Sintiéndose miserable, ve la fotografía que yace en el escritorio de Joseph Donovan. Son sus padres, Quella, Elena y él, en la última navidad que han festejado. Están sentados en el comedor de la casa de su madre, brindando por la felicidad y bendiciones de ese y el próximo año.
Observa con detenimiento a Elena, ella sonríe, pero su sonrisa no es verdadera. Lo supo en ese entonces porque la convivencia entre ellos apenas era soportable. Estaban fingiendo frente a sus padres una felicidad que no tenían. Pero en sus ojos puede ver una tristeza más profunda. Ahora lo ve, carecen de luz, su mano cerca de la suya, sin tocarse. Él mira a la cámara, igual sonríe, pero ve el fastidio que, en ese momento, le provocaba estar allí mintiendo. Luego, están sus padres. Emma, su madre, sonríe cálidamente hacia la cámara, pero su padre la está mirando a ella. N
«En este lugar el tiempo y la distancia no existen. Aquí es la quimera, y como tal, no hay nada que pueda dañar. Camino sin rumbo fijo en este desierto donde todo es blanco o es negro según como yo quiera verlo…»Se encuentra caminando, vagando en aquel lugar inexistente de la nada. Su mirada está fija hacia el frente y el rostro inexpresivo. De pronto la nada deja de serlo y ahora un susurro llega hasta sus oídos:—Ven a mí.La frase compuesta por tres palabras es totalmente incomprensible para ella, la escucha, pero no la comprende, entonces detiene su andar.—Te amo.Después de permanecer quieta vuelve a escuchar el sonido de palabras, ahora distintas a la oración anterior, más pequeña, pero, lo que llama su atención es el sonido que emite aquella voz, ta
Ethan sale de la ducha agotado. Al ver la habitación siente con más fuerza la ausencia de Elena, sabe que ella tiene su espacio en la habitación de al lado, necesita sentirla cerca y donde una vez compartieron el lecho, no la siente. Por una extraña razón, no puede encontrar algún indicio que le indique que ella estuvo ahí y no se refiere a ropa o cosas de ella, el busca su esencia, algún recuerdo que le haga saber que Elena dormía cada noche con él, besos, caricias risas. Todo era soledad, como si lo que se hubiera ido, fuera solo un objeto decorativo y superficial.El aire comienza a faltarle cuando recuerda su sueño, ella acusándolo de no escucharla, de no mirarla. Sus pasos lo llevan hasta la habitación de Elena. Indeciso de entrar, de invadir su espacio, pues recuerda que ella solo le ha pedido una cosa en todo su maldito matrimonio: esa habitación. Decía que ten&iacu
Viajaban en el auto de Ethan sin mediar palabra. Caroline mantenía la vista en las calles alumbradas por la luz artificial de los locales ya cerrados. Cuando por fin aparcaron frente a su modesto edificio, ella soltó el cinturón de seguridad, tomó su bolso e intentó abrir la puerta del auto para salir de él y evitarles la incomodidad de decir adiós. No la ama, no pretende algo más de ella y era dolorosamente consiente de eso. Pero antes de que pudiera escapar Ethan la detiene.—¡Espera, Caroline! —Su voz era autoritaria, pero tenía UN ligero toque de gentileza al pronunciar su nombre.Caroline se acomodó de nuevo en el asiento de piel y cerró la puerta. Finalmente le dijo:—No me despidas, Ethan. Para mí, después de bajar de este auto lo que pasó en ese hotel nunca ocurrió. —Estaba arrepentida y no podía mirarlo a lo
Eran las tres de la mañana cuando el auto color plata se estacionó frente al edificio. Jessie temía que su hermana estuviera en malos pasos, pues llegaba casi siempre muy tarde, la notaba ausente en ocasiones, ya no platicaban acerca de sus secretos íntimos, ella parecía rehuir de su mirada y evadía sus preguntas. Quería saber quién era el hombre con el que ella estaba saliendo.La esperaba medio oculta en la entrada del edificio, cuando vio estacionarse el auto de Ethan. Eso no la sorprendió, lo que sí lo hizo, fue que él se bajó del auto para abrir la puerta del lado de su hermana y que cuando Caroline salió, lo abrazó. Jessie no podía creerlo, lo peor vino cuando él se soltó de su agarre solo para recargarla en el auto y besarla, como si quisiera tragársela. ¿Cuántas veces ambas vieron llorar a Elena cuándo decía que hab&
Ethan camina el largo pasillo que conduce hasta el consultorio de su padre. Había recibido un mensaje muy temprano pidiéndole que lo buscara en el hospital. No tenía ni una idea de lo que quería hablar con él, pero no iba a desaprovechar la oportunidad de verlo y saber cómo estaba su madre. Toca suavemente la puerta y cuando el hombre dentro de la habitación le da el pase, entra.—¡Buenos días! —saluda al hombre rubio, tan distinto a él. No, no eran parecidos porque no es su padre biológico.—¿Buenas? —pregunta Joseph con molestia. Ethan que nunca fue un hombre dócil se traga su malestar—. Te cité para entregarte estos docume
Ethan había pasado el día anterior y toda la noche en un rincón en la sala de urgencias del hospital, no había querido alejarse de Elena. Estaba seguro de que ella despertaría en cualquier momento y quería estar allí cuando pasara. Pero las llamadas de Jonathan acerca del caso de Jean Carlo, lo tenía nervioso. Haciéndolo dudar acerca de las capacidades de su gente en el caso. Estaban perdiendo. Y no fue hasta el siguiente día que decidió tomar cartas sobre el asunto.En cuanto vio a su padre llegar al hospital, va a su departamento a tomar un baño y descansar un poco, pues solamente ha dormitado en el hospital, así que decide dormir un par de horas antes de ir a la oficina. Todavía es temprano cuando se despierta y no es por la alarma del despertador, parecía que apenas había cerrado los ojos, pero en realidad había pasado solo una hora. Quella lo estaba llam
Caroline sale sin esperar respuesta por parte de él. Al entrar al área de recursos humanos, descubre que ya la esperan con el papeleo. Por lo que se siente más que humillada, porque seguramente la orden había sido emitida desde un día antes y Brisel ya lo sabía cuándo la interceptó el día anterior.Pasaron los días y Caroline no puede superar el rechazo de Ethan. Sin saber lo que estaba pasando con él y con Elena, todos los días revisa los periódicos matutinos en busca de noticias acerca de él. Por mucho que no le gustara, una parte de ella, la egoísta, buscaba el titular de la muerte de la esposa del mejor abogado de Chicago. Sintiéndose cada día más amargada arroja el periódico. Toma su taza de café que yace frente a ella y da un sorbo, era una mañana fría o tal vez lo era su corazón.—¿Por qu&ea
Cuando Quella entra a la cafetería, Ethan se pone de pie para hacerse notar, entonces ella camina hacia él con paso decidido. Ethan la abraza nuevamente a su llegada. Recorre una silla para ella. Siempre fue un hombre de buenos modales, pero con un pésimo carácter y un ser despreciable con las mujeres, un patán, él lo sabía. La única mujer que tomó en serio fue a Elena, con Caroline… ahora sabía mejor, si Elena no hubiera existido en sus vidas, tarde o temprano hubieran fracasado. Nunca tuvieron una oportunidad realmente.—Sé que quieres saber de ella, pero no puedo decirte. Lo siento.—No lo hagas. Yo… Siento mucho más lo que le hice.—De verdad estabas dejando a Caroline, o solo lo dices para justificarte.—Rompí con ella esa tarde. Tenía que viajar a New York con urgencia, llamé a Elena y le dije que cuando volv