Mila sonrió y dijo: —Tienes toda la razón. Cuando volvimos, el tal tipo importante y de talla mundial que había llegado en helicóptero estaba a punto de irse del hotel. Escuchamos que el gerente del hotel había llegado tan solo para despedirse de aquel sujeto. —¡Vamos a echarle un vistazo y ver quién es! Mila, siempre curiosa, me agarró y me llevó al tercer piso para ver qué tipo de persona era capaz de hacer que casi cien helicópteros vinieran por él. Cuando llegamos, vimos a decenas de guardias de seguridad vestidos de negro, que salieron corriendo con mucha coordinación y se alinearon en dos filas. Detrás de ellos, unos diez ejecutivos, con trajes impecables, rodeaban a un hombre oriental muy alto que salía de una de las villas del hotel. El tipo de veras era realmente apuesto. Su altura y su postura erguida lo hacían destacar incluso entre los extranjeros que lo rodeaban. Además, su presencia dominante, como un líder acostumbrado al poder, hacía que todos los demás pare
No sabía si era porque Mila no había visto a Luna muchas veces, pero no logró darse cuenta de que la mujer frente a nosotras se parecía a ella. —Pues a decir verdad no me parece —dijo, y luego, pensativa, me miró raro. —¿No será que piensas que esta mujer es Luna? ¿Que no está muerta y tan solo fingió su muerte? Justo cuando iba a decir que tenía esa sensación, Mila añadió, —Cuando fui a preguntar, me dijeron que la muchacha de la limpieza lleva más de un año trabajando en el hotel, y Luna no lleva ni medio mes muerta, ¿verdad? Yo me quedé en silencio. Así que, en efecto, la mujer no podía ser Luna. —Y aunque Luna fingiera su muerte, no se animaría a aparecer en un lugar como este —continuó Mila. —Un fugitivo que finge su muerte probablemente solo se escondería en un lugar apartado y lejos de cualquier atención. —Es cierto... —empecé a decir, pero no terminé la frase cuando sonó mi teléfono. Era mi abuela. Me dijo que no sabía qué había comido, pero que tenía una
Era muy importante investigar si ella había vuelto al país hace poco y si había alguna conexión entre Luna y esa muchacha de la limpieza. Después de colgar la llamada con el detective privado, Mila me miró y preguntó: —¿Estás pensando que la persona que murió no fue Luna, sino la muchacha del servicio, y que ahora esa es Luna quien se robó la identidad de la joven. Además de que luna se está haciendo pasar por esa muchacha ya fallecida? ¡Tienes mucha imaginación!Asentí. Tenía esa sospecha. Por alguna razón la figura de esa mujer de esa tarde, la sensación que me dio era que si era Luna. Mila se quedó callada. Aunque parecía increíble, después de pensar en todas las maquinaciones de Luna en el pasado, comenzó a creer que no era tan descabellado. Sobre todo porque Luna había estado viviendo en el extranjero y había estudiado en una academia de arte en Francia. … El detective privado que contraté era muy bueno. Fue el mismo que descubrió que Luna había estado casada con el padr
Aunque cada día hacía menos frío, todavía era el principio de la primavera, ¡y a él se le ocurrió comer sin camiseta! Por un momento, no sabía si debía comer o admirar sus abdominales tan marcados. Antes, solo con ver su cara, sentía que Gabriel había cambiado mucho, se veía más guapo, diferente a cómo era antes. Pero ahora, al ver sus abdominales tan definidos y sus músculos fuertes, me di cuenta de que ese niño ya había crecido. ¡Ahora era un adulto! —¿Acaso no te da frío? —le pregunté a Gabriel, que estaba sirviéndose comida. Sabía que los jóvenes tienen mucha energía, pero yo todavía usaba un suéter delgado, mientras él ya estaba tan caliente que se quitó la parte de arriba. ¡Eso era demasiado! Gabriel no dijo nada. —Ponte la camisa, diablos—dije mientras tomaba una camiseta y se la ponía a Gabriel. Gabriel apretó la cuchara con más fuerza y, después de un momento de emoción en sus ojos, dijo: —Muchas gracias, Esmi. Justo cuando iba a decir que no era necesari
