Stephanie Miller. Después de los acontecimientos pasados, decidimos invitar a Tom y Raúl a cenar a la finca. No es la primera vez que cenamos juntos, pero en verdad, esta vez, tenemos motivos ocultos, que conciernen la seguridad y estabilidad de las niñas. Con Enzo necesitamos saber si estarán seguras alrededor de Antonella o no. El timbre suena y veo que Mildred abre la puerta. Sonrientes, ingresan Tom y Raúl a la finca. “¡Qué gusto de verlos!” Les digo abrazando a cada uno. Enzo los abraza también mientras les dice, “Qué bueno es tenerlos aquí. ¿Cómo han estado?” Tom dice, “Hemos estado bien, excepto por este clima. Detesto el invierno.” Raúl sonríe y dice, “Tom, tú detestas muchas cosas, pero el invierno no es una de ellas.” “¿Cómo qué no? Sí, detesto el invierno.” “Detestas el frío, pero no el invierno.” “Es lo mismo.” Veo que Raúl mueve su cabeza en negación, mientras prefiere guardar silencio para no entrar en una discusión con su marido. Me dice en el oído, “esposa fe
Stephanie Toussaint. A la pregunta de Tom, le acompaña una mezcla de emociones. Él sabe perfectamente que, si la respuesta es sí, tendrá problemas con Raúl y Antonella, por sus repentinas inseguridades. Honestamente, no sé qué hacer. Solo miro a Tom y le digo, “Espérame un minuto.” Me coloco de pie y me acerco a Cat. “Hey, nena. ¿Qué pasó? ¿Tuviste una pesadilla de nuevo?” “Sí, mami. El hombre malo de nuevo se metió en mis sueños. Pero esta vez, había una mujer que lo acompañaba.” Frunzo el ceño y le digo, “¿y qué hacían, nena?” “Se llevaban a mi hermano, mami.” Abro mucho los ojos y veo la cara de Enzo que se torna pálida. Rápidamente, la tomo en mis brazos y le digo, “No te preocupes, cariño. Es solo un mal sueño. Vamos, te llevaré a tu cama.” Veo cómo bosteza y apoya su cabeza en mi hombro, mientras la llevo a su habitación. Durante todo el trayecto, no paro de pensar en el sueño de Cat. Ellas saben que tuvieron un hermano y que desapareció. Quizás saber eso le está formand
Matthew Anderson. El último mes y medio ha sido caótico y todo se ha vuelto confuso, con el regreso de Steph a mi vida. Entiendo de que ya no puedo tenerla a ella de vuelta como mi mujer, pero eso no significa que no quiera saber la verdad. No puede ser de que las niñas tengan la misma edad, la misma fecha de nacimiento que Chris y que sean hijas de Vicenzo. Por lo menos, es algo que no quiero creer, porque eso significaría que Stephanie me fue infiel con él, antes de la trampa que me tendieron. Pero, aun así, las fechas no cuadran. No, hay algo más aquí. Decidido, tomo el teléfono y llamo a Taylor. “¿Sí, señor Anderson?” “Taylor, necesito que vengas a mi oficina, ahora.” “Voy enseguida, señor.” Corto el teléfono y saco de mi caja fuerte, algo que sustraje de la casa de Steph: un vaso. Las niñas estaban bebiendo chocolate caliente cuando yo llegué a buscar a Chris y, con la conmoción del desmayo de Steph, lo tomé sin que nadie lo notara. Se abre la puerta de mi oficina y veo q
Stephanie Toussaint.Después de la cena que tuve con Tom y Raúl la semana pasada, decidí que ya es hora de que Matt sepa la verdad. Enzo no está de acuerdo, pero entiende que, en cuanto a esto, él solo tiene que apoyarme.Me siento en la cama con el celular en la mano. Un burbujeo se siente en mi estómago, mientras el nerviosismo me invade. Suspiro me armo de valor para hacer lo que tengo que hacer.Marco el número de Matt el cual suena dos veces hasta que escucho su voz diciendo, “¿Stephanie? ¿Cómo estás?”Veo que está de buen humor. “Bien, Gracias Matt.”“¿Cómo te sientes? La última vez que te vi estabas vomitando tus entrañas en esa pobre planta.”Siento como mis mejillas se sonrojan al escucharlo decir eso. “Lo siento.” Es lo que manejo decir en un susurro.“¿Por qué? Lo que sucedió no tiene nada de malo, Steph. Así que no tienes que disculparte por nada. ¿Está bien?”“De acuerdo.”“Bien. Ahora, dime. ¿A qué debo el honor de tu llamado?”Me aclaro la garganta mientras digo, “¿Tien
