Debo reconocer que estoy muy sorprendida, Diego suspendió la fiesta y le pidió a sus amigos que se marchen de casa.Posteriormente, se duchó y nos pidió a nosotras que escojamos una película. Megan eligió la película de Barbie y las doce princesas.En este instante estamos en la sala de cine mirando la película. Diego tiene en sus brazos a Megan y yo estoy centrada en mi reloj. Mi abuela siempre cumple su palabra, si ella me advirtió que si llegaba tarde me dejaría en la calle, estoy segura de que lo cumplirá.Probablemente, colocó el candado en la puerta, no es la primera vez que lo hace.Tengo dos opciones, pedirle a Diego que me permita dormir en el sofá o rezar para que Wendy no se haya ido a alguna fiesta y se encuentre en casa.—¿No me darás helado? —Le pregunta él a la pequeña —¡No! Llegaste tarde —Pero estoy acá. Mejor tarde que nunca, princesa. —Él deja un beso en su frente —¿Estás bien Belinda? Te veo rara—Estoy perfecta, señor —Belinda quiero palomitas —Exclama Megan
En este instante estoy abrazada a mi pequeño. Él le pidió a mi tío pasar la noche en la casa de su abuela y este acepto.Todas las mañanas mi tío lo lleva al colegio y luego se va a trabajar entonces su esposa lo recoge al mediodía y lo trae de regreso acá para que mi abuela lo cuide.Cumplí con mi palabra y le compré un gran helado hoy para compensar que ayer no pude pasar el día con él.-Sigues muy enojado conmigo solecito-Le pregunto mientras acaricio su cabello Él niega con la cabeza -¿Estás muy calladito? ¿Paso algo que yo no sepa?Él vuelve a negar con la cabeza lo cual me resulta muy extraño.-No puedo vivir acá contigo -Eso me encantaría, pero tú tienes que vivir con el tío. ¿Ya no quieres vivir con tu papá?.-Con el sí pero no con mi mamá-¡Te hizo algo esa bruja! -Siento que la rabia me invade -Anoche papi trabajo y ella se fue.-¿Te dejo solito mi amor? ¿Y tú le tienes miedo a la oscuridad?. -Deje un beso en su mejilla -Mi vida te juro que me escuchara -Me dijo que si
-¿Ocurre algo? -Me pregunta Fernando mientras conduce, no me atrevo a decirle que siento que las deudas me ahogaran en cualquier momento.-Nada que te interese - Respondí seca-Belinda estás a punto de llorar -No es tu asunto -Limpie mis lágrimas con las manosÉl se estacionó abruptamente en una calle solitaria y se centró en mí.-Me dirás que ocurre o regreso a ese colegio.- Me advierte-No quiero que te metas en mi vida. De verdad necesito ese trabajo.-Mi madre no hará nada en tu contra, mi amor.-Ni tú te lo crees. Me bajo acá.Intente abrir la puerta, pero él fue más rápido y colocó el seguro en la puerta luego se acercó a mí y me acorralo llevando sus manos hacia arriba de mis hombros.-Estuve pensando en nuestra conversación -Te pedí que te alejes de mí y por lo visto te entro por un oído y te salió por el otro.-Belinda sé que me equivoque contigo y nunca me cansaré de disculparme pero he cambiado. -Él lleva sus manos a mis mejillas deteniendo mis lágrimas-Te amo más que a mi
BelindaDiego no está enfadado sino furioso al leer la carta de renuncia que acabo de redactar y le entregue en sus propias manos. Estoy asustada porque su mirada asesina se transformó en una carcajada. Dos segundos después automáticamente destrozó la carta en mi presencia.—¿Quieres un aumento? ¿Más días libres?—Sería lo que me corresponde por Ley, pero no se trata de eso. Ya le dejé los pendientes organizados.Es todo lo que digo antes de dirigirme a la puerta, pero antes de rosar el picaporte él toma mi brazo logrando que gire mi cuerpo y nuestras miradas se encuentren.Sin previo aviso tomó mi cintura e intento unir sus labios a los míos, pero yo no cedi y lo empujé.—Esa es la razón de mi renuncia, señor.—¡Soy Diego! —Me repite por milésima vez—Ni intentando renunciar ni vistiéndote como una mojigata lograrás alejarte de mí.—Yo no quiero más problemas, su tía me quiere fuera, no lo puede negar.—Es verdad que me lo exigió, pero esa vieja me debe varios favores y no me puede or
