Kate y George se despedían con miles de abrazos y besos para todos, Marla cerraba su cosmetiquera revisando que nada faltara. Los días habían pasado a velocidad.-Todo está en orden…cariño deseo que tu viaje sea placentero, y lo importante…felicidad-.Horacio y Aida despedían a sus padres respectivamente, quedando en verse nuevamente en unos meses, Kate, había dado un giro a su look, corte nuevo, color.-Te ves hermosa mamá- Keila abrazaba a su madre.-Tu padre esta de seductor-.-Eso es perfecto, tendrán mucho tiempo en el crucero para jugar a perseguirse por todos los rincones-.-Es un divertido juego-.-Hijo cuídate… te llamaremos desde el crucero, aunque tan pronto estemos en casa te avisaremos que llegamos bien-.-Eso me deja más tranquilo, igual llama por el camino…mamá te extrañaré mucho, me harás una enorme falta-.-Cariño…. En pocos días ya ni te acordaras de nada, estarás rumbo a tus codiciadas vacaciones, y ni echarás de menos a esta vieja gruñona-.-Ni digas eso en broma m
Horacio reaccionando de manera algo abrupta soltaba a Leila.-Esto es nefasto Leila, estoy en mi oficina-.-Y eso lo hace más excitante Horacio, es así, nada está mal, es un romance pequeño, no pasará más allá de esto, ven aquí-.Su blusa era soltada por sus manos, ella se acercaba de aquella manera tan seductora y voraz que le hizo cerrar los ojos, en ese instante el timbre del teléfono le traía al presente.Abrió sus ojos de golpe, Leila venia hacia el para tomar la copa de sus manos, en aquel instante Horacio miraba su traje, y la veía ahora con verdadero rostro de asombro, ella estaba vestida, su cabello en orden…cuando hace solo unos minutos estaban en una escena totalmente indecorosa, había algo en ella que le atormentaba los sentidos, ya hasta tenía alucinaciones, esas eran de temer podían llegar a volverse una completa realidad.Horacio le dejó la copa sobre la mesa, para caminar hacia su escritorio con rapidez, su rostro había dado un cambio de expresión.-Horacio… ¿Te siente
Kat y George bajaban sus maletas, colocando en orden algunos paquetes, la casa era hermosa, amplia, con iluminación, acogedora, y con sus grandes espacios verdes, tenían una hermosa huerta, un vivero y un estudio armado al fondo para Kat, le gustaba pintar en sus ratos libres, la verdad era que tenía el talento, sus cuadros plasmaban cada detalle con sumo cuidado.Marla y su marido, estaban acomodando sus maletas en la habitación de huéspedes, tenía un balcón amplio y con una vista increíble.Marla tomaba un confortable baño en la amplia tina, las salas, y la espuma lograban darle ese confort, su esposo estaba en la terraza platicando con George, en dos días ellos estarían en un crucero fabuloso, un viaje necesario.Kat se había colocado un holgado vestido y se encontraba preparando la cena, no llamaría si no hasta el siguiente día, George había hablado con Keila para decirle que estaban en casa.La pasta emanaba un olor exquisito. Mientras hacia la salsa y cortaba el pan, un pensamie
Un Horacio apasionado, ardiente, voraz, intensamente voraz por primera vez, Aida llegaba al clímax en ese instante, él le seguía aferrándose a su cuerpo, por segundos veía los ojos de su amada Aida, y luego aquellos profundos ojos que la miraban con extremo placer mientras susurraba palabras que le hacían perder la cordura y la razón.-Horacio, no deberías detenerte…esta noche es toda nuestra-.-La noche es toda nuestra cariño-.Aida se aferraba a su cuerpo, se sentía renovada, pero inquieta, aunque quizás no era necesario estarlo.-Ven vamos a el estudio, allí podemos continuar, además no perdemos nada, nuestra relación debe salirse de estas cuatro paredes-. Horacio miraba ahora a la puerta de la habitación con cierto juego en su mirada.-Cariño me parece muy llamativa la propuesta-.Se colocaron sus salidas de baño, y de la mano bajaron por la escalera procurando hacer el ruido menos posible… Horacio tropezaba sin querer con el neceser de Aida que ahora caía de cabeza.Sus risas joc
