Un Horacio apasionado, ardiente, voraz, intensamente voraz por primera vez, Aida llegaba al clímax en ese instante, él le seguía aferrándose a su cuerpo, por segundos veía los ojos de su amada Aida, y luego aquellos profundos ojos que la miraban con extremo placer mientras susurraba palabras que le hacían perder la cordura y la razón.-Horacio, no deberías detenerte…esta noche es toda nuestra-.-La noche es toda nuestra cariño-.Aida se aferraba a su cuerpo, se sentía renovada, pero inquieta, aunque quizás no era necesario estarlo.-Ven vamos a el estudio, allí podemos continuar, además no perdemos nada, nuestra relación debe salirse de estas cuatro paredes-. Horacio miraba ahora a la puerta de la habitación con cierto juego en su mirada.-Cariño me parece muy llamativa la propuesta-.Se colocaron sus salidas de baño, y de la mano bajaron por la escalera procurando hacer el ruido menos posible… Horacio tropezaba sin querer con el neceser de Aida que ahora caía de cabeza.Sus risas joc
Marla alzó su vista, mientras todos la observaban. -Oh…yo menos, mis consejos son siempre fatalistas-. Soltaba una sonora risa, Robinson atinaba a decir que no eran chicos, eran adultos. -Eso es cariño, te imaginas algún lio de faldas, pasiones por el pasillo de las oficinas, nuestra hija con un amante fortuito, Horacio con una bella seductora secretaria en brazos, jajaja, claro, pero eso no pasa porque nuestros chicos les hace falta malicia-. Todos le miraron en aquel instante con rostros desconcertados. -Solo es un chiste, la idea era reír-. Soltaba una risa, mientras tomaba el café con desparpajo, Robinson le daba un beso en la frente, así era ella, y él así le amaba. Kat se había colocado en pie, anunciando una sorpresa, cuando llegaba el olor era exquisito, panecillos de queso, eran magníficos. -Espero que les gusten son verdaderamente únicos, una receta de mamá-. -Esta receta tendrás que compartirla conmigo-. Marla extendía la mano para tomar varios de ellos y degustarlos
Aida y Horacio caminaban en dirección hacia su puerta de abordaje, Aida lucía hermosa y feliz, no era para menos, un delicioso viaje como ella solía decirle le esperaba. Horacio caminaba sin prisa, quizás ella estaba tan emocionada que casi corrió al escuchar la frase; Pasajeros a bordo de nuestro vuelo con destino a Venecia Italia, por favor su pasa bordo en mano, tuvo la leve impresión que algo le sucedía a su esposo, pero…no quiso importunarlo con miles de preguntas, quizás no había dormido bien, aunque había llegado con algunas copas en la cabeza, le había pedido que apagara la luz y durmieran, le abrazó por instantes, y por otros tanto sintió que se quedaba absorto mirando el techo de la habitación.Sacudía la cabeza, no iba a pensar en nada ni en nadie, ni sacaría conclusiones, no…solo limitaría su mente a descansar y sus ojos a admirar la belleza.Una vez revisados sus tiquetes, avanzaron e ingresaron para tomar sus puestos, Horacio tomaba el neceser de Aida para acomodarlo, vi
Aida y Horacio habían llegado a su destino final, una chica del hotel les recibía, los señores Kent, luna de miel y aniversario. La chica tenía un acento maravilloso, Aida hablaba perfectamente el italiano, Horacio no lo hacia de la misma manera que ella, aunque como dijo en tono jocoso, me haré entender a la perfección. Pero su francés era impecable, seductor y volcánico.El botones les conducía a sus habitaciones, cuando la puerta se abría ante ellos, quedaron maravillados, un hermoso balcón amplio y lleno de plantas, un pequeño comedor para tomar el desayuno, la habitación tenia un gran jacuzzi, sala, bar a su disposición, y tres restaurantes, en la mañana después de las 10 había una salida a museos, como también cena en un restaurant marroquí del hotel, tenían reservación.Horacio le daba una buena propina al joven quien haciendo ademán se despedía deseándoles una feliz estadía.El baño era impecable, hermoso, y con todo lo que necesitaban, se darían un baño, y se recostarían, era