Fernando En este instante me encuentro en una cena familiar en la cual le están dando la bienvenida a mi abuela.Está reunida toda la familia, mi madre y mi hermana no dejan de charlar de la boda y mi padrastro y mi tío del negocio con los nuevos inversionistas quienes llegarán este fin de semana.Cuando me harte de toda esta falsedad simplemente me marché. Necesito aire, mucho aire.No puedo creer que hasta el día de hoy mi madre siga interviniendo en mi vida. Le he repetido hasta el cansancio que Belinda es la mujer de mi vida, pero ella se empeña en separarnos.—¿Tienes fuego? —Me pregunta Diego llegando con un cigarrillo en mano Negué con la cabeza —Quita esa cara el que se casará seré yo no tú —Me tiene harto mi madre y Belinda…—¡Deja de pensar en Belinda! —Él me interrumpe, se ve realmente molesto —Ya renunció porque no quiere volver a verte en su vida —Más bien porque no te soporta Diego. ¿Cuándo la dejarás tranquila?—Muy pronto la dejaré en paz No me gusta la forma en l
En este instante me encuentro charlando con Dylan y Wendy, ellos me ayudaron a recuperar parte del dinero que gasto Graciela.Dylan la distrajo mientras Wendy y yo nos metimos en la casa y tomamos sus joyas y algunas prendas de su ropa para venderla. Por supuesto ella se enteró y se enfadó, pero la amenace con decirle a mi tío si hacía algo en mí contra y le di un buen golpe.—Belly —Aarón me saca de mis pensamientos.—¿Qué haces acá, mi vida?—Lo trajo Fernando —Comenta Ángela —¿Qué hacías con él?—Fuimos a pasear, pero cuando volvimos a casa mami ya no estaba.—¡Es una Perra! —Exclama Wendy y yo le lanzo una mirada asesina Cargue en brazos a Aarón y lo senté en mi regazo dejando un beso en su mejilla.—Te extrañé mi bebé y dime ¿Que hiciste con Fer?.—Fuimos al parque con mi bici y después por un helado. —Él me entrega una caja con un celular nuevo—Te lo regalo a ti y uno para mí.Debí controlarme para no insultarlo.—¿Acaso tú no saludas pequeño? —Wendy deja un beso en su mejilla
Narrador omnisciente Doña Matilde no deja de hablar lo cual está fastidiando a Diego, pero él finge una sonrisa ante los relatos de la señora.—Se tardará mucho Belinda Ella niega con la cabeza —Ya debería estar acá —Puedo pasar a su baño —Adelante joven Diego La mujer se acerca a la cocina para prepararle algo especial y Diego se adentra en la habitación de Belinda para curiosear.Es un cuarto bastante pequeño con una cama, un estante con algunos libros, un closet y una televisión pequeño. Él comienza a buscar en los cajones y encuentra unas bragas color azul, no se controla y las toma entre sus manos, instintivamente inhala su aroma. Muy pronto mi amor El aroma de Belinda, la mujer que lo enloquece le fascina.No puede evitar imaginársela desnuda entregándosele como su mujer y complaciéndolo. Cada segundo su obsesión por ella aumenta. —¡Joven!—Me equivoqué de cuarto —Él se encoge en hombros mientras guarda las bragas en el bolsillo de su jean De todas formas Doña Matilde n
Decidí regresar al trabajo con Diego porque de lo contrario nunca me dejará en paz. De todas formas el señor Edward me dijo que su oferta de trabajo seguirá en pie.Ha sido una semana muy tranquila, preparando el nuevo proyecto para el inversionista Ruso que vendrá este fin de semana.No sé mucho de él, quién ha negociado es Fernando. Debido a que su área son los negocios internacionales.Solamente sé que es un hombre de unos treinta y cinco años quien heredó una fortuna de parte de sus fallecidos padres y la triplicó, su nombre es Vladimir Nabokov.Durante los últimos días me he sentido asechada. No sé por qué tengo la sensación de que alguien me persigue, creo que estoy paranoica.En este instante me encuentro en la oficina con el señor Gruñón quien no me ha dejado de acosar en los últimos días. Le estoy enseñando las proyecciones del plan de negocios, él debe conocerlo a la perfección.—Quiero que tú me acompañes con los nuevos socios —¿Son dos personas?Él asiente con la cabeza —