No me interesaba nada las subasta, pero justo cuando iba a rechazar la invitación de Gabriel, vi que tenía en sus manos la lista de los artículos que se venderían. Entre esos artículos, había uno que me hizo fijarme más. Lo miré bien y, al darme cuenta de que era exactamente lo que había estado buscando desde hace tiempo, me levanté rápido para cambiarme de ropa. Cuando Gabriel vio que aceptaba ir, se puso de buen humor y también fue a cambiarse. Tal vez, cuando los chicos crecen, se preocupan más por su ropa. Yo, como mujer, ya me había cambiado, pero Gabriel todavía no salía de su habitación. Justo cuando estaba sacando mi teléfono para jugar un poco y distraerme, Gabriel salió. Se había arreglado bastante, y se veía más guapo que siempre. No pude evitar mirarlo varias veces. Aunque no era mi hermano biológico, tener un hermano tan guapo me daba un poco de orgullo. Sin embargo, noté que intentaba dar una imagen más seria. Aunque todavía era estudiante, se había puesto un traje,
Me quedé tan sorprendida que no pude reaccionar de inmediato. La mujer que había hecho la oferta me sonrió cuando la miré. Luego, con actitud retadora, levantó la placa de la subasta hacia mí. Esos ojos familiares, esa provocación tan conocida, hicieron que apretara con fuerza lo que tenía en la mano. ¡Luna! ¡Luna estaba vivita y coleando! ¡No estaba muerta! ¡Ella de verdad no estaba muerta! Aunque esa cara no era exactamente la de Luna, sino más bien la de la chica del servicio de limpieza, prima de Luna, su mirada, su expresión, me confirmaron que era ella. Cuando nuestras miradas se cruzaron de nuevo, no pude evitar quedarme paralizada. El subastador ya había dicho por tercera vez el precio de 10 millones. Cuando reaccioné, ya habían vendido las medallas de jade por esa cantidad. Levanté la cabeza y la miré, furiosa. Ella, al ver mi expresión severa, no solo no se asustó, sino que se acercó más al hombre a su lado, abrazando su brazo con una actitud desafiant
Sus ojos, tenían esa mirada desafiante, era de Luna.Pero su voz, su actitud directa y su manera de ser eran tan puras que no se parecían a ella. Luna solía ser una persona inocente y triste. Alguien con esa personalidad, en una situación como esta, solo lloraría y diría: —Hermano, míralo, me están insultando. Pero no esta vez. —¿Es esta la nueva personalidad que adoptó? —preguntó Gabriel con voz fría. —¿Te atreves a llamar a la policía? ¿A acusarme de difamación? La mujer respondió tranquilamente: —¿Luna? ¿quién es esa tal Luna? Ja, ja. —Te equivocas, muchacho. No soy Luna, soy Céline Moreau, prima de Luna. Lo dijo como si fuera obvio, pero su manera de hablar la hacía ver tan adorable. Esto hizo que el hombre a su lado, con una presencia imponente, no pudiera evitar sonreír y acariciarle la cabeza. Al recibir ese gesto, Céline se animó a seguir hablando: —Además, mi prima Luna no es una criminal. —¡Esa bruja se inventó un montón de mentiras! Mientras decía e
—No es importante que sepas todo por ahora. Solo necesitas saber que la dejo a mi lado porque me es útil. Gabriel estaba a punto de decir algo. El hombre cambió un poco su mirada y siguió: —Escuché de Gaspard que no esperaste a que tu abuelo saliera del hospital y volviste corriendo para cuidar a tu hermana. Gabriel bajó la mirada sin decir nada. —Gabriel, entiendo que, por nostalgia de tu infancia, quieras revivir el cariño y los sueños de cuando eras pequeño, y que quieras tener algo con tu amada hermana. Es algo que se puede entender. —Pero deberías saber lo que te espera en el futuro. No te lo tomes tan en serio. Gabriel apretó las manos a los lados de su cuerpo, cerrando los puños con fuerza. —Además, ya no eres un niño. A mi edad, ya había asumido toda la responsabilidad de mi familia. —Y tú aún no tienes la madurez suficiente. Hoy, una mujer para nada especial apareció, y tu casi te desquicias. Así, ¿cómo puedes lograr algo en la vida actuado de esa manera? —