Las palabras caen como piedras y siento una gran incomodidad, la personalidad de mi tío jamás fue de mi agrado. A veces suele tener un carácter muy agresivo y cada que viene de visita sólo trae problemas.
- ¿Se quedará mucho tiempo? - Le pregunto a nana.
- No lo sé mi niña... - La miro por el reflejo del espejo y siento que me oculta algo.
Algo no esta bien acá.
Debo hablar con mi padre.- Me digo.
Tocan la puerta y una cabellera roja aparece. Nana sonríe y hace una pequeña reverencia, la persona entra y nana sale cerrando la puerta tras de sí. Ella posa su cuerpo tras el mío con una bella sonrisa que diviso mediante el espejo y besa mi cabeza.
- Te ves preciosa hija.-
- Gracias Mamá.- Respondo devolviéndole la sonrisa.
Ella toma la tiara y la coloca en mi cabellera. Afina algunas partes del peinado y alejándose me incita a levantarme frente su presencia. Esta sonríe uniendo sus manos.
- Perfecta.- Me sonrojo.- Tu tío vendrá en un par de horas. Así que tienes el tiempo suficiente para desayunar, culminar los detalles en su bienvenida y hacer alguno de tus deberes.-
Dice al mismo que camina alrededor de mí. Trae un vestido verde esmeralda con mangas largas y su cabello semi-recogido. Observo el almendrado en sus ojos y sonrío. Mi madre es hermosa.
- ¿A qué viene mi tío? - Pregunto.
- Convocó una reunión con tu padre, no me dijo de qué tema hablarían.-
Tensa su mandíbula y por momentos su mirada se muestra perdida. Creo que me está mintiendo. Me acerco a ella con cautela y apenas toco su mano, ésta reacciona y sonríe hacia mí.
Pasaron unas tres o cuatro horas. En las que tuve que hablar con la asesora de papá para que me diera las actividades que se harían hoy con mi tío. Algo muy común que a pesar de siglos y milenios aún prevalece en lo que es la "Jerarquía" Leí sobre esto hace mucho tiempo en la gran biblioteca del palacio, miles de repisas con miles de libros. Tan viejos que la mayoría hay que tomarlos con guantes para evitar romper sus hojas, me sorprende que a pesar de todo lo que hemos pasado prevalezca algo tan hermoso, triste que ya ni exista.
Tras la guerra de las maquinas en el siglo 30 en la cual, sorprendentemente fueron los mismos humanos de aquella época quienes se asesinaban entre ellos mismos por tan avanzado descubrimiento, muchas cosas se perdieron. Luego la tecnología evolucionó a drones y todo tipo de seres que eran en parte máquinas de asesinar.
Actualmente en pleno siglo 70 eso de la tecnología ya es algo "Pasado" y casi obsoleto. Solamente se usan artilugios tecnológicos con la medicina y alguna que otra vez como medio de transporte. Del resto ¿Quién diría que nosotros o al menos mi raza, volvería a lo básico? De nuevo a la época de reyes, a la época donde existía la monarquía... A mi parecer creo que nunca debieron hacerlo a un lado.
Más aún así aquí estamos, o aquí estoy yo, para ser más específicos, en una tierra que desde el inicio de la vida a fluido con magia e inteligencia.
Volviendo a mis deberes, tuve que organizar bien los horarios en los cuáles mostraríamos a mi tío los ya típicos "Conceptos" de cómo recibir a un invitado. Ya sea: Un recorrido por las adquisiciones del palacio, actividades en que mostrábamos la cultura de nuestra nación, muestra de la gastronomía e incluso, momentos en los que yo debía mostrar mi educación tocando algún instrumento o hablando de alguna historia o la evolución.
Aburrido.
Me encontraba en el despacho de mamá coordinando con su asesora personal sobre "Cómo decorar el castillo" cuando escucho un par de voces a lo lejos.
- Alejandro y... ¿Papá? - Dije al mismo que me asomaba por la puerta del despacho y los veía a ambos charlar en el pasillo.
Recordé que papá había convocado a Alejandro para charlar con él pero... ¿De qué?
- Algo raro está pasando... - Susurré.
