Teniendo todo listo, me desplomo sobre uno de los sillones, pongo música y me pongo a trabajar, espero que sea cosa de una vez, no quiero tener un trabajo secreto que me lleve toda la noche, si no tuviera nada que hacer, lo haría con gusto, pero las clases no ayudan en nada. Revisando unos documentos, suena una de mis canciones favoritas Sonne, esto hace que me ponga a mover la boca de forma disimulada como si estuviera cantando, lo bueno es que mi jefe está demasiado ocupado como para notar esto.
Concentración, eso es lo que necesito para poder hacer mi trabajo, pero... con los padres que tengo es fácil salir de ella y como siempre, ellos son muy oportunos en ese aspecto, ya que, después de pasadas varias horas y de que he entrado en una zona de confort, mi teléfono suena, desconcentrándome por completo. Rápidamente contesto la llamada.
Mi madre se escucha angustiada, le he dicho que me ofrecí a ayudar a mi jefe con unos documentos y que apenas termine con todos mis pendientes iré de inmediato a la casa, que no se preocupe, pero ella insiste en que vaya de inmediato a la casa, que ya pasan de la una de la mañana. Resoplo con fuerza y antes de que pueda contestarle mi jefe me quita el teléfono de las manos, tomando él la llamada.
—Buenas noches señora— Se queda callado por unos instantes. —Entiendo su preocupación y espero disculpe que ponga a trabajar a su hija tan tarde, pero es mucho más competente que mi secretaria y aprecio mucho su ayuda, no se preocupe por el transporte de Tris que yo mismo la voy a llevar a su casa— Se vuelve a quedar callado, asintiendo levemente con la cabeza. —No se angustie, que voy a pagarle las horas extra.
Alcanzo a escuchar que mi madre dice “Gracias y lamento parecer grosera, pero mi hija se esfuerza mucho por sacar adelante sus estudios y si no necesitara el dinero, no estaría trabajando”, mi madre habla demasiado alto, que vergüenza que le haya dicho eso a mi jefe, quiero que la tierra me trague, pero de ya.
La llamada termina y me entrega el celular para después irse a su lugar, volviéndose a perder en sus documentos, yo no puedo quitarle la vista de encima. Ese hombre de apariencia ruda y dura, ha convencido a mi madre, ¡MI MADRE! De quedarme hasta terminar mi trabajo, ella es un hueso muy duro de roer y él... sin conocerla ni nada, la ha convencido. No me impresiona que su familia este en lo alto de las industrias y sean tan poderosos, estoy segura que, si quisiera, te sacarían hasta el último centavo haciéndote creer que eso es lo que quieres.
—¿Qué? ¿Vas a mirarme así toda la noche? Te recuerdo que tenemos mucho trabajo que hacer.
Parpadeo varias veces saliendo de mi trance, tengo las mejillas ruborizadas y me siento como una tonta, vuelvo a poner mi música y sigo con lo mío. Mientras más avanzo en la lectura de estos documentos, voy entendiendo mejor la situación, alguien ha estado robando dinero, pero por el desorden de los papeles, es obvio que iba a tardar en darse cuenta, aunque claro, por su urgencia de revisarlos, quiere decir que ya tenía sospechas de esto.
Mis ojos se abren de par en par al ver que en el mes de Julio se extrajo una fuerte cantidad de dinero, pero la persona fue tan lista que, la hizo pasar por unos gastos “comunes” de la empresa, mi expresión de asombro ha llamado la atención de mi jefe, ya que me ha preguntado si me ocurre algo, yo enseguida le entrego el documento y él dice unas palabras mal sonantes entre dientes, luego aporrea las manos contra el escritorio.
—Sigue buscando— Es lo único que me dice.
Las cifras me han dejado bastante alterada, pero decido no hacer preguntas, ya que esto no me concierne, además de que muy probablemente a él no le den ganas de responder preguntas y no lo culpo, pero de lo que sí le puedo culpar es que, tenga una secretaria inútil y que por culpa de su ineptitud se hayan robado miles de millones de dólares, pero, en fin, es su empresa, no la mía.
La noche avanza igual que nuestro trabajo, para cuando me doy cuenta, llevamos más de la mitad y no puedo evitar soltar un suspiro de alivio, mi jefe mira su reloj de mano, apaga su máquina y se levanta de su asiento mientras se acomoda el traje.
—Vamos, son las tres de la mañana.
Parpadeo un par de veces, termino de revisar los documentos que tengo en mis manos, los marco y luego me levanto de mi asiento, acomodando todo. Estiro todo mi cuerpo y algunos huesos truenan, se siente tan bien poderse a parar después de un buen rato estar sentada.
Ambos salimos del despacho, yo tuve que ir a buscar mis cosas de limpieza, me toco ir algo pegada a mi jefe por el montón de cosas que tengo que llevar, de momentos lo miro por el rabillo de mi ojo y el olor de su perfume es tan atrayente, es de esos perfumes que huelen a hombre. Que rico.
Derek saca su teléfono y empieza a enviar mensajes de forma acalorada, el sonido de sus dedos chocando contra la pantalla me ponen de los nervios, siento que va a romper su teléfono en cualquier momento. Solo espero que no arda en cólera aquí dentro.
