Stephanie Toussaint. Me quedé mirando a Matt absolutamente consternada. No puedo creer que él ya sepa que las niñas son suyas y que no esté enojado. No puedo creerlo. Todo este tiempo, me formé una idea en mi cabeza, en la que Matt era tan inmaduro y manipulador que haría lo que fuera por hacer su voluntad. Es… una grata sorpresa, a decir verdad. Me aclaro la garganta y le digo, “¿estás bien?” “¿Por qué no habría de estarlo? ¡Es una noticia maravillosa, Steph! Te prometo que seré el mejor papá que las niñas jamás podrán tener.” Suspiro y le digo, “Matt, Enzo ha sido su padre durante estos años. Ellas lo adoran. No intentes ir en contra de eso, porque las chicas son… testarudas. Imagínate, son hijas nuestras.” Veo que él se ríe mientras dice, “me imagino lo testarudas que pueden llegar a ser. Y sé que Vicenzo se ha hecho cargo de ellas. Te prometo que no me interpondré en su relación. Solo quiero conocerlas. ¿Ellas saben de mí?” “Ellas saben que tienen un papá biológico y tienen
Matthew Anderson. Tener a Stephanie tan cerca de mí hizo que mi corazón latiera aceleradamente. Se desmayó en mis brazos y en vez de pedir ayuda, quise tenerla conmigo por un momento. La acurruqué en mi regazo sin dejar de acariciar su pelo y su piel. Inhalo su olor, recordando lo embriagador que es. Tenerla tan cerca de mí hace que recuerde mi vida con ella y lo afortunado que fui de tenerla solo para mí durante tantos años. Es gracioso darse cuenta de lo que tenías hasta que lo pierdes. Siempre he sabido lo maravillosa que ella es, pero el no poder tenerla más conmigo solo hizo que la añorara aún más. ¡Estoy profundamente enamorado de ella! Y lo más probable es que muera amándola. Pero, honestamente, no me importa. He tratado de rehacer mi vida en los brazos de otra mujer y mira cómo eso resultó. Antonella quiso matar a Chris. Y aunque ella lo niegue y no haya pruebas contundentes en su contra, siempre estará la duda. Aparte de que lo dejó olvidado en el parque. Todo eso solo hac
Antonella Lombardo.Vivir bajo la sombra de un recuerdo es tan doloroso como tener conciencia, cada día, de que jamás serás la primera. Es frustrante enamorarte de un hombre que solo te ve como su segunda opción. Pero de esa forma es la que amo a Matt.Puede sonar patético, lo sé. Si mis amigas me dijeran que prefieren quedarse con el hombre a pesar de saber que no les corresponde su amor, les diría que son unas idiotas sin amor propio.Quizás es obsesión o tal vez es el deseo imperante de no fracasar, pero sabía perfectamente en lo que me estaba metiendo cuando acepté ese trago, la noche en que nos conocimos. Sabía que cuando se acostaba conmigo, imaginaba que estaba con ella. Una noche, cuando estábamos en la cama, me llamó Stephanie. Ese fue un golpe bajo. Muy bajo.Siempre deseé conocerlo. Cuando veía las revistas y salían ambos con sus planes de matrimonio, la envidia me invadía al verla tan feliz acompañada del hombre que yo sabía estaba destinado a ser mi esposo. Yo he nacido p
Stephanie Toussaint.Luego de la conversación que tuve con Matt, de lo que casi ocurre con él y a eso agregarle las estúpidas hormonas del embarazo, me sentí más confundida que nunca. Es como si los años no hubieran transcurrido y las mariposas que siento cada vez que él está cerca, se hubieran reactivado.Después de que llegué a la casa, salí con Enzo a tener nuestra escapada amatoria. Y como siempre, fue grandioso. Sin embargo, la vocecita en el fondo de mi cabeza no dejaba de decirme lo mucho que me gustaría volver a sentir los labios de Matt sobre los míos. ¿Qué? ¿En qué mierda estoy pensando? ¡Sal de ahí, Stephanie! Son solo las hormonas que me vuelven más caliente que de costumbre.Suspiro al pensar en todo esto, mientras miro por la ventana del auto. “Nena, ya estamos aquí.” Mis pensamientos son interrumpidos por la roca y aterciopelada voz de Enzo.Miro alrededor y me doy cuenta de que efectivamente ya estamos en el instituto Saint George. Nos bajamos, Enzo toma de mi mano e i