"A veces es mejor esperar una puñalada por quienes provienen de tu sangre a aquellos que se incrustaron en tu corazón. Pues al final, es preferible perder litros de sangre a que perder un corazón latente. "Parte IILlego al castillo y apenas entro al salón varias personas comienzan a saludar y regalarme sonrisas. Devuelvo su saludo con una sonrisa igual. A veces pienso que me la paso más acá que en mi propio "Reino" por decirlo de una manera entendible.Busco entre los pasillos a alguno de los asesores o escuderos del rey y noto algo raro. No hay ninguno cerca.— Esto no me agrada.— Digo al mismo que busco las escaleras a la segunda planta del castillo.Voy por medio camino cuando escucho a unos 6 metros a un par de guardas susurrar entre ellos. Trato de afinar mi vista escondiéndome tras una de las columnas y logro divisarlos. Ambos están en el pasillo que lleva a los jardines tr
Respiré profundamente y me aleje un poco de él retomando mi compostura.— Alejandro... Hoy mi hermano, mi propia sangre me traicionará junto con sus militares y parte de la servidumbre del palacio.— Dijo sereno.Yo tense la mandíbula y apreté mis puños. Ahora todo tenia sentido, la falta de guardias, el que esté solo, la llegada de su hermano...— En ese caso.— Sonrío sin ganas.— Espero sus órdenes, señor.Tomó el libro de las leyes y la colocó entre nosotros depositó una de sus manos sobre él y me hizo colocar la mía también.— Repite después de mí.— Dijo y asentí.— Yo, Alejandro. Príncipe del reino de los elfos, protector del bosque y protector de la princesa Isabel. Juro solemnemente, mientras tenga vida que protegeré a Isabel y haré lo que sea po
Parte I"El asesino de la estirpe"Decir que el ambiente era tenso es poco. Con la llegada del general "Samael" hermano del castaño Rey Esteban, todos los encontrados en el salón tuvieron que soportar una guerrilla de miradas y una tajante incomodidad entre hermanos. El mayor, dolido y con una gran sed de sangre y el menor, apasionado y protector que ya conocía su trágico destino.Sólo una persona en el salón del trono, ignoraba lo que ocurriría esa noche, una joven de ojos olivados que sólo tenia en mente un pensamiento "Acabar con este día lo mas rápido posible"Triste y desgraciadamente para ella, justo ese día perdería más que sólo un título de nobleza. No, vaya que perdería mucho más.Como se rige en todos los cortejos de bienvenida, cada quien saludó al general con digno respeto. Al acercarse nuestra protagonista a tan
Culminó posando los labios sobre isabel, sus manos viajaron a la cintura de su amada y la apretó más contra él. Ella en respuesta viajó sus manos a la cabellera de alejandro y comenzó a acariciar.Era un beso algo estropeado, los labios se movían con cierto temblor y timidez. No querían que nadie los vieran en esa posición y menos haciendo tal cosa.Bajo su ropa una luz dorada comenzó a brillar y sus corazones se fundieron en uno solo como siempre solía pasar.Un suspiro escapó de los labios de isabel y alejandro aprovechando eso profundizó el beso. Ella abrió un poco más su boca dejando que el introdujera su lengua y se mezclara con la suya.Las manos que se encontraban en su cintura se apretaron un poco más enterrando inconscientemente las uñas.- Ale t-tus... - Balbuceó en un mínimo espacio que tuvieron para respirar
" Hay amores que simplemente nunca se olvidan, sin importar de quien se trataba. "Fuga de Amantes- No, no pasa nada mamá. - Respondí avergonzada aún con mis manos sobre mi cuello pasando mis yemas por dónde estuvieron los labios de alejandro. Ésta enseguida vino a mí con una sonrisa pícara.- Vamos, soy tu madre y te conozco. -Dijo incitando a que le contase la razón de mi actitud.Internamente debatía entre si contarle o no, pero entonces recordé de quién se trataba. Era mi madre, y sin importar cuantas veces evite decirle la verdad ella ya sabría cuál era. Me conoce más que nadie.- Haber, supondré que se trata de alejandro. - Mencionó de repente haciendo que me paralizara. - Así que de eso se trataba... Vaya, el amor de jóvenes es algo tan bello. -Se alejó y entró en el baño susurrando algo
Desgraciadamente todas las habitaciones de la realeza (La mía y la de mis padres) quedaba en medio del pasillo, y no al principio donde podemos llegar rápidamente.Según el plan que me había contado alejandro, ya después de haber cruzado la cocina y entrar al pasillo principal debíamos movernos rápido, porque ahí no hay lugares ni cruces por los cuales escondernos.- Isabel, hay que apresurarnos. - Tomó mis manos y me levantó.Corrimos sigilosamente y entramos a la cocina. Descansamos unos segundos y alejandro se asomó por la puerta.- Maldición. - Susurró.- ¿Qué pasa? -- La conexión de la cocina al pasillo está bloqueada. - Sentí mis nervios recorrer mi cuerpo. Él tomó su espada.De repente, la puerta trasera de la cocina se abrió. Ambos nos asustamos y alejandro empuñó su
Unpajaritolindomesusurróaloído"Quiérete"- ¿Quéhicistetú?+Mequise. - Datrespasosysepierdeenlaneblinadelacaída.Han pasado cuatro horas, lo sé porque es el tiempo que me toma desde el castillo a la espesura del bosque. No estoy completamente seguro del si aún siguen tras nuestra pista, lo que sé es que es tarde. Demasiado. Y estar a tan altas horas de la madrugada sólo en este bosque con ella entre mis brazos es un peligro sumamente gigante para ambos.Escucho pasos y ramas romperse a lo lejos.Me pongo alerta pero no puedo hacer mucho, una de mis manos está en la correa deMaximusel que era el corcel del rey. Negro como la noche y con cuatro patas delanteras y traseras, es un animal magn&iacut
Una luz algo cegadora comienza a aparecer por todos lados y apresuro mi caminar.Llego a lo que de lejos parece la cordillera de una montaña normal, pero poco a poco al acercarme toma forma de un castillo bien camuflajeado entre las rocas, luego una voz a lo lejos.– Vaya, hoy llegaste temprano.– Dice pero no puedo verla.– Hoy no madre.– Respondo sin ápice de alegría como siempre suelo hacer.– ¿Enojado? ¿Peleaste con ella acaso? – Dice con tono esperanzador.– Ojalá hubiese sido una discusión solamente...– Susurro.Llego al castillo y subo a una de las torres más alejadas y altas. En resumen, mi habitación. Entro y coloco a isabel con cuidado en mi cama, me acerco a la ventana y cierro cortinas, me devuelvo y me quedo levantado a un lado de isabel.Me recuesto de una de las vigas de la cama la cual tiene unas cortinas de un