Ethan no se ha movido de la sala de espera, sentado en la pequeña e incómoda silla, mantiene los codos recargados en las piernas, y su cabeza mirando el piso entre sus pies. Lágrimas traidoras caen en las baldosas sucias del lugar como gotas apenas perceptibles para cualquiera. Al escuchar la puerta abrirse y unos pasos apurados supo que era su hermana y sus padres. Endereza la espalda y al verlos aproximándose cada vez más cerca se pone en pie y levanta la barbilla, como si estuviera preparándose para ir a la batalla. El suspiro resignado y dolorido confunde a sus padres, lo que ellos con seguridad ven es la culpa carcomiéndolo.
Sin embargo, Quella es otra historia. La chica se coloca frente a él y le suelta no una bofetada que le voltea la cabeza a un lado, sino dos y luego, una más antes de ser detenida por su padre que la toma de la cintura y la hala hacia atr&aacut
Ethan está sentado frente al escritorio de su padre, Emma, su madre, a su lado. Ella ha tomado su mano, pero Ethan simplemente no soporta su empatía y se suelta lo más sutilmente que puede.Quella está de pie detrás de su padre, mirándolo acusadoramente.—Quella, explica tu actitud hacia Ethan —ordena Joseph.—Porque esta mierda de aberración que tienes como hijo…—Quella fue cortada por su padre, ya que comenzaba de nuevo a exaltarse.—Quella, sin ofender… y no me repetiré de nuevo. No eres una niña y tu hermano tampoco.—¡Es la verdad, papá! Él tiene la culpa del estado en el que Elena se encuentra. ¡Oh mi Dios, está en coma! —jadea cubriéndose la cara para sollozar, apenas ha caído en la cuenta de la gravedad del estado de su mejor amiga. Su rabia era tanta que se había cegado
Sintiéndose miserable, ve la fotografía que yace en el escritorio de Joseph Donovan. Son sus padres, Quella, Elena y él, en la última navidad que han festejado. Están sentados en el comedor de la casa de su madre, brindando por la felicidad y bendiciones de ese y el próximo año.Observa con detenimiento a Elena, ella sonríe, pero su sonrisa no es verdadera. Lo supo en ese entonces porque la convivencia entre ellos apenas era soportable. Estaban fingiendo frente a sus padres una felicidad que no tenían. Pero en sus ojos puede ver una tristeza más profunda. Ahora lo ve, carecen de luz, su mano cerca de la suya, sin tocarse. Él mira a la cámara, igual sonríe, pero ve el fastidio que, en ese momento, le provocaba estar allí mintiendo. Luego, están sus padres. Emma, su madre, sonríe cálidamente hacia la cámara, pero su padre la está mirando a ella. N
«En este lugar el tiempo y la distancia no existen. Aquí es la quimera, y como tal, no hay nada que pueda dañar. Camino sin rumbo fijo en este desierto donde todo es blanco o es negro según como yo quiera verlo…»Se encuentra caminando, vagando en aquel lugar inexistente de la nada. Su mirada está fija hacia el frente y el rostro inexpresivo. De pronto la nada deja de serlo y ahora un susurro llega hasta sus oídos:—Ven a mí.La frase compuesta por tres palabras es totalmente incomprensible para ella, la escucha, pero no la comprende, entonces detiene su andar.—Te amo.Después de permanecer quieta vuelve a escuchar el sonido de palabras, ahora distintas a la oración anterior, más pequeña, pero, lo que llama su atención es el sonido que emite aquella voz, ta
