De repente, pasamos de estar al borde de morir a sentir que volvíamos a la vida.Antes, parecía que ya no la contábamos, y ahora todo estaba en calma.Probablemente fue el miedo.Fue tan intenso que, aunque el avión ya se había estabilizado, todavía no podía moverme bien y no dejaba de temblar del susto.Benoît seguía abrazándome sin soltarme.Sentir mi cuerpo tan cerca le despertó algo que no sabía cómo explicar.Solo reaccionó por instinto, sin intención de separarse.Hasta que la azafata llegó a tocar la puerta para ver cómo estábamos.Ahí fue cuando volví a aterrizar en la realidad.Y justo en ese momento, Benoît me soltó.Me afectó la ausencia de sus brazos, era como si me faltara algo.Cuando se dio cuenta de lo que había hecho, su mirada, que ya era intensa, se volvió aún más intensa e imposible de comprender.Después de que la azafata ordenó todo y se fue, Benoît, que hace rato parecía relajado, cambió de humor de la nada.—Tengo cosas que hacer. Es mejor que te vayas de una ve
El camino del aeropuerto al centro sólo tiene una vía, y Benoît venía siguiendo nuestro auto de cerca.Enzo, que era el chofer de Benoît, notó que el carro en el que íbamos empezó a acelerarse sin control, y en cuanto vio que algo andaba mal, gritó:—Señor López, ¡el auto de Esmeralda le está pasando algo raro!Gabriel, que estaba metido de lleno en unos documentos, levantó la cabeza de inmediato. Cuando vio el auto delante de ellos, algo cambió en sus ojos.—¡Vamos, síguelo a toda prisa!Justo en ese momento, sonó su celular. Era una llamada de Benoît.Al contestar, lo escuchó muy preocupado.—Tío, ¿estás con Esmeralda? Me acaban de avisar que esa tal señorita Pietro quiere matarla.—No sé bien qué están planeando, pero sé que lo harán entre el aeropuerto y el centro. ¡Tengan mucho cuidado tú y ella!—¡Ya voy en camino al aeropuerto!Las palabras de Benoît hicieron que la expresión de Gabriel se volviera más dura....Mientras tanto, yo ya empezaba a notar que el chofer no se veía tan
Mi asistente también es muy lista. Cuando se calmó, entendió de inmediato lo que quise decir.Quería decirme algo, pero yo ya había abierto la puerta del auto y la empujé para que saliera.Vi que varias personas se acercaban nadando, así que le hice señas para que se apurara.Cuando se trata de vivir o morir, todos van a querer salvarse el pellejo, así que aunque no quería dejarme, aunque no quería que me pasara nada, con los ojos llenos de lágrimas, se dio la vuelta y nadó lejos.No había pasado mucho tiempo desde que se fue, cuando las personas que gritaban que venían a ayudar empezaron a acercarse a mí.Vi que al notar a alguien nadando en otra dirección, hicieron señas bajo el agua para dividirse: unos fueron tras ella, y otros se vinieron directo hacia mí.Al ver eso, les señalé que la persona que buscaban era yo.Luego me giré y nadé en la otra dirección, queriendo distraerlos para que mi asistente tuviera más tiempo de escapar.Pero, aunque entendieron lo que les señalaba, no me
Fui descubierta por un tipo mayor cuando estaba pescando por la mañana. Accidentalmente su anzuelo se quedó enganchado en mi ropa, y por más que intentó, no pudo sacarme con su caña. Al acercarse, vio que yo estaba como que ahogada en el agua. Asustado, dejó caer la caña de pescar y salió corriendo a llamar a la policía buscar ayuda.Cuando la policía me sacó del agua pantanosa, apenas me quedaba un hilo de vida.Por lo que los médicos que participaron en mi rescate llegaron a pensar que yo no terminaría sucumbiendo a tal desgracia.Al notificar ellos a mi familia, ellos también me dieron por perdida y ni siquiera les importo nada.Sin embargo, de alguna manera, gracias a una resistencia y resiliencia increíble, logré sobrevivir por obra de milagro.Comparado con el dolor de la caída en ese instante, el tormento que sentí al despertar, con mi cuerpecito todo maltrecho, fue casi que insoportable. El cuerpo humano tiene 206 huesos, y yo tenía 108 vueltos nada. Los rápidos del rio me hab
