Viajaban en el auto de Ethan sin mediar palabra. Caroline mantenía la vista en las calles alumbradas por la luz artificial de los locales ya cerrados. Cuando por fin aparcaron frente a su modesto edificio, ella soltó el cinturón de seguridad, tomó su bolso e intentó abrir la puerta del auto para salir de él y evitarles la incomodidad de decir adiós. No la ama, no pretende algo más de ella y era dolorosamente consiente de eso. Pero antes de que pudiera escapar Ethan la detiene.
—¡Espera, Caroline! —Su voz era autoritaria, pero tenía UN ligero toque de gentileza al pronunciar su nombre.
Caroline se acomodó de nuevo en el asiento de piel y cerró la puerta. Finalmente le dijo:
—No me despidas, Ethan. Para mí, después de bajar de este auto lo que pasó en ese hotel nunca ocurrió. —Estaba arrepentida y no podía mirarlo a lo
Eran las tres de la mañana cuando el auto color plata se estacionó frente al edificio. Jessie temía que su hermana estuviera en malos pasos, pues llegaba casi siempre muy tarde, la notaba ausente en ocasiones, ya no platicaban acerca de sus secretos íntimos, ella parecía rehuir de su mirada y evadía sus preguntas. Quería saber quién era el hombre con el que ella estaba saliendo.La esperaba medio oculta en la entrada del edificio, cuando vio estacionarse el auto de Ethan. Eso no la sorprendió, lo que sí lo hizo, fue que él se bajó del auto para abrir la puerta del lado de su hermana y que cuando Caroline salió, lo abrazó. Jessie no podía creerlo, lo peor vino cuando él se soltó de su agarre solo para recargarla en el auto y besarla, como si quisiera tragársela. ¿Cuántas veces ambas vieron llorar a Elena cuándo decía que hab&
Ethan camina el largo pasillo que conduce hasta el consultorio de su padre. Había recibido un mensaje muy temprano pidiéndole que lo buscara en el hospital. No tenía ni una idea de lo que quería hablar con él, pero no iba a desaprovechar la oportunidad de verlo y saber cómo estaba su madre. Toca suavemente la puerta y cuando el hombre dentro de la habitación le da el pase, entra.—¡Buenos días! —saluda al hombre rubio, tan distinto a él. No, no eran parecidos porque no es su padre biológico.—¿Buenas? —pregunta Joseph con molestia. Ethan que nunca fue un hombre dócil se traga su malestar—. Te cité para entregarte estos docume
Ethan había pasado el día anterior y toda la noche en un rincón en la sala de urgencias del hospital, no había querido alejarse de Elena. Estaba seguro de que ella despertaría en cualquier momento y quería estar allí cuando pasara. Pero las llamadas de Jonathan acerca del caso de Jean Carlo, lo tenía nervioso. Haciéndolo dudar acerca de las capacidades de su gente en el caso. Estaban perdiendo. Y no fue hasta el siguiente día que decidió tomar cartas sobre el asunto.En cuanto vio a su padre llegar al hospital, va a su departamento a tomar un baño y descansar un poco, pues solamente ha dormitado en el hospital, así que decide dormir un par de horas antes de ir a la oficina. Todavía es temprano cuando se despierta y no es por la alarma del despertador, parecía que apenas había cerrado los ojos, pero en realidad había pasado solo una hora. Quella lo estaba llam
Caroline sale sin esperar respuesta por parte de él. Al entrar al área de recursos humanos, descubre que ya la esperan con el papeleo. Por lo que se siente más que humillada, porque seguramente la orden había sido emitida desde un día antes y Brisel ya lo sabía cuándo la interceptó el día anterior.Pasaron los días y Caroline no puede superar el rechazo de Ethan. Sin saber lo que estaba pasando con él y con Elena, todos los días revisa los periódicos matutinos en busca de noticias acerca de él. Por mucho que no le gustara, una parte de ella, la egoísta, buscaba el titular de la muerte de la esposa del mejor abogado de Chicago. Sintiéndose cada día más amargada arroja el periódico. Toma su taza de café que yace frente a ella y da un sorbo, era una mañana fría o tal vez lo era su corazón.—¿Por qu&ea
Cuando Quella entra a la cafetería, Ethan se pone de pie para hacerse notar, entonces ella camina hacia él con paso decidido. Ethan la abraza nuevamente a su llegada. Recorre una silla para ella. Siempre fue un hombre de buenos modales, pero con un pésimo carácter y un ser despreciable con las mujeres, un patán, él lo sabía. La única mujer que tomó en serio fue a Elena, con Caroline… ahora sabía mejor, si Elena no hubiera existido en sus vidas, tarde o temprano hubieran fracasado. Nunca tuvieron una oportunidad realmente.—Sé que quieres saber de ella, pero no puedo decirte. Lo siento.—No lo hagas. Yo… Siento mucho más lo que le hice.—De verdad estabas dejando a Caroline, o solo lo dices para justificarte.—Rompí con ella esa tarde. Tenía que viajar a New York con urgencia, llamé a Elena y le dije que cuando volv
«Han pasado doce días»…Ethan observa a Elena recostada en una camilla de hospital debatiéndose entre la vida y la muerte. Su rostro lleno de magulladuras y cortadas no es lo peor que ha visto; sí, lo que más le ha dolido. Recuerda la primera vez que la vio: era joven, dulce e ingenua, su cabello oscuro estaba más largo; y por ese entonces, tenía un cuerpo con bonitas curvas que le provocaron insomnio durante muchas noches después. Podía enumerar cada una de las cualidades que descubrió la noche en que la conoció. Sin embargo, los ladrones de su corazón, no fueron otros que sus dos grandes ojos verdes que lo miraban con desconfianza.Reconoce que la mujer de los recuerdos no se parece en nada a la que hoy duerme frente a él. Cierra los ojos y respira profundo, trata de encontrar el m
«Pronto un mar de gente entra a la habitación y yo retrocedo chocando contra la pared, estoy horrorizado, asustado… Miles de imágenes pasan por mi cabeza, en mi pecho crece un hoyo que va destrozando todo dentro de mí. Una enfermera me toma del brazo y me arrastra a la salida de aquella habitación. Lo único que alcanzo a ver, es a Elena rodeada de médicos intentando resucitarla. La puerta se cierra.Mi cuerpo se mueve involuntariamente hasta toparme con la pared del pasillo e instintivamente, coloco mi mano en el bolsillo derecho de mi pantalón. Saco el anillo de bodas de Elena y lo mantengo seguro en mi mano. Mi cuerpo resbala por la pared, me siento en el piso, mis rodillas cerca de mi pecho y mi rostro escondido entre ellas, mis brazos abrazándolas. Lágrimas bañan mi rostro oculto. Lloro como un niño. Alguien se acerca a mí y se arrodilla a mi lado
Está sentado en la sala de espera con su madre a un lado. Su padre les ha dicho que deben esperar a que Elena despierte para realizar la cirugía. Es en esos momentos, cuando todo está más callado, que su cabeza comienza a dar vueltas con pensamientos de todo tipo. Pero en un instante recuerda que se ha olvidado por completo del abuelo de Elena. Recuerda que ella lo había estado visitando muy seguido en los días que él se fue, o, al menos, eso le dijo Quella. El hombre la había recordado, estaba muy enfermo y a Elena le complacía estar con él en esos cortos episodios de lucidez. Ethan no sabe nada del hombre desde hace más de un año.El día que se presentó ante Oscar para pedir la mano de Elena, le prometió que la cuidaría, sabía que el hombre era frio con ella, pero cuando este le ordenó a Elena que los dejara solos un momento le pidió que la cu