Ethan sale de la ducha agotado. Al ver la habitación siente con más fuerza la ausencia de Elena, sabe que ella tiene su espacio en la habitación de al lado, necesita sentirla cerca y donde una vez compartieron el lecho, no la siente. Por una extraña razón, no puede encontrar algún indicio que le indique que ella estuvo ahí y no se refiere a ropa o cosas de ella, el busca su esencia, algún recuerdo que le haga saber que Elena dormía cada noche con él, besos, caricias risas. Todo era soledad, como si lo que se hubiera ido, fuera solo un objeto decorativo y superficial.El aire comienza a faltarle cuando recuerda su sueño, ella acusándolo de no escucharla, de no mirarla. Sus pasos lo llevan hasta la habitación de Elena. Indeciso de entrar, de invadir su espacio, pues recuerda que ella solo le ha pedido una cosa en todo su maldito matrimonio: esa habitación. Decía que ten&iacu
Viajaban en el auto de Ethan sin mediar palabra. Caroline mantenía la vista en las calles alumbradas por la luz artificial de los locales ya cerrados. Cuando por fin aparcaron frente a su modesto edificio, ella soltó el cinturón de seguridad, tomó su bolso e intentó abrir la puerta del auto para salir de él y evitarles la incomodidad de decir adiós. No la ama, no pretende algo más de ella y era dolorosamente consiente de eso. Pero antes de que pudiera escapar Ethan la detiene.—¡Espera, Caroline! —Su voz era autoritaria, pero tenía UN ligero toque de gentileza al pronunciar su nombre.Caroline se acomodó de nuevo en el asiento de piel y cerró la puerta. Finalmente le dijo:—No me despidas, Ethan. Para mí, después de bajar de este auto lo que pasó en ese hotel nunca ocurrió. —Estaba arrepentida y no podía mirarlo a lo
Eran las tres de la mañana cuando el auto color plata se estacionó frente al edificio. Jessie temía que su hermana estuviera en malos pasos, pues llegaba casi siempre muy tarde, la notaba ausente en ocasiones, ya no platicaban acerca de sus secretos íntimos, ella parecía rehuir de su mirada y evadía sus preguntas. Quería saber quién era el hombre con el que ella estaba saliendo.La esperaba medio oculta en la entrada del edificio, cuando vio estacionarse el auto de Ethan. Eso no la sorprendió, lo que sí lo hizo, fue que él se bajó del auto para abrir la puerta del lado de su hermana y que cuando Caroline salió, lo abrazó. Jessie no podía creerlo, lo peor vino cuando él se soltó de su agarre solo para recargarla en el auto y besarla, como si quisiera tragársela. ¿Cuántas veces ambas vieron llorar a Elena cuándo decía que hab&
Ethan camina el largo pasillo que conduce hasta el consultorio de su padre. Había recibido un mensaje muy temprano pidiéndole que lo buscara en el hospital. No tenía ni una idea de lo que quería hablar con él, pero no iba a desaprovechar la oportunidad de verlo y saber cómo estaba su madre. Toca suavemente la puerta y cuando el hombre dentro de la habitación le da el pase, entra.—¡Buenos días! —saluda al hombre rubio, tan distinto a él. No, no eran parecidos porque no es su padre biológico.—¿Buenas? —pregunta Joseph con molestia. Ethan que nunca fue un hombre dócil se traga su malestar—. Te cité para entregarte estos docume
Ethan había pasado el día anterior y toda la noche en un rincón en la sala de urgencias del hospital, no había querido alejarse de Elena. Estaba seguro de que ella despertaría en cualquier momento y quería estar allí cuando pasara. Pero las llamadas de Jonathan acerca del caso de Jean Carlo, lo tenía nervioso. Haciéndolo dudar acerca de las capacidades de su gente en el caso. Estaban perdiendo. Y no fue hasta el siguiente día que decidió tomar cartas sobre el asunto.En cuanto vio a su padre llegar al hospital, va a su departamento a tomar un baño y descansar un poco, pues solamente ha dormitado en el hospital, así que decide dormir un par de horas antes de ir a la oficina. Todavía es temprano cuando se despierta y no es por la alarma del despertador, parecía que apenas había cerrado los ojos, pero en realidad había pasado solo una hora. Quella lo estaba llam