Al ver los pedazos de vidrio en el suelo, el tipo al parecer se irrito. Su arrogancia hacía que la atmósfera del hospital se sintiera aún más fría.—¿Cómo se te ocurre hacer un berrinche en medio de un hospital? ¿Cuándo vas a empezar a comportarte como una adulta?Yo no respondí nada, solo no podía creerlo.¿Berrinche?¿Quién es él como para hablarme de esa manera?Parecía que iba a decirme más cosas, pero se acordó de algo.—Luna no quiere salir del hospital y ni siquiera volver a casa, ella se siente bastante dolida por tus dramas. Está tan triste que piensa irse. Hoy, no importa lo que pase, tienes que ir a disculparte con ella y convencerla de que se quede.Después, se me acercó rápidamente y trató de levantarme de la cama. Por reflejos, me aparté de él y de su mano.—¿Y quién es usted? ¡No le conozco y por favor no se me acerque!Aunque ahora podía moverme, mis heridas no habían sanado por completo, y tenía pánico de que alguien me tocara.El tipo se enojó.—Esmeralda, ¿qué estupi
Enterarme, de la nada, de que tenía un esposo me dejó dando vueltas en la cama, sin poder pegar los ojos del sueño. Así que decidí llamar a mi mejor amiga, Mila Picard.Aunque no había querido contactar con ella para que no se preocupara al saber que estaba gravemente herida, también me sentía aliviada de que ella no hubiera intentado contactarme en todo este tiempo. De lo contrario, seguramente habría descubierto lo de mi accidente.Sin embargo, en el momento en el que me contestó la llamada, no pude evitar sentirme un poco dolida y reprocharle:—¿Yo no te llamo y tú tampoco me llamas después de tanto tiempo?Han pasado más de dos meses. No sólo no me llamó ni una vez, ni siquiera me mandó un mensaje.¡Pero qué desconsiderada!Pensé que se sentiría apenada y me iba a explicar que había estado en algún lugar remoto haciendo investigaciones científicas, sin señal ni comunicación.Pero para mi sorpresa, después de un largo silencio, me respondió:—Esmeralda, ¿te olvidaste de que ya no so
Durante este mes de recuperación en el hospital, no me quedé de brazos cruzados. Hice que investigaran todo sobre la relación entre David, Luna y yo.Descubrí que David y yo nos habíamos casado por amor. Siempre pensé que había encontrado el amor verdadero.Por este hombre, no sólo entregué todo lo que tenía para ayudarlo con su negocio, sino que también abandoné mis estudios para ser una ama de casa y cuidar de su salud.Pero, ¿quién iba a pensar que todo lo que me dijo eran falsas promesas de amor?La persona que realmente amaba era mi hermana adoptiva, Luna.Desde que Luna regresó, todo cambió.En nuestro aniversario de bodas, él se fue con ella al Ártico a ver la aurora boreal.En mi cumpleaños, él la acompañó a la ciudad de Tokio a disfrutar de la romántica lluvia de flores de cerezo.En San Valentín, le regaló a Luna una casa llena de rosas rojas y un anillo de diamantes enorme, mientras que a mí sólo me dio un regalo que venía como extra con los obsequios que compró para ella.Y
De inmediato, todos comenzaron a insultarme, llamándome cruel. Entre las críticas, me crucé con la mirada triunfante y desafiante de Luna.Desde que llegó a mi familia, he sido derrotada una y otra vez por su supuesta fragilidad y bondad.Ella siempre ha sido capaz de hacerse lo peor a sí misma para lograr sus objetivos.Como aquella vez en la que, para acusarme de no tolerarla, tomó mi mano y la usó para tirarse por las escaleras, terminando con heridas graves que la dejaron hospitalizada más de un mes.Ahora, como entonces, fue igual de despiadada consigo misma.Cuando terminé de hablar, ella me miró con una sonrisa triste y llena de falsa bondad, y luego, con el cuchillo en el cuello, y se cortó.Si no fuera porque David reaccionó rápido y le arrebató el cuchillo de la mano, probablemente si no fuese así, habría visto un baño de sangre en ese mismo momento.A veces, debo admitir que la admiro.…Aunque David fue rápido y evitó que Luna se desangrara, la afilada hoja alcanzó a hacerl