Mi asistente.
Caminaba por el pasillo de las oficinas administrativas junto a Gina, la asistente de papá. Me puse uno de mis tantos trajes y noté que todos me miraban mientras caminaba por el pasillo.Gina me enseñó la que sería mi oficina, era justo al final del pasillo. Apenas entré, vi a un niño sentado en uno de los muebles de la oficina. Se puso de pie al verme entrar.-¿Y este quién es? – Le pregunté a Gina y sonrió. Se puso al lado de él y el niño me miró incómodo. – La guardería queda en el primer piso.-Él es Dylan, será tu asistente.Contuve la risa y me senté en la silla del escritorio.-No bromees, lleva al niño con su mamá que lo deben estar buscando.-Disculpe señor Castellón. – Dijo con voz temblorosa, ¿Sabía mi apellido? – Yo soy su asistente. No había tenido oportunidad de conocerlo, pero Leo me habló mucho de usted.¿Qué clase de broma de mal gusto es esta? Este niñato no podía ser el famoso amigo de Leo, con el que se va de juerga. Es imposible. Acepto que no lo conocía, nunca lo vi, y solo sabía de el por lo que mis padres y Leo me decían, pero a este niño que tengo en frente, solo puede tener como mucho quince años o menos, no la edad que me habían dicho y ni esa ropa de trabajo lo hace ver mayor.-Dejen ya de bromear, necesito desocuparme rápido. Salgan que tengo cosas que hacer y Gina, llama a mi asistente. – Me recliné en la silla y ellos se miraron entre sí.-Señor. – Dijo Gina y me miró seria. – No estamos bromeando. Él es su asistente. Sí, es menor de edad pero lleva meses aquí. Si no me cree, puedo decirle a su padre que le diga.- ¿Lo llamo? – Preguntó nervioso el… ¿medio hombre?-No inventen, ¿cómo puedo llamar a este individuo con esa cara de salir en comerciales de Legos mi asistente? – No podía evitar reír con ganas. Me miraban desconcertados entre sí mientras me reclinaba en la silla. – Bien, ya te creo. Procura cambiar ese pelo de vieja que traes, que me da calor y cuando estoy así, me vuelvo irritante.Así transcurrieron mis primeras horas de trabajo y me di cuenta de una cosa horrible… soy un completo inútil en este trabajo. No tenía idea de siquiera por dónde empezar. No entendía nada de las estadísticas de la empresa, ni de las campañas publicitarias de las que me hablaron mis padres, ni nada sobre los juegos que pensaban sacar y demás. Eso me aturdió muchísimo, pero por suerte conseguí a un esclavo, ya sé quién hará todo mi trabajo y vaya, es verdad que tiene diecisiete. ¿Por qué se supone que es tan enano? ¿Por qué no creció más?¿Su mamá le daba leche materna o gasolina? Alonso a duras penas me llegaba al hombro y era bastante delgado.Debía salir a las cuatro de la tarde, pero salí al mediodía porque me aburrí de tanto pensar y tenía mucha hambre. Dejé al niño haciendo lo que me correspondía y bajé al parqueadero. Pensaba irme tranquilamente en mi camioneta, pero no sé de donde salió Leo y gritó asustándome.-No eres más inútil porque no te lo has propuesto. – Le dije y rió con ganas.-Es mi meta de vida, hermanito.-¿Qué haces acá? – Le pregunté mientras caminábamos hacia mi camioneta.-Vine a verte.-Debí suponer que estarías de intenso. – Encogió los hombros y sonrió.Salimos y fuimos a almorzar en un restaurante cercano en que la carne es su especialidad. Nos sentamos en la mesa junto a la ventana y ordenamos.-El sábado tengo una fiesta que te cagas. – Comentó emocionado.-Cuándo no. – Dije mientras masticaba.-¿Quieres ir?-No me interesa irme de fiesta con chicos de universidad, ya estoy algo mayor para eso y tú también.-¿Cómo que estoy mayor para eso? Estoy en la universidad también, recuerda que el semestre pasado entré a Matemáticas. – Reí con ganas y él me miró confundido. - ¿Por qué te ríes?- Es como tu décima carrera.- Esta será la definitiva.- Ni tú mismo crees eso Leo. - Reímos.- ¿Ya conociste a mi mejor amigo?- De eso te iba a hablar. No entiendo como tu mejor amigo puede ser alguien tan chiquito como Dylan. Es muy pequeño y me refiero a todos los sentidos posibles. La gente que lo vea con un anciano como tú, pensarán que eres un pedófilo que lo quiere violar.-¿Pedófilo? Primera vez que me dices así. – Dijo entre risas. – Te caerá bien él.- ¿Por qué estás tan seguro?