Belinda.Ya no sé que pensar con respecto a Fernando. Diego no es el ser más honesto, pero él no ganaría nada mintiendo.No negaré que Fernando me sigue atrayendo, pero estoy a tiempo de detenerme e impedir volver a enamorarme de él. No quiero sentir nada por nadie, solo deseo concentrarme en mi hijo y mi trabajo.El pequeño seguido me pide mi celular y ha descubierto que tengo el contacto de Fernando por ello los dos se mensajean seguido y se envían audios.No quiero que Aarón se apegue a Fernando, pero supongo que la sangre llamaEn este instante me estoy dirigiendo a la parada de autobús debido a que Diego hoy lleva a su novia al aeropuerto y por ello no puede llevarme a casa.-¡Belinda! -Salí de mis pensamientos cuando alguien tomó mi brazo -¿Qué quieres? -Me solté de su agarre bruscamente -Necesito hablar contigo, explicarte lo de Jessica.—Me dice Fer -Está todo muy claro. Jugaste con ella y le rompiste el corazón como acostumbras.-No es así, te llevo a casa y te explico -¡No
Después de nuestra charla Fernando y yo no hemos vuelto a hablar.Hoy es viernes, el último día de la semana y mañana es sábado el día en el cual debo ayudar a Diego a cuidar a su hermanita. Sinceramente, no me molesta encargarme de una niña de pequeña, lo prefiero antes que tener que tolerar sus revolcadas con la mujer que se le ponga en frente.En este instante él está coqueteando con la mujer que nos está enseñando las opciones de suites para su pre Luna de miel.En verdad a los ricos les encanta viajar.Si yo fuera Mariana me bastaría con el viaje que realizarán alrededor de Europa y otros países, pero la señorita desea pasar sus primeras dos noches con Diego en la mejor suite del mejor hotel de la ciudad.—¡Belinda! —Diego me saca de mis pensamientos.—Disculpa no escuchaba.—Su marido ya escogió tercera opción ¿Está de acuerdo?.—A decir verdad me gustó mucho, pero la iluminación y la vista de la primera me encantaron.—Que estoy diciendo —Él no es mi marido.Él ríe fuerte —Todaví
Belinda En este instante me encuentro alistándome para ir a la mansión Valencia. Me coloqué un short vaquero y una blusa color blanca debido a que el clima está muy caluroso. Es increíble que haya salido el sol cuando anoche por poco se caía el cielo.Estoy desayunando con mi pequeño y mi abuela. Él anoche se quedó a dormir con nosotros y hoy despertó a primera hora.—No puedo ir contigo —Solecito hoy tengo mucho trabajo, pero ya te prometí que iremos al nuevo parque de diversiones solo tú y yo. —Deje un beso en su mejilla —Hoy jugarás con la abuelita —Podemos ir a la plaza si quieres Fuimos interrumpidos cuando alguien tocó la puerta en cuanto abrí me percaté de que se trata de Diego.—¡Buenos días! —Él me saluda con un beso en la mejilla —Niño Diego —Mi abuela lo saluda con un abrazo afectuoso —Mati cada día más guapa—Muchas gracias mi niño sigues igual de coqueto.—¿Y está pulga? —Él se refiere a Aarón quien está escondido detrás de mi abrazado a mi pierna.Cargue a Aarón en
Escuchamos pasos y observe que Diego se acerca al lugar junto con Ariel y tres muchachas que reconozco como modelos y amantes de él.Cuando levanté la vista me percaté de que ya están a centímetros de nosotras, Megan corrió hacía sus brazos abrazando sus piernas.—Como te portaste Sirenita —Él la carga en brazos y deja un beso en su mejilla luego se centra en mí —¡Quieres cubrirte Belinda!—Sí lo siento —Rápidamente tome una toalla y cubrí mi cuerpo —¿Cómo estás, Belinda? —Ariel dejo un beso en mi mejilla —Muy bien señor Ariel —Dime Ariel —Él no deja de mirar mis pechos lo cual me molestaEs evidente que tanto el cómo Diego y las muchachas están ebrios. Quien sabe de qué sitio vendrán.—Ve arriba con la niña — Me ordena Diego molesto —Haremos un pastel para ti —Ella quien todavía está en sus brazos juega con su cabello Sé que Diego dice que la detesta, pero su mirada lo delata él siente cariño por la niña aunque nunca lo admitiría. No comprendo porqué para él es tan difícil expres
