño para tomar una ducha y pensar porque s
Se podría decir que era el hombre más feliz del mundo, la mujer con la que se había casado por contrato al fin le confeso sus verdaderos sentimientos. Se sentía emocionado de que Ofelia se había enamorado de él, sinceramente fue un gran alivio para el rubio.Sus sentimientos eran correspondidos por su esposa, sin embargo; no olvidaba las palabras de ella.“No puedo corresponderte”Ofelia no quiso declarar las razones por la que no le podía corresponder. Por supuesto que debía averiguar qué demonios estaba sucediendo, pero de momento tenía con que ella también lo amaba.Y era sincera, lo sintió, no estaba mintiendo… Ofelia si lo amaba de verdad, Adriel sonríe un poco mientras ajusta la corbata al mismo tiempo que se miraba en el espejo. Era un paso el que ambos habían dado juntos, él la amaba y ella a él.Si el amor era sincero, puro y genuino; entonces, no existía razón para que no avanzaran. Lo único que le quedaba por solucionar era la razón por la que Ofelia no podía corresponderle
—Porque no revisas el sobre que acabo de dejar en tu escritorio —Se le había olvidado por completo de ese sobre —. Quiero que lo veas, y leas algo realmente inocente.Adriel frunce el ceño ante el sarcasmo de Cecilia. Mira el sobre para tomarlo luego, abre la carpeta y en él y ve algo que llama su atención.El CEO saca una fotografía que lo deja totalmente sorprendido, pero a la vez tan confundido, que cree por un momento que quizás fuese un montaje.—Yo no soy la mala de la película Adriel, simplemente intentaba protegerte. Y te juro que no lo hacía por los sentimientos que guardo hacia ti, realmente me preocupaba la llegada tan misteriosa de esa mujer.El rubio escuchaba a su asistente, pero la realidad era que su mente estaba enfocada en esa foto. Las palabras de Cecilia se escuchaban de vez en cuando en su cabeza, pero de manera muy lejana. Luego, se concentró en la fotografía por completo, buscando algún indicio que de no fuese real, pero es que era imposible. Parecía bastante a