—Él me ha vuelto loca, eso no se hace, se supone que soy su hermana, que me debe querer como tal —insisto, estoy completamente decepcionada, mi propia sangre quiere volverme loca.—Olvidémoslo —dice sin quitar la mirada del frente—, iremos a casa, espero que hayas aprendido algo en el tiempo que se supone que estabas en clases.—Eso es irrelevante, no creo que te importe lo que hago dentro —hablo sin medir mis palabras.—Perfecto, y no me molesta, espero que eso mismo tengas presente cuando me llegues a preguntar qué es lo que hago encerrado en el despacho —esboza una sonrisa falsa.Aush, eso dolió…(…)—¿Dónde estamos? —pregunto en el instante que él detiene el auto—. ¿Dónde está el señor que me cuida?Mis ojos brillan y se agrandan al ver la playa, ¡estamos en la playa! ¿Por qué me ha traído aquí? Frunzo el ceño y lo volteo a ver esperando una respuesta de él, dado que no es momento de dar un baño en la playa o puede que lo merezca.—Este es el lugar donde pensaba llevarte al altar,
***Todo el día terminó en una cosa y otra, llevándome la sorpresa de que Leo no tiene tiempo para respirar, las llamadas son constantes. Intenté preguntarle, pero todo fue en vano, su enojo y frustración crecían y crecían, lo último que recuerdo es que al llegar a casa me fui a encerrar a la habitación hasta salir hasta el siguiente día.Saliendo de la habitación, rejuvenecida, relajada y con mucho positivismo, voy a desayunar al enorme comedor solitario, ya que dudo que él quiera acompañarme, hasta puedo jurar que está en ese despacho oscuro. ¡Eso no es vida!Llegando al comedor, una de las empleadas me dice amablemente que me ponga cómoda, y que disfrute del desayuno.—Que tenemos de desayuno —alzo la mirada y me quedo con la boca abierta al ver lo reluciente que se ve Leo.Cierra esa boca o te entrarán moscas.No imaginé que él vendría, es que estaba segura de que él estaría dormido o encerrado en ese despacho, pero al parecer me he equivocado.Con un poco de vergüenza bajo la mir
—Así es y como tal tienes que comportarte como un esposo que ama a su esposa.Esta conversación se ha salido de control, no puedo creer que mis padres junto a los de ellos quieren sostener que este matrimonio debe ser más que un espejismo.Aspiro… aspiro… aspiro… y me concentro porque ya estoy en el hoyo y de ahí no puedo salir hasta que muera, dado que no puedo escapar.—Bueno, cambiemos de tema o mejor pueden quedarse cómodos, sí, esta dama tiene que hablar con su hija,—Esto es tan difícil —susurro.—Pero no imposible corazón —viene hacia mí, de un arrebato me quita la copa que tenía en mi mano derecha.Sin renegar me levanto del sofá y le digo que me acompañe a mi habitación, ya que tengo que enseñarle unas cosas.Después de eso nadie discutió el tema, mi madre y yo nos despedimos para desaparecer.No pude tomar mi copa de vino y tampoco he desayunado.Lo que si no quiero es discutir con mi madre, es claro que no llevo una semana lejos de ella, sin embargo, está la posibilidad que
***Al bajar las escaleras me doy cuenta de que he hablado mucho con mi madre, y que al final ella se ha quedado tranquila pensando que Leo es el hombre ideal, ese que me conviene para protegerme.Llegando al último piso me detengo y tomo la mano de mi madre, quiero que ella y toda la familia se den cuenta de que ambas no nos matamos y que al parecer este matrimonio fue buena decisión.—Las estábamos esperando, pueden acompañarnos —llegando al último escalón, mi padre hace acto de presencia—, otro día pueden seguir conversando, pero ahora tenemos que hablar de otras cosas.Le doy un apretón de mano a mi madre para luego soltarla e ir donde mi padre, antes de irnos al despacho y reunirnos con todos, le digo a mi padre que lo amo mucho y que siempre aceptaré que seré su esposa.—Familia, tienen poco tiempo para definir el punto final de esta reunión —maldigo por lo bajo, Leo es bueno y mi esposo, pero de presentarse en el momento menos inoportuno, pongo mis ojos en blanco tras morder mi
***Leo***¿Qué es lo que acabo de hacer?Me separo de ella bruscamente y sin decir ni una sola palabra salgo de la habitación como alma que me lleva el diablo, dejándola toda desorientada y confundida.