- Algo me dice que así será. – Me guiñó un ojo.3. Confesiones perturbadorasCon el transcurrir de los días noté algo extraño. Estoy confundido. ¿Dylan no es para nada como me lo habían pintado o está actuando diferente conmigo solo para quedar bien? Mis padres me decían que Dylan se iba cada fin de semana con Leo y sus amigos a beber, a hacer desastres y terminar en la cárcel, o se va a amanecer con diferentes chicas, ya que siempre Leo amanece con una diferente cada sábado, pero este chico con el que he tratado estos días no aparenta en lo absoluto ser así como ellos dicen.Dylan es muy tímido, obediente y no lo sé, me da la impresión de que me teme. Cada vez que llego él se esconde, me evita y cuando lo llamo a mi oficina, el evita a toda costa el contacto visual. Ese hecho me resulta muy curioso, pero no me disgusta. Me da mucha risa eso, pero la contengo.Tenía esa imagen de é
Su verdadera personalidad.Llegué temprano este día a la oficina, no dormí bien anoche y estaba de un genio terrible.-Gina, llama a Dylan y dile que venga de inmediato, lo quiero patear. – Ella salió de inmediato y un par de minutos después, vi al castaño llegar a mi oficina y cerró la puerta.-¿Quieres patearme? – Preguntó nervioso, dudaba si debía acercarse o no.-Siéntate, me desespera verte temblando ahí de pie. – Se sentó de inmediato. – Primero: has tardado una semana en las estadísticas, ya mi madre me tiene el ano hinchado de tanto preguntarme por ellas.-Ya están listas, en la tarde te las envío al correo. –Respondió.-Segundo: ¿de dónde sacaste mi número?- Me lo dio Leo. – Respondió. Ya sé a quién debo ir a patear esta n
5. Llamadas que inician muchas cosas.Su casa quedaba a quince minutos de la compañía, en un vecindario decente. No sé por qué imaginé que él vivía en las cavernas o en algo así. Durante todo el trayecto habló bastante, básicamente me hizo un interrogatorio, preguntando qué comida me gustaba, a donde me gustaba ir y cosas así, sé por qué pregunta estas cosas, puedo ser todo, menos tonto y por eso dejé claras las cosas.-Aquí vivo. – Vi una pequeña casa pintada de azul y blanco, con flores de colores y un porche. -¿Quieres tomar algo?-Oye… ahora sí te creo, lo que me dijiste. Pero no te ilusiones, ¿sí? No puede pasar nada.-Eso dices ahora, sé que cambiarás de parecer.-Dylan, estoy comprometido, conoces a mi novia. Me caso este diciembre y además, te llevo muchos
6. Sopas del diablo.Veía un video en mi teléfono mientras almorzaba una asquerosa sopa de carne que sabía cómo si la hubiera escupido satanás, le faltaba sal, estaba espesa y algo fría, pero ya la había comprado y debía terminarla, no soporto tirar comida, me parece que eso no se debe hacer. Creo que de tantos golpes de mi madre por verme tirar su comida (la cocina no es el talento de mamá, por eso con los años optó por empleadas), dejé de hacerlo. Estaba en mi oficina, la comida la pedí a un restaurante y me la trajeron hasta mi oficina, eso me hizo muy feliz, pero la sonrisa en mi rostro se esfumó al probar esa sopa del demonio.Escuché la puerta de mi oficina abrirse y vi asomarse a un castaño sonriente. Estoy de mal genio, si se pone intenso, le aventaré la sopa encima.-¿Puedo pasar? –Preguntó y negué
7. Extraño.Pasé esa tarde reunido con mi padre, Gina y los inversionistas. Fue tedioso todo, reunirse con papá es horrible. El me aterra, es un hombre intimidante y no solo me intimida a mí, sé que a la gente de la oficina le sucede igual. Al final, salí con un fuerte dolor de cabeza de la reunión y le escribí un mensaje a Dylan preguntándole si tenía pastillas para eso. Faltaban unos minutos para salir, por fin.Caminé hacia la oficina para recoger mis cosas, no vi a Dylan en el pasillo. Entré y vi a Natalia sentada en las sillas del escritorio junto a mi suegra. No esperaba verla, le dije que la visitaría cuando estuviera libre, no sé por qué venía y menos con su madre. No sé por qué no me sentí alegre al verla, creo que influye que peleo fuertemente con ella cada vez que la veo.-Frank, por fin llegas. ¿D&oacu
8. Tiempo en familia.Llegué algo tarde este lunes, como a las siete y media, pero… ¡nada sucedería! Ventajas de ser jefe, creo que aún no le he sacado todo el provecho a esto, puedo esclavizar a todo un batallón de empleados. Puedo acostarme en la oficina a que me echen aire con unas