El “tic, tic, tic” de su teclado ha cesado, me giro un poco hacia él y veo que aprieta su teléfono con fuerza, la pantalla se ha empezado a cuartear, enseguida pongo mi mano sobre su antebrazo y lo aprieto con suavidad, sus fríos ojos se posan en mí.
—Sé que usted va a poder solucionar este problema, no tengo experiencia en esto, pero, si necesita ayuda, a cualquier hora, yo puedo ofrecerle una mano.
—¿Cuánto me vas a cobrar por hora? — Arquea una ceja, guarda su teléfono y se gira hacia mí.
—Nada, no sea ridículo— Suelto una fuerte carcajada. —Es verdad que necesito el dinero, pero lo que me pagan limpiando me basta y sobra, le ofrezco mi ayuda de forma desinteresada.
—Eres muy mala negociando— Se suelta a reír de forma galante. —Estas dando parte de tu tiempo y esfuerzo, no debes dar tus servicios gratis.
—Como usted acaba de decir, es mi tiempo y esfuerzo, yo decido como implementarlo, además... me sirve de práctica.
—Muy bien, si eso quieres... en ese caso dejame ofrecerte algo a cambio— Me extiende su mano. —Cuando termines de estudiar, ven a mi empresa y se mi asistente personal, la lista de tus deberes te los diré después.
—Muy bien, acepto su oferta.
Aprieto su mano con algo de fuerza, hasta ahora me doy cuenta de que tiene una cicatriz bastante pronunciada en su rostro, que va de un lado a otro de su cara, en su nariz se nota más la marca que ha dejado esa cicatriz, pero aun así se ve muy atractivo, como que esa cicatriz le da su encanto de hombre malo. Sacudo un poco la cabeza para salir de esos extraños pensamientos.
—Muy bien, entonces no aflojes el paso, te necesito preparada y que trabajes al cien.—¡Claro que sí! No voy a decepcionarlo, lo prometo.Llegamos a la primera planta, él me dice que va a traer su auto mientras yo voy a dejar mis cosas de limpieza e ir por mi bolso. Una vez que dejo todo en su lugar, corro hacia la entrada, apenas cierro la puerta detrás de mí esta hace un clic bastante curioso, trato de abrirla, pero esta no cede ni un poco, decido dejarlo e irme a la calle principal.No tarda mucho cuando un auto negro se detiene enfrente de mí, de él desciende mi jefe, que me abre la puerta del copiloto y me invita a entrar; ¿Quién lo diría? Tiene buenos modales o tal vez este agradecido de que haya accedido a ayudarle, no lo sé. En cualquier caso, me siento deslumbrada por su forma de ser. Le doy las indicaciones de mi casa y él sin problemas las sigue, parece que tiene un GPS integrado. Impresionante.Llegamos hasta el bloque de apartamentos, varias luces de la entrada están ence
—¿Sabes la vergüenza que me has hecho pasar frente a mi jefe? — Le golpeo el brazo con fuerza. —Eres de lo que no hay, Leo.Ambos miramos por encima de nuestro hombro y vemos que el auto negro arranca y se va, que vergüenza que el señor Baker haya visto esto, pero todo es culpa del baboso de Leo, en fin... a saber que pasará por su cabeza después de ver esto.—¿Estas saliendo con tu jefe? Mira, no me importa... de igual forma sigo enamorado de ti ¿Por qué estoy tan enamorado de ti, Tris?—Porque te hice un amarre— Me río entre dientes y niego con la cabeza. —No, mentira... tu no necesitas que alguien te haga un embrujo de amor, en realidad, cualquier mujer bonita te hace un amarre imaginario.—¡Claro que no! Pienso que hay mujeres hermosas, sí, pero ninguna tiene un cabello rojo como el fuego como el tuyo, ni esa hermosa mirada llena de inocencia... no.... tu eres única Tris.—Qué lindo, pero sigue siendo un no— Le reprocho entre pequeñas risas.Él se siente ofendido por mis palabras,
—Ya lo he pensado, madre— Me levanto de mi asiento y me acerco a ella, agachándome a su lado. —Por eso tardé mucho en proponerle matrimonio, sé que ella es la indicada, no te preocupes.—¡Al menos dime que se van a casar por bienes separados! — Exclama asustada y llena de angustia.—Si madre, bienes separados, tranquila— Río entre dientes.Su rostro recupera los colores ya que, al ver mi negativa de detener mi matrimonio se puso pálida, sé que parece que a mi madre lo único que le importa es el dinero, pero teniendo en cuenta todo lo que tuvieron que pasar para poder levantar su imperio desde abajo, no me impresiona y nosotros, como sus hijos, es nuestro deber mantenerlo próspero y si es posible, hacerlo más fuerte.—Madre... ¿De verdad te preocupa que ella no sea la indicada o es el dinero? No te enojes, pero me gustaría saber, en caso hipotético de que lo nuestro no funcione y te trajera otra mujer ¿Dirías lo mismo?—Te lo he dicho, algo en ella no me cuadra... siento que oculta alg