Stephanie Toussaint. Me quedé mirando a Matt absolutamente consternada. No puedo creer que él ya sepa que las niñas son suyas y que no esté enojado. No puedo creerlo. Todo este tiempo, me formé una idea en mi cabeza, en la que Matt era tan inmaduro y manipulador que haría lo que fuera por hacer su voluntad. Es… una grata sorpresa, a decir verdad. Me aclaro la garganta y le digo, “¿estás bien?” “¿Por qué no habría de estarlo? ¡Es una noticia maravillosa, Steph! Te prometo que seré el mejor papá que las niñas jamás podrán tener.” Suspiro y le digo, “Matt, Enzo ha sido su padre durante estos años. Ellas lo adoran. No intentes ir en contra de eso, porque las chicas son… testarudas. Imagínate, son hijas nuestras.” Veo que él se ríe mientras dice, “me imagino lo testarudas que pueden llegar a ser. Y sé que Vicenzo se ha hecho cargo de ellas. Te prometo que no me interpondré en su relación. Solo quiero conocerlas. ¿Ellas saben de mí?” “Ellas saben que tienen un papá biológico y tienen
Matthew Anderson. Tener a Stephanie tan cerca de mí hizo que mi corazón latiera aceleradamente. Se desmayó en mis brazos y en vez de pedir ayuda, quise tenerla conmigo por un momento. La acurruqué en mi regazo sin dejar de acariciar su pelo y su piel. Inhalo su olor, recordando lo embriagador que es. Tenerla tan cerca de mí hace que recuerde mi vida con ella y lo afortunado que fui de tenerla solo para mí durante tantos años. Es gracioso darse cuenta de lo que tenías hasta que lo pierdes. Siempre he sabido lo maravillosa que ella es, pero el no poder tenerla más conmigo solo hizo que la añorara aún más. ¡Estoy profundamente enamorado de ella! Y lo más probable es que muera amándola. Pero, honestamente, no me importa. He tratado de rehacer mi vida en los brazos de otra mujer y mira cómo eso resultó. Antonella quiso matar a Chris. Y aunque ella lo niegue y no haya pruebas contundentes en su contra, siempre estará la duda. Aparte de que lo dejó olvidado en el parque. Todo eso solo hac
Antonella Lombardo.Vivir bajo la sombra de un recuerdo es tan doloroso como tener conciencia, cada día, de que jamás serás la primera. Es frustrante enamorarte de un hombre que solo te ve como su segunda opción. Pero de esa forma es la que amo a Matt.Puede sonar patético, lo sé. Si mis amigas me dijeran que prefieren quedarse con el hombre a pesar de saber que no les corresponde su amor, les diría que son unas idiotas sin amor propio.Quizás es obsesión o tal vez es el deseo imperante de no fracasar, pero sabía perfectamente en lo que me estaba metiendo cuando acepté ese trago, la noche en que nos conocimos. Sabía que cuando se acostaba conmigo, imaginaba que estaba con ella. Una noche, cuando estábamos en la cama, me llamó Stephanie. Ese fue un golpe bajo. Muy bajo.Siempre deseé conocerlo. Cuando veía las revistas y salían ambos con sus planes de matrimonio, la envidia me invadía al verla tan feliz acompañada del hombre que yo sabía estaba destinado a ser mi esposo. Yo he nacido p
Stephanie Toussaint.Luego de la conversación que tuve con Matt, de lo que casi ocurre con él y a eso agregarle las estúpidas hormonas del embarazo, me sentí más confundida que nunca. Es como si los años no hubieran transcurrido y las mariposas que siento cada vez que él está cerca, se hubieran reactivado.Después de que llegué a la casa, salí con Enzo a tener nuestra escapada amatoria. Y como siempre, fue grandioso. Sin embargo, la vocecita en el fondo de mi cabeza no dejaba de decirme lo mucho que me gustaría volver a sentir los labios de Matt sobre los míos. ¿Qué? ¿En qué mierda estoy pensando? ¡Sal de ahí, Stephanie! Son solo las hormonas que me vuelven más caliente que de costumbre.Suspiro al pensar en todo esto, mientras miro por la ventana del auto. “Nena, ya estamos aquí.” Mis pensamientos son interrumpidos por la roca y aterciopelada voz de Enzo.Miro alrededor y me doy cuenta de que efectivamente ya estamos en el instituto Saint George. Nos bajamos, Enzo toma de mi mano e i