Stephanie Toussaint.La pregunta de Christian se quedó clavada en mi alma. ¡Malditos niños! Olvidaba lo crueles que pueden llegar a ser con quienes son diferentes a ellos. Gracias a Dios, jamás he tenido este tipo de problemas con las niñas, ya que saben defenderse solas. Lo más probable es que si estuvieran aquí, se vengarían de los niños que hicieron sufrir a Christian.Lo abrazo más fuerte, protegiéndolo contra mi pecho. Alzo mi mirada y le digo a Enzo, “llama a Matt. Él tiene que saber esto.”Suspira, asiente en silencio, saca su celular y llama a Matt. El director se acerca rápidamente diciéndome, “pero señora Toussaint, no es necesario molestar a Matt con esto.”Frunzo el ceño, enfurecida mientras le digo, “¿Es en serio? ¿Usted, siendo educador, no considera que esto es grave? Que los niños le digan esto, no es una niñería o algo de la edad. Esto es constitutivo de abuso escolar. Presumo que tienen protocolos para abordar este tipo de situaciones. ¿Cierto?”El director abre much
Matthew Anderson.Dos semanas después.Luego de una semana de intensa búsqueda, con Stephanie encontramos la perfecta escuela para los tres niños. En honor a que yo me pueda acercar a las niñas, acordamos en que nos turnaremos en pasarlos a buscar, así podré pasar tiempo con ellas sin espantarlas.Hace unos días, Stephanie me mencionó sus ganas de volver a trabajar, pero Enzo se enojó muchísimo con ella por decirme. Honestamente, no sé qué problemas tienen ambos, pero secretamente me alegro de que los tengan. Puede sonar egoísta, pero mi amor por ella no ha disminuido nada en todos estos años. Solo ha aumentado.Cada día en que puedo pasar unos minutos con ella, hablarle o solo verla sonreír, hace que mi día mejore considerablemente. Me encuentro sonriendo más y siendo más amable con todos. Ella hace que yo sea y quiera ser una mejor persona.“¿Matt?”Sacudo mi cabeza, giro mi silla y ahí la veo. Radiante, hermosa y perfecta, detenida en la puerta con su sonrisa en su rostro y sus ojo
Stephanie Toussaint.Cuando sentí los dedos de Matt en mi mentón, hizo que un escalofrío viajara por mi espalda. Sentir su perfume con tonos de madera, y ver sus increíbles ojos azules mirándome fijamente, por un momento me perdí a mí misma. Desconozco si son las hormonas del embarazo o si realmente era yo, pero en ese momento, lo deseaba.Deseaba tanto que me besara, que me tomara en sus brazos, me sentara en su escritorio y me hiciera el amor como hace años lo hacía. ¡Oh, cómo deseaba volver a sentir su polla dentro de mi coño! ¡Cómo necesitaba ver que me dejara marcas sobre mi piel, testigos oculares de que pertenezco a él!¡Pero qué mierda pasa conmigo! ¿Desde cuándo me he convertido en una infiel? ¡Esto tiene que parar, Steph! Nada bueno saldrá de todo esto. ¡Tú eres una mujer CASADA! No puedes andar haciéndole daño a los que te rodean. No puedo hacerle a Enzo lo que Matt me hizo.Y ahí estaba. El recordatorio intrínseco de lo que sucedió el día antes de mi matrimonio fallido. Un
Stephanie Toussaint.Después de compartir con Matt durante la tarde, regresé a casa. Enzo me esperaba, enfadado, en el despacho. Sin ganas de discutir nuevamente con él, decidí tomar una siesta, por lo tanto, me dirigí sin demora a la comodidad de mi habitación.Hoy le correspondía a Matt ir por los niños y quedamos en que regresaría a las niñas a la hora de la cena. Eso me daba exactamente casi dos horas para dormir e intentar enterrar los dramas de mi vida, aunque solo fuera por un momento.Me recosté en la cama y casi de forma inmediata, el sueño vino a mí. Era como si estuviera caminando por los increíbles viñedos de Italia. Todo a mi alrededor era verde, mientras el sol del atardecer abrigaba mis hombros descubiertos. La vista era simplemente extraordinaria.Majestuosas montañas se alzaban ante mí, mientras en la lejanía, una casona antigua albergaba la risa de niños jugando en los alrededores. Un susurro en mi oído me sacó de mi estado de asombro. “Te amo, querida.”Giré mi rost