Aunque dije que dejaría su vida en manos del destino, en el fondo, sí esperaba que Dios no lo perdonara y que pudiera hacerme rica de golpe. Pero, no solo David no murió… ¡Dios, en vez de castigar al desgraciado, parecía estar de su lado! Dijeron que, si no despertaba en 24 horas, ya nunca despertaría. Pero no solo despertó… ¡Volvió como si nada le hubiera pasado! Olvidó todas las cosas crueles que me hizo. Solo recordaba que me amaba y lo bueno que había sido conmigo. Su memoria se quedó detenida en el año en que más me quiso. Aquel año… Nos graduamos de la universidad y, en cuanto recibimos nuestros diplomas, fuimos a casarnos. Ese mágico año… Él, que siempre había sido rebelde, decidió enfocarse por completo en empezar un negocio para darme la mejor vida posible en el menor tiempo posible. Yo, conmovida por su determinación, vendí la empresa que acababa de heredar para invertir en su proyecto y apoyarlo. Incluso renuncié a mis estudios de posgrado para cuidar de él y estar a su
Dicen que, cuando están con la persona que aman, los hombres actúan como niños. Si hablamos del David de antes, esta frase le quedaba perfecta. Antes de ese maldito video de la droga, sin importar lo serio y dominante que fuera frente a los demás, en casa siempre era cariñoso y tierno. No era de esos hombres que prefieren morir antes de decir «te amo». Él me lo decía todo el tiempo y lo demostraba con cada acción, me amaba de manera apasionada, sincera y sin reservas. Y, sobre todo, su amor era solo para mí. Para alguien como yo, que siempre había buscado cariño y anhelaba ser amada, su entrega total me cegó por completo. Me hizo olvidarlo todo, dejarlo todo y entregarme a él sin dudar. Por mucho tiempo creí, con todo mi corazón, que me amaría así para siempre. Que seríamos felices toda la vida. Pero… Su amor apasionado y sincero… No fue más que una mentira que llegó a su fin. Por eso, al elegir a un hombre, no basta con que te ame y te trate bien. Al final, tod
Yo sabía que él no quería que lo apuñalara de verdad. Solo quería que dudara, que me asustara y que, al final, mi corazón se ablandara. Era su truco de siempre. Cada vez que hacía algo que me molestaba, usaba la misma estrategia: o se hacía el lastimado para que lo golpeara y me desahogara, o se lastimaba a propósito para que me preocupara por él y olvidara lo que había hecho. Él seguía siendo el mismo de siempre. Pero yo… Ya no era la misma de antes. Me reí con indiferencia y di un paso atrás, alejándome de él. —¿Apuñalarte? ¿No es eso un delito? —David, ¿puedes dejar de dar tanta lastima por un segundo? —Si de verdad eres un hombre con el par de bolas bien puestas, si de verdad te sientes culpable… Dejémoslo todo claro, firmemos el divorcio de una vez y terminemos con esto. —Deja de fingir que tienes amnesia. Deja de jugar estos juegos infantiles. No sé por qué, pero cuando dije «fingir amnesia», algo en David se movió. Como si… como si en algún momento, él mismo le hubier
La cara de David, tan perfecta como siempre, estaba lleno de dolor. Pero para mí… Él no era más que un asesino. Alguien que intentó matarme más de una vez. Cuando intentó acercarse para tomar mi mano y decirme algo, le lancé una mirada fría. Mis guardaespaldas dieron un paso adelante, bloqueando su camino. —Díganle. —Cuéntenle todo lo que me hizo. —Y díganselo con lujo de detalles. Él cree que con su “amnesia” puede borrar el pasado y escapar de sus crímenes. Listo, entonces que alguien se encargue de recordarle la verdad. Dicho esto, me di la vuelta y me fui, ignorando por completo sus gritos desesperados. Ahora tenía cosas más importantes que hacer. Ya que David había sobrevivido y mi plan hacerme una viuda rica se había arruinado, tenía que seguir buscando la forma de divorciarme. Además, los exámenes de admisión para la maestría estaban cada vez más cerca. Y aún me quedaban mucho material por estudiar. Cuando terminé mi sesión de estudio del día, la hora acordada con M