Marla alzó su vista, mientras todos la observaban. -Oh…yo menos, mis consejos son siempre fatalistas-. Soltaba una sonora risa, Robinson atinaba a decir que no eran chicos, eran adultos. -Eso es cariño, te imaginas algún lio de faldas, pasiones por el pasillo de las oficinas, nuestra hija con un amante fortuito, Horacio con una bella seductora secretaria en brazos, jajaja, claro, pero eso no pasa porque nuestros chicos les hace falta malicia-. Todos le miraron en aquel instante con rostros desconcertados. -Solo es un chiste, la idea era reír-. Soltaba una risa, mientras tomaba el café con desparpajo, Robinson le daba un beso en la frente, así era ella, y él así le amaba. Kat se había colocado en pie, anunciando una sorpresa, cuando llegaba el olor era exquisito, panecillos de queso, eran magníficos. -Espero que les gusten son verdaderamente únicos, una receta de mamá-. -Esta receta tendrás que compartirla conmigo-. Marla extendía la mano para tomar varios de ellos y degustarlos
Aida y Horacio caminaban en dirección hacia su puerta de abordaje, Aida lucía hermosa y feliz, no era para menos, un delicioso viaje como ella solía decirle le esperaba. Horacio caminaba sin prisa, quizás ella estaba tan emocionada que casi corrió al escuchar la frase; Pasajeros a bordo de nuestro vuelo con destino a Venecia Italia, por favor su pasa bordo en mano, tuvo la leve impresión que algo le sucedía a su esposo, pero…no quiso importunarlo con miles de preguntas, quizás no había dormido bien, aunque había llegado con algunas copas en la cabeza, le había pedido que apagara la luz y durmieran, le abrazó por instantes, y por otros tanto sintió que se quedaba absorto mirando el techo de la habitación.Sacudía la cabeza, no iba a pensar en nada ni en nadie, ni sacaría conclusiones, no…solo limitaría su mente a descansar y sus ojos a admirar la belleza.Una vez revisados sus tiquetes, avanzaron e ingresaron para tomar sus puestos, Horacio tomaba el neceser de Aida para acomodarlo, vi
Aida y Horacio habían llegado a su destino final, una chica del hotel les recibía, los señores Kent, luna de miel y aniversario. La chica tenía un acento maravilloso, Aida hablaba perfectamente el italiano, Horacio no lo hacia de la misma manera que ella, aunque como dijo en tono jocoso, me haré entender a la perfección. Pero su francés era impecable, seductor y volcánico.El botones les conducía a sus habitaciones, cuando la puerta se abría ante ellos, quedaron maravillados, un hermoso balcón amplio y lleno de plantas, un pequeño comedor para tomar el desayuno, la habitación tenia un gran jacuzzi, sala, bar a su disposición, y tres restaurantes, en la mañana después de las 10 había una salida a museos, como también cena en un restaurant marroquí del hotel, tenían reservación.Horacio le daba una buena propina al joven quien haciendo ademán se despedía deseándoles una feliz estadía.El baño era impecable, hermoso, y con todo lo que necesitaban, se darían un baño, y se recostarían, era
Calixto y Raquel no paraban de reír. -Jajaja…maravilloso, eso sí que para nada es sensual, que pareja, ¿Temen expresar sus sentimientos en público? ¿Les da pena que alguien los escuche? Querida, maravillosa es la noche que vamos a tener, ya verán cómo les encantará el lugar donde les invitaremos, se quitarán tanta formalidad, romper la rutina resulta alentador, porque de lo contrario…entra una tercera en discordia, a nosotros casi nos pasa, nuestra relación no era divertida, le faltaba la chispa, la vida, y lo más importante. La seducción…-. Horacio los miraba con cierta gracia en el rostro, Aida esbozaba una sonrisa, con ojos de; ya podemos irnos… eran dos personas bastantes graciosas, risueñas y con su toque de locura. La guía indicaba que pasarían a otro punto de la ciudad, esta vez lo harían en el transporte del hotel. Tomaron algunas fotos de los lugares, Aida siempre cámara en mano, tendría mucho trabajo en el estudio a su regreso. Llamaría más tarde a su madre para saber có