¡Mierda!, ¿qué es lo que tengo en la cabeza?Bajo las escaleras a toda prisa, no quiero hablar con ella y menos quiero discutir o decir algo que ni yo sé. Siento como si mi cuerpo anduviera en el limbo.Aaahh… Es demasiado eso de que tenemos que traer a un bebé al mundo, ¡no quiero! Maldita sea, no me puedo aprovechar de esa mocosa. Ella tiene que entregarse con el hombre que de verdad la quiera, no uno que solo quiere el poder y…—Espera…, espera —escucho los gritos de Pao detrás de mis pasos.No… no… y no. Ella no puede estar hablando en serio.—Buenas noches —hablo sin detener mi andar.—Espera, por favor —me detengo al último escalón y volteo a verla. —Déjame en paz y mejor vete a dormir—vocifero con ímpetu.—Pero…—Entiende que no quiero hablar —grito.Doy media vuelta al ver su r
***Leo***Esta mujer si me matara de una vez por todas, ¿cómo se atreve a aparecer así por así? He estado buscando la forma de no robarle su virginidad y tampoco aprovecharme de ella.—Jefe, no fue mi intención y si quiere un consejo… Debe estar con ella.Hmmm… Ese consejo es demasiado malo, intento que las cosas vayan bien, pero el trabajo y cuidarla me estresa por completo. Me ha quedado claro que el hermano de ella intenta ponerme de mal humor. Antes la protegía y ahora busca hombres para provocarme.—Ya me he dado cuenta —le doy la espalda y me encamino hacia al estante donde están las variedades de alcohol.—Le puedo servir un tequila o un vodka —volteo a verlo—, es la mejor exportación.Ah, un buen vodka me ayudaría a relajarme por completo, ya que necesito controlar todo lo que pasa por mi mente.—Bueno, puede servirme vodka y al lado la botella de tequila.—El tequila le ayudará, luego un par de copas de vodka —dice mientras camina hacia mí—, debe relajarse y disfrutar de su h
—Leo…—Entonces empecemos, tenemos que actuar como unos esposos enamorados —resopla—, eso es cliché y no me gusta ese tipo de drama, pero es lo que quiere la organización.Entonces eso quiere decir que acepta mis condiciones, que no tiene otro camino y que las cosas se harán a mi manera. Sorprendente, eso me gusta porque me siento poderosa.—Te tiene que gustar, ¡amor! —enfatizo y él gruñe.Soy una amante de las novelas cliché, y por ende no me gusta que hable de esa forma. Comprendo que no me casé como lo soñé, pero por eso no me puedo amargar, busqué mi salida y la encontré.—Mejor tomemos whisky —dice el hombre que aún no me grabo su nombre en mi mente.—Tomemos —dice tras levantarse y posarse ante mí—, serás mi esposa, pero a mi modo—susurra cerca de mi oído tras sentarse nuevamente y yo palidezco.Esas palabras no son las que esperaba, pero es un comienzo, dado que no quiero que me siga tratando como su enemiga. Lo único que quiero es una oportunidad y que su corazón se vuelva a
Su descaro es inminente y su sumisión despertó al demonio que tengo en mi interior, ese que no perdona nada. Siento que todos los músculos de mi cuerpo se flexionan y mi pene palpita. Lenta y confiadamente me metí en su boca. Sentí que mi polla quería salir, exigiendo ser liberada.Hago a un lado a Pao y cómo pude me levanté con un poco de tambaleo en mi cuerpo, intento desabrochar el botón de mi pantalón y bajar de una vez la bragueta, pero se me hace difícil, ella me tiene vuelto loco. Mi conciencia me dice que no me aproveche de ella.Al diablo…***Pao***—Con su permiso —me quedo pensativa cuando termina la última vocal. Ambos nos quedamos congelados en el tiempo, deleitándonos de la travesía de nuestros ojos, mi lengua diabólica se ha quedado en un rotundo silencio.Jadeo y su boca se abate sobre la mía, sin darme la oportunidad de improvisar. Me besa con violencia, aaahh… Nuestros dientes chocan un segundo y luego mete su lengua entre mis labios. ¡No puede ser! El deseo estall