Calixto y Raquel no paraban de reír. -Jajaja…maravilloso, eso sí que para nada es sensual, que pareja, ¿Temen expresar sus sentimientos en público? ¿Les da pena que alguien los escuche? Querida, maravillosa es la noche que vamos a tener, ya verán cómo les encantará el lugar donde les invitaremos, se quitarán tanta formalidad, romper la rutina resulta alentador, porque de lo contrario…entra una tercera en discordia, a nosotros casi nos pasa, nuestra relación no era divertida, le faltaba la chispa, la vida, y lo más importante. La seducción…-. Horacio los miraba con cierta gracia en el rostro, Aida esbozaba una sonrisa, con ojos de; ya podemos irnos… eran dos personas bastantes graciosas, risueñas y con su toque de locura. La guía indicaba que pasarían a otro punto de la ciudad, esta vez lo harían en el transporte del hotel. Tomaron algunas fotos de los lugares, Aida siempre cámara en mano, tendría mucho trabajo en el estudio a su regreso. Llamaría más tarde a su madre para saber có
Leila tomaba lugar en el sillón, mientras tomaba un cigarro de la pequeña caja de su madre.-Creo que fumaré uno también-.-Adrián es un hombre encantador, estuvimos platicando anoche, además es guapo y rico-.-Es un caballero, y si, tiene varias empresas, su padre está orgulloso-.- ¿Y tú? -.- ¿Yo? Jajaja... tengo una hija talentosa que haría maravillas en su profesión, te conté que tiene una buena oferta en Paris, pero la querida de mi corazón, no se ha tomado la molestia porque debe ser una completa molestia para ella, en leer el contrato, es increíble que aun tenga las puertas abiertas, no desestiman que quiera tomar el puesto-.- ¡Que tonta! -.-Pensé lo mismo que tú, fíjate-. Olivia terminaba su cigarrillo, Leila algo le escondía y era porque temía su reacción, sentía que algo ocultaba…aunque había soltado pequeñas luces, era casado y con familia, y según podía deducir, alguien conocido. Pero no quería discutir mas con Leila, no reconocería que no estaba correcto, pero estaría
Los días pasaron tan rápidos y veloces, la estadía en Portofino fue sencillamente espléndida, la comida, la música, todo les había envuelto en un halo de amor y reconciliación con ellos mismos. Habían disfrutado de los paisajes, las pequeñas terrazas, ver los pequeños barcos en horas de pesca, sus hermosos rincones coloridos, llenos de vida,La última noche antes de regresar a Venecia para preparar sus maletas para el regreso, cenaron en La Terrazza, la imponente vista hasta la colina, les dio esa sensación de logro, cuando finalmente llegaron al lugar, con esas impresionantes vistas sobre la bahía de Portofino. Horacio durante la cena sugirió que era un lindo lugar, quizás podían trasladar su vida allí, realmente valdría la pena, a lo que Aida le observó con sumo interés, hace unos años atrás esa idea había sido total y nefastamente rechazada por el, ahora le hablaba de las mil maravillas que podían construir allí, una vida de cero…no tan así, ella podría abrir su estudio, continuarí
Kate acomodaba el mechón de su cabello, recordándole que las cosas siempre se veían grises cuando arreciaba la tormenta, pero después con el paso de los días, siempre un pequeño destello de sol aparecía inquieto en el atardecer.¿Hasta dónde quería de verdad tomar su rumbo?-Creo que cuando estés reposada podrás ver mejor todo, si deseas divorciarte, sea cual sea la razón…te apoyaré, soy tu amiga Marla, eso no va cambiar-.Marla le miró perdida en sus lágrimas que bajaban por su perfecto rostro, las líneas dejaban huellas, no quería ni sentía deseos de hablar, nada para opinar, se sentía tan abrumada, pero como Robinson lo veía, era perder el tiempo en razonar. Este matrimonio había llegado a su final. Hace tiempo las cosas venían difíciles, Robinson solo tenía ojos para el televisor, la oficina, sus inversiones, la cama y la almohada.Muchas veces había jugado un poco con la imaginación, aceites, masajes, caricias, pero sin resultado, esa intimidad había caducado hace tiempo, quizá s