39. Encuentros anhelados.-¿Qué es esto?-Son entradas para un concierto, ¿olvidaste qué eran en solo tres años? – Preguntó maya quién me había dado un sobre en blanco, lo abrí y vi las entradas para un concierto de… Luis Miguel, el cantante favorito de Dylan. No sabía que él estaba vivo aún, recuerdo que a él le encantaba ese tipo de música que mamá solía escuchar, de esa de los ochenta que eran baladas que la cantaban mujeres con grandes voces, no sé el nombre de ellas, pero él vivía escuchándolas y cantándolas terriblemente, pero era peor con la música de Luis Miguel, cantaba sus canciones como si se le fuera la vida en ello. A maya y a Kit no les gusta su música, ¿por qué demonios quieren que vayamos a un concierto de él? Ya imagino que están tramando.-Ya sé lo que planean, no iré.-Si piensas que es por Dylan pues te equivocas, no estará en la ciudad esta semana, él me dijo que tenía un viaje laboral.-Maya, no te creo.-A Jill le encanta él, mira su fondo de pantalla. –Me enseñ
40. Todo amor tiene un final.Miraba cada tanto mi reloj deseando que el tiempo avanzara más rápido, pero las manecillas parecían ir cada vez más lento, el mundo está en mi contra hoy. Tengo hambre, tengo sueño, parezco un acechador con ansiedad crónica por no haber visto a su víctima. Eran las cinco y treinta de la tarde, me la pasé con Kit todo el día, tanto que ya no quiero ver su rostro. El me agrada, pero sé que ya está harto también, estábamos reunidos con el señor Santiago y con su hijo, quienes no paraban de hablar, con ellos nos hemos demorado horas, con los demás clientes todo es más corto, pero al señor Santiago parece que las cuerdas bucales no se le cansan, me dolería la quijada de hablar tanto y más en la forma rápida en que lo hacen.Estaba desesperado, quería arrancarme la cara y golpearlos con ella, pero perderíamos a dos clientes valiosos y además, me vería muy extraño sin piel que cubra mi cabeza. Movía los dedos de forma compulsiva porque quería irme, iba a ir a ve
Transcurrieron ocho días desde que hablé con él. Me dijo que cuando ya hubiese hablado con Ray, iría a buscarme, pero han sido muchos días y aún no lo ha hecho, me siento muy ansioso. Pensé que le había dado mal la dirección, que me equivoqué en el número del apartamento, pero recuerdo que revisé un par de veces haberla anotado bien.Mejor me distraigo para no pensar estupideces, el sí vendrá.Salí esa noche de viernes con Kit y un par de amigos suyos a un bar del norte, iban a transmitir un partido de la NBA y sería buena idea verlo. Nos sentamos en una mesa y pedimos cervezas, uno de sus amigos pidió nachos y como nunca los había probado, lo hice esa noche y casi vomito, recuerdo que el queso que tenía encima sabía como si alguien lo hubiera batido con el trasero.-No me digas que no te gusta. –Me miró de reojo Kit.-Paso, solo beberé.-Al parecer agarraste malos gustos en la cárcel.-¿Estuviste preso? –Preguntó Benjamín y Omar me miró también curioso, estos dos eran los amigos de K
PrefacioNo sé si alguna vez te escribí algo o me tomé el tiempo necesario para hacerte saber lo mucho que llegué a amarte. Hoy en día miro atrás y no puedo evitar analizar todos mis errores, las muchas veces que te grité, te ignoré o que fui completamente egoísta, porque solo buscaba ser feliz contigo y no es precisamente esto lo que esté mal, pero me arrepiento de la forma en que busqué esta felicidad, me arrepiento de no haber sido sincero contigo y que la última vez… esa última vez que te vi con tu camisa rosa y tus jeans azules, tus ojos lloraban, sufrían y sabía que no podía hacer nada para remediarlo. El daño estaba hecho y no había vuelta atrás, lo peor es que no pude ni siquiera acariciar tus mejillas una vez más porque ellos no me lo permitían, pero aún así sé que entendiste lo q
Primera parte: Comienzo de la historia quecambió mi vida.Inicios--10 años antes--Me reclinaba en la silla y mamá me miraba a la distancia incendiándome con los ojos, como si quisiera colgarme delante de todos y sé que ganas no le hacen falta. Sé que odia que haga esto, porque siempre suelo caerme, pero en un momento como este era eso lo que menos me importaba. Estaba inconforme y no me importaba hacerlo saber a todos.Papá hablaba a los trabajadores y yo estaba sentado al lado de mamá, frente a ellos en la sala de conferencias. Hoy era mi primer día oficial trabajando en la compañía de mis abuelos, que ahora estaba a mano de mis padres y son quiénes me obligaron a estar en este puesto. Originalmente era mi hermano Leo el que iba a ocupar el cargo por ser el mayor, pero&hellip
Mi asistente.Caminaba por el pasillo de las oficinas administrativas junto a Gina, la asistente de papá. Me puse uno de mis tantos trajes y noté que todos me miraban mientras caminaba por el pasillo.Gina me enseñó la que sería mi oficina, era justo al final del pasillo. Apenas entré, vi a un niño sentado en uno de los muebles de la oficina. Se puso de pie al verme entrar.-¿Y este quién es? – Le pregunté a Gina y sonrió. Se puso al lado de él y el niño me miró incómodo. – La guardería queda en el primer piso.-Él es Dylan, será tu asistente.Contuve la risa y me senté en la silla del escritorio.-No bromees, lleva al niño con su mamá que lo deben estar buscando.-Disculpe señor Castellón. – Dijo con voz temblorosa, ¿Sabía mi apellido?
3. Confesiones perturbadorasCon el transcurrir de los días noté algo extraño. Estoy confundido. ¿Dylan no es para nada como me lo habían pintado o está actuando diferente conmigo solo para quedar bien? Mis padres me decían que Dylan se iba cada fin de semana con Leo y sus amigos a beber, a hacer desastres y terminar en la cárcel, o se va a amanecer con diferentes chicas, ya que siempre Leo amanece con una diferente cada sábado, pero este chico con el que he tratado estos días no aparenta en lo absoluto ser así como ellos dicen.Dylan es muy tímido, obediente y no lo sé, me da la impresión de que me teme. Cada vez que llego él se esconde, me evita y cuando lo llamo a mi oficina, el evita a toda costa el contacto visual. Ese hecho me resulta muy curioso, pero no me disgusta. Me da mucha risa eso, pero la contengo.Tenía esa imagen de é
Su verdadera personalidad.Llegué temprano este día a la oficina, no dormí bien anoche y estaba de un genio terrible.-Gina, llama a Dylan y dile que venga de inmediato, lo quiero patear. – Ella salió de inmediato y un par de minutos después, vi al castaño llegar a mi oficina y cerró la puerta.-¿Quieres patearme? – Preguntó nervioso, dudaba si debía acercarse o no.-Siéntate, me desespera verte temblando ahí de pie. – Se sentó de inmediato. – Primero: has tardado una semana en las estadísticas, ya mi madre me tiene el ano hinchado de tanto preguntarme por ellas.-Ya están listas, en la tarde te las envío al correo. –Respondió.-Segundo: ¿de dónde sacaste mi número?- Me lo dio Leo. – Respondió. Ya sé a quién debo ir a patear esta n