Me pongo mi pijama, me meto a la cama y trato de no pensar en él. La mañana siguiente trabajo como loca, pero sus ojos oscuros no me dejan en paz, ¿quién era ese hombre? Estaba en las tierras de doña Regina y dijo que era el dueño, ¿será su nieto? Su voz es fuerte y tiene un acento muy bonito.
—¡No te atrevas, Edith! Salgamos y hablemos —alzo mi mirada y cuando estoy a punto de mandarlo a freír papas, aparece Mariana y hace que me suelte, no escucho lo que dicen y me voy a bailar.Nos movemos despacio, estoy en tacones y le doy a Armando po
—¡Ya basta Beto! Iremos contigo y punto —nos subimos al auto con Renata sin darle tiempo de nada.—¡Entiendan que es peligroso! Vamos a enfrentarnos a gente que no sabemos cómo reaccionarán, les he dicho que en los rescates las quiero fuera —lo veo de
—Otra soldada caída, una más que acumulas en tu lista Armando Ibarra, alias "Desperdiciador" —me dice Miguel mientras me quito la camisa y me pongo una limpia.—Tú tienes una lista más grande, así que aún puedo poner unas pocas más —cojo mis cosas rié
—¿Lista Edith? Nos vamos, Guillermo y tu mamá están abajo —se termina de hacer una coleta alta, va con unos pantalones de hacer ejercicio y una camiseta, todo le queda enorme, pero me encanta verla con mi ropa puesta.—Estoy lista, gracias por la ropa
En la mañana me despierto y estoy con su ropa, olvidé quitármela me siento tan cómoda con ella. El proceso para darme una ducha resulta complicado e incómodo, pero ya me acostumbraré, no lavo mi cabello y me baño en la tina con mi pie por fuera.Todos se molestan porque quiero trabajar, al final ceden cuando les prometo que solo haré
—No hay problema Guillermo.—Vamos a ver a los caballos, solo déjeme pararme —hace un esfuerzo por pararse, pero la detengo.
Mientras me visto, hablo con Beto sobre los caballos de la hacienda lo tengo en altavoz, me pongo un vestido jean por la rodilla, una camiseta rosa por dentro y mi zapatilla deportiva blanca, es raro ponerme solo una.—Bueno Beto de acuerdo, cambiemos de herradura la "Diamante" se escucha bien, confió en ti —me siento súper cómoda, arreglo un poco mi cabello y cubro mis ojeras con maquillaje, prosigo poniéndome rímel y brillo en mis labios. "Hacienda Ibarra"—Bien don Remigio ahí estaré, gracias —cuelgo la llamada.—Es por la elección de la junta directiva verdad mi amor —hoy la veo llena de energía.Último capítuloCapítulo 10.1