Dos días después.
Sekhmet.
Anthoaneth pudo darme los maltratos físicos más malévolos, atroces y macabros, pudo alejarme de mi madre y de mi hermana, pudo quitarme a mi hijo y eliminar cualquier posibilidad de poder volver a concebir. Me dañó psicológicamente, me hizo convertirme en algo que no quiero... Pero lo que me causa el verdadero dolor, es la concecuencia de sus actos.
A la vida no le importa si somos buenos o malos, simplemente hace con nosotros lo que le da la gana. Cada día hay menos piedad, más injusticia; menos paz, más caos; menos matrimonios felices, más violencia doméstica; cada vez se compran más balas y menos condones.
Pero sobre todo, cada día entiendo más a mi hermana, comprendo el por qué de sus acciones, de su caracter de mierda, entie
Somalia / ÁfricaNatashaBebo un vaso de whisky en uno de los sofás individuales de la sala, muevo mi pié izquierdo de un lado a otro con impaciencia, Zahori está acostada en el sofá grande, lanzando dardos a un blanco de juguete que está en la pared. Ambas tenemos más problemas que ganas de vivir.Me conforta saber que mi hermana en realidad no es mi enemiga, pero me jode no tenerla en este momento. Aquí. Conmigo.—Ya no sólo buscan a Sekhmet, sino también a Anthoaneth— informa Carlo, entrando en la sala, nos lanza el periódico de la OCC en la mesa—. Está en todos los encabezados, Dakota Rinaldi tiene alrededor de ochocientos antonegras en cada continente.—Chin— emite Zahori—. Vamos a ofrecerles un pastal de plat
Aquelarre.Mánchester / InglaterraAnessa.Paso las yemas de mis dedos manchados por un lienzo en particular, ir a galerias de arte es uno de mis pasatiempos preferidos, bebo un sorbo de mi copa de champagne y se la entrego a mi guardia de turno cuando mi celular suena en el bolsillo de mi sobretodo.—Por favor, dime que me darás buenas noticias— pido al descolgar.—Esta mañana localizamos el jet de mi hermana en Asia— me contesta Dakota, con ese acento italiano que no pierde aunque viva más en Inglaterra que en si país natal—. Fuímos a la casa de Sekhmet por primera vez.—¿Y...?— la invito a continuar cuando se sume en un silencio breve.—Anessa, no sé cómo decirte esto...Me alejo un poco de los guardias, pensativ
Mi pequeña.Natasha.—¿Puedo saber qué es lo que te tiene tan risueña desde que llegamos de Madrid?— me pregunta Logan cuando suelto una risilla por un motivo que sólo yo conozco.Sonriendo, coloco las manos detrás de su nuca y le doy un beso apasionado que lo deja con ganas de más al separarnos.—La gente igualada— le contesto, acariciando su barbilla—. Debo admitir que Anthoaneth es la mujer con más poder en este mundo, aún así no quiso matarme porque conoce las consecuencias de ello— me muerdo el labio inferior con todos mis dientes delanteros superiores—, y Anessa cree que con ofrecer una ridícula jerarquía y unos cuantos terrenitos me va a tener a sus piés— me río, otra vez.—Igualada eres tú— se cruza de brazos, burlón— que te vanaglorias porque supuestamente porque Anthoaneth siendo la reina del mundo no ha podido matarte, pe
Hacer el amor.Sekhmet.Perdí la noción del tiempo, sólo sé que cuando es de día el cielo está claro, y oscuro cuando es de noche o antes de las seis de la mañana. Cuento las lunas. Con esta, llevo ocho lunas desde que llegamos aquí.Así como Júpiter se niega a confesarme que todavía está horriblemente enamorado de Natasha, yo me reservo contarle que volví con Graham. A la vez cuido de ambos, no vaya a ser que a mitad de la madrugada le pique ese culo y nos apuñale con las lanzas que usamos para pescar.—Esa leña no es suficiente, además, está algo húmeda por la llovizna de ayer en la tarde— dice Graham, viendo los troncos que yacen apilados sobre la arena.—Entonces búscala tú
En algún lugar del mundo.Narrador omnisciente.El cielo se preparaba para cambiar a una tonalidad más clara, las estrellas comenzaban a desvaneverse como luciernagas que aceptaban su irremediable deceso, el agua se arrastraba hacia adelante en la orilla de la playa y se recogía para reiterar su acción natural por medio de olas inmortales.Amelia Videla yacía acurrucada entre los brazos de su amado, más un sonido inusual retumbaba cada vez más fuerte en sus oídos. Un sonido que conocía bastante bien. Abrió sus ojos, quitó lentamente los brazos de Graham de su cintura y se levantó, colocándose el suéter que había hecho un poco más cálida su involuntaria estadía en la isla.Empezó a dar saltos y a mover los brazos apenas visualizó a un helicóptero en los aires, el primero que había visto en las ocho lunas que llevaba siendo naúfraga. Realizó una pequeña carrera al percatarse
De tal palo, tal hastilla.El mismo día por la tarde.Amelia.Me remuevo entre los brazos de mi hermana, siento mi cuerpo pesado. El precio de una noche de violencia y victoria. Intento quitar su brazo con suavidad, pero ella me estruja más contra su anatomía. Mi boca se curva en una sonrisa ladeada, le susurro unas cuantas cosas al oído y afloja su agarre.Me estiro cuando quedo sentada en la orilla de la cama, hago una mueca de dolor y me levanto con Natasha gruñendo cosas que no logro escuchar porque me adentro al baño. Abro el grifo del agua fría, me quito el pijama que mi hermana me dio y me meto en la bañera. El agua gélida relaja mis músculos, me sumerjo con los ojos cerrados, siendo hipnotizada por la relajante sensación de tranquilidad. Nunca en mi vida había senti
Ingrata.Mánchester / InglaterraCulebra.A mí realmente no me importa si Natasha mata a Anthoaneth. El único deseo que ronda por mi cabeza es el de tener al colombiano y a la española bajo mi poder. Quiero poder. Tengo poder.Creía que dominaba en cierta forma cuando ella era mi Patrona, pero la verdad era que me tenía en una caja de cristal, lanzandome con su supuesto favoritismo la indirecta de que me creía inútil. No me soltaba simplemente por los orgasmos que le causaba cuando ella quisiera, me quedó más que claro cuando me mandó a desconectar. Claro, ¿Ya para qué iba a quererme de vuelta? Si Logan ya había regresado.Y con él siendo mi jefe era la misma porquería.Me empino la botella de Jack Daniel's mient
Lombardía / Italia.Dakota.La angustia no ha dejado de hacer estragos en mi mente por semanas, me siento impotente al esforzarme al límite y no poder hackear los sistemas se la casa de Ninazu. Culebra ha sido de mucha ayuda, coopera con nosotras en todo momento y aporta ideas eficientes. Nos contó a Anessa y a mí que una vez entró en esa casa junto a Sekhmet, pero que fue con dispositivos especiales, que la casa tiene demasiadas trampas.—Pero ni siquiera sabemos si la tienen en esa casa— dice Anessa, acariciando el cabello de mi hijo que se ha dormido con la cabeza en su regazo.Mudamos muchas de nuestras cosas a esta casa para planear mejor nuestras trayectorias de búsqueda, también intentamos encontrar alguna pista en cada rincón, tengo entendido que mi hermana siempre ha tenido una aficción por los pasadizos secretos y las claves ocultas.—Claro que es