—¿Quién eres y que quieres? — Pregunto con brusquedad y enojo.—Tranquilo señor Baker, quiero demostrarle que soy alguien de confianza, soy un gran admirador de su trabajo y también quiero que sepa que estoy aquí para cuidarle la espalda.—Supongo que tienes algo muy interesante que decirme como para llamarme a altas horas de la noche e interrumpir mi trabajo, así que te escucho.—En efecto, en estos momentos estoy enviando unos archivos a su computadora junto con algunos audios, revíselos con cuidado y cuando termine, vuelta a tomar el teléfono, le espero.Estoy por increpar al tipo, pero en eso, la notificación de que me ha llegado un correo llega a mis oídos, enseguida me giro al monitor y empiezo a revisar todo lo que me ha mandado. Abro los ojos de par en par al ver que son fotos de mi prometida con otro hombre que conozco a la perfección, es Barón Burgos, un hombre sin oficio ni beneficio, todo un hijo de mamá y papá. Sigo revisando las otras fotos y veo que están tomados de las
—Creí que su accidente le haría más prudente al manejar.Al escuchar esto, bajo la velocidad del auto, por mi mente pasan miles de recuerdos que me atormentan, estando en estas condiciones no puedo manejar, así que me detengo frente a un parque, resoplo con fuerza varias veces para contener mi llanto, no vale la pena derramar ni una lagrima por esa mujerzuela. Al no poder contenerme, bajo del auto y camino hacia el frente apoyando mi cuerpo sobre él, luego escucho como la puerta del copiloto se abre.—¿Por qué me has ayudado? Y quiero saber la verdad.—Se lo he dicho señor Baker, soy fan de su trabajo, además... le estoy completamente agradecido por lo que hizo por mí— Suelta un largo suspiro y se acerca a mí. —Hace unos meses atrás, el gobierno quería demoler nuestros departamentos porque estaban en muy mal estado y eran un peligro para los habitantes, pero.... no teníamos a donde ir y ninguna constructora quiso hacerse cargo del proyecto, hasta que usted...—¿Te refieres a los apart
—Sí, pero... no vuelvas a decirlo de esa forma, de verdad se escucha horrible. No dice nada más y se va, pongo los ojos en blanco y sigo trabajando. Caída la noche, tal y como le dije a Rose, la empecé a coger por toda mi oficina, como a ella le gusta. No parada de gritar como una desquiciada, incluso noté que trataba de fingir su voz, trataba de sonar algo más.... ¿tierna? ¿sensual? La verdad no tengo ni idea de qué carajo trataba de hacer, lo cierto es que odiaba que lo hiciera, pero no le dije nada, solo quería acabar con este asunto y listo. Estando en el clímax, ella no parada de gritar mi nombre, es la primera vez en toda mi vida que me daba vergüenza y pena ajena escuchar esto, creo que debo pensar seriamente en buscarme otra amante, porque ella.... Pfff.... definitivamente está empezando a ponerme los nervios de punta. Ella se arregla y sale primero de la oficina, yo le sigo algo de cerca y antes de salir, miro por encima de mi hombro y veo el desastre que ha hecho, le dije
Mientras el día pasa, no puedo dejar de pensar en la chica de la limpieza, gracias a su ayuda, si es que fue ella, pude avanzar bastante en mi trabajo, lo único que me distrae de mi labor es recordarla. Al sentir un ardor en mis ojos, los cierro por unos instantes y luego miro mi reloj de mano, resoplo con fuerza al ver que apenas son las siete de la noche y ella llega hasta las nueve. Llega la hora de salida y Rose me pide que la acompañe a casa, pero le he dicho que no, que tengo mucho que hacer. Amablemente se ofrece a ayudarme, pero enseguida le digo que no es necesario, que pida un transporte y que se vaya a casa, que no se preocupe, yo pago su transporte. Sin decir nada más, se da media vuelta y se va. Reviso la información que me ha mandado Rayan, debo admitir que las jóvenes son hermosas, pero... no me llaman la atención, en realidad... quisiera tener a esa chica. Paso los perfiles de las chicas de forma desinteresada, mientras me pierdo en la pantalla del celular, giro mi si
Nuestra concentración es interrumpida cuando ella recibe una llamada, poniéndose a discutir con su madre, que parece ser que le exige de regrese a casa, viéndola tan distraída, me levanto de mi asiento y lentamente le quito el teléfono para yo hablar con la señora. Como era de esperar, no se sentía tranquila que su hija estuviera sola con un hombre a altas horas de la noche, pero le he asegurado de que solo estamos trabajando y que no se preocupe por Tris, que voy a llevarla a su casa, también me ha pedido que le pague por las horas extra que está haciendo, ya que, necesita el dinero para sacar la universidad. ¿La señora pensaba que no le iba a pagar a Astrid? Que locura, nunca pediría un servicio gratis, en especial a ella, es verdad que le falta experiencia y aprender ciertas cosas, pero ha demostrado ser demasiado competente para el puesto.Estando más tranquila, la señora cuelga después de despedirse de mí; se nota que es una niña de casa, que lindo. Le regreso su teléfono a Willi