Debo reconocer que estoy muy sorprendida, Diego suspendió la fiesta y le pidió a sus amigos que se marchen de casa.Posteriormente, se duchó y nos pidió a nosotras que escojamos una película. Megan eligió la película de Barbie y las doce princesas.En este instante estamos en la sala de cine mirando la película. Diego tiene en sus brazos a Megan y yo estoy centrada en mi reloj. Mi abuela siempre cumple su palabra, si ella me advirtió que si llegaba tarde me dejaría en la calle, estoy segura de que lo cumplirá.Probablemente, colocó el candado en la puerta, no es la primera vez que lo hace.Tengo dos opciones, pedirle a Diego que me permita dormir en el sofá o rezar para que Wendy no se haya ido a alguna fiesta y se encuentre en casa.—¿No me darás helado? —Le pregunta él a la pequeña —¡No! Llegaste tarde —Pero estoy acá. Mejor tarde que nunca, princesa. —Él deja un beso en su frente —¿Estás bien Belinda? Te veo rara—Estoy perfecta, señor —Belinda quiero palomitas —Exclama Megan
En este instante estoy abrazada a mi pequeño. Él le pidió a mi tío pasar la noche en la casa de su abuela y este acepto.Todas las mañanas mi tío lo lleva al colegio y luego se va a trabajar entonces su esposa lo recoge al mediodía y lo trae de regreso acá para que mi abuela lo cuide.Cumplí con mi palabra y le compré un gran helado hoy para compensar que ayer no pude pasar el día con él.-Sigues muy enojado conmigo solecito-Le pregunto mientras acaricio su cabello Él niega con la cabeza -¿Estás muy calladito? ¿Paso algo que yo no sepa?Él vuelve a negar con la cabeza lo cual me resulta muy extraño.-No puedo vivir acá contigo -Eso me encantaría, pero tú tienes que vivir con el tío. ¿Ya no quieres vivir con tu papá?.-Con el sí pero no con mi mamá-¡Te hizo algo esa bruja! -Siento que la rabia me invade -Anoche papi trabajo y ella se fue.-¿Te dejo solito mi amor? ¿Y tú le tienes miedo a la oscuridad?. -Deje un beso en su mejilla -Mi vida te juro que me escuchara -Me dijo que si
-¿Ocurre algo? -Me pregunta Fernando mientras conduce, no me atrevo a decirle que siento que las deudas me ahogaran en cualquier momento.-Nada que te interese - Respondí seca-Belinda estás a punto de llorar -No es tu asunto -Limpie mis lágrimas con las manosÉl se estacionó abruptamente en una calle solitaria y se centró en mí.-Me dirás que ocurre o regreso a ese colegio.- Me advierte-No quiero que te metas en mi vida. De verdad necesito ese trabajo.-Mi madre no hará nada en tu contra, mi amor.-Ni tú te lo crees. Me bajo acá.Intente abrir la puerta, pero él fue más rápido y colocó el seguro en la puerta luego se acercó a mí y me acorralo llevando sus manos hacia arriba de mis hombros.-Estuve pensando en nuestra conversación -Te pedí que te alejes de mí y por lo visto te entro por un oído y te salió por el otro.-Belinda sé que me equivoque contigo y nunca me cansaré de disculparme pero he cambiado. -Él lleva sus manos a mis mejillas deteniendo mis lágrimas-Te amo más que a mi
BelindaDiego no está enfadado sino furioso al leer la carta de renuncia que acabo de redactar y le entregue en sus propias manos. Estoy asustada porque su mirada asesina se transformó en una carcajada. Dos segundos después automáticamente destrozó la carta en mi presencia.—¿Quieres un aumento? ¿Más días libres?—Sería lo que me corresponde por Ley, pero no se trata de eso. Ya le dejé los pendientes organizados.Es todo lo que digo antes de dirigirme a la puerta, pero antes de rosar el picaporte él toma mi brazo logrando que gire mi cuerpo y nuestras miradas se encuentren.Sin previo aviso tomó mi cintura e intento unir sus labios a los míos, pero yo no cedi y lo empujé.—Esa es la razón de mi renuncia, señor.—¡Soy Diego! —Me repite por milésima vez—Ni intentando renunciar ni vistiéndote como una mojigata lograrás alejarte de mí.—Yo no quiero más problemas, su tía me quiere fuera, no lo puede negar.—Es verdad que me lo exigió, pero esa vieja me debe varios favores y no me puede or