No podía creerlo. Un asunto tan complicado, que casi me volvía loca del estrés… ¡Gabriel lo resolvió en solo unos días! Tomé las pruebas que me entregó y se las envié de inmediato a Miguel. Cuando él las revisó, confirmó que con estos documentos podía demandar a David por desviar los bienes matrimoniales. Y junto con las pruebas de que nuestro matrimonio estaba completamente perdido, el juez no solo concedería el divorcio, sino que también me daría una mayor parte de los bienes. La emoción me hizo abrazar con fuerza a Gabriel. —¡Gabriel, de veras eres muy bueno! Al sentir mi abrazo, sus mejillas se pusieron rojas al instante. Pero yo, demasiado emocionada, no noté ese detalle. Después de darle las gracias, lo solté y me puse manos a la obra con mi divorcio. Quería terminar con esto cuanto antes. Reuní todas las pruebas necesarias y presenté la demanda de divorcio ante el tribunal. Poco después, David recibió la notificación oficial de la corte. Justo en ese momento, él estab
—¡Él me trataba muy bien! ¡Tan, pero tan bien! Era mi propio padre… Dime, ¿quién podría imaginar que todo era una mentira? Que, siendo sincero, solo quería criarme como un niño mimado y arrogante… —Me dejó una herida imborrable. Me convirtió en alguien completamente distinto. Antes era un hombre brillante, confiado, creía en que este mundo es un mundo donde los buenos ganan… Pero, después de eso, empecé a dudar de todo. A cuestionar cada gesto de amabilidad. —Siempre intenté reprimir esa cicatriz dentro de mí. Me obligué a creer que nuestro amor era real, que lo nuestro era puro y verdadero. —Pero, mientras más intentaba reprimirlo, más fuerte se volvía. —Así que, cuando vi ese video… ese video donde supuestamente le pusiste escopolamina a Luna para hacerle daño… —Cuando ella me dijo que solo estabas conmigo para vengarte, para arrebatarme su amor, que nuestra historia de amor solo fue algo que tú planeaste… Perdí la cabeza. —La semilla de la duda, esa que había enterrad
Justo cuando David estaba a punto de decir algo, Luna entró, furiosa. —Esmeralda, ¿cómo puedes ser tan desalmada? David resultó gravemente herido por salvarte, ¡y tú ni siquiera fuiste a verlo ni una sola vez! ¡Y ahora lo tratas así! Luego, tomó a David del brazo y le dijo con voz entre cortada: —David, ¡no le ruegues más! Si ella quiere divorciarse, ¡pues divórciate y ya está! ¡Una bruja como ella no tiene amor en su corazón! —Si de verdad te amara, ¡jamás te trataría así! No se podía negar… Luna sí que conocía bien a David. Habían crecido juntos, después de todo. Tanto en su juventud como en su versión adulta, ella siempre supo qué decir para lastimarlo. Siempre encontraba la manera de hacer que David dudara de mí. Que se preguntara si yo en verdad lo amaba. Si de verdad lo quería, ¿cómo podía ser tan cruel con él? Cuando vi que David me miraba con esos ojos llenos de inseguridad, preguntándose si realmente lo amé alguna vez… No pude evitar reír. Si alguien dijera que
Se había arrepentido. Me había rogado, desesperado. Pero, la verdad era obvia. Con o sin malentendidos, cuando Luna lo necesitaba, él no dudaba en dejarme atrás por ella. Por la noche, cuando David confirmó que Luna estaba fuera de peligro, volvió a buscarme. Mis guardaespaldas no lo dejaron subir, así que se quedó parado bajo la ventana de mi casa. El invierno era terrible, y esa noche, el viento helado era aún más despiadado que de costumbre porque había una tormenta de nieve. El frío de a de veras penetraba hasta el tuétano. Aun así, David se quedó allí, bajo la ventisca, con su ropa delgada, sin moverse ni un centímetro. Al poco tiempo, parecía una estatua de nieve viviente. Pero, no se marchó. David veía la luz de mi habitación encendida. Sabía que yo podía verlo. Sabía que lo estaba mirando. Y tenía razón. Yo lo observaba. Acurrucada en mi sillón junto a la ventana, con un tazón de caldo caliente en las manos, disfrutando del calor y la comodidad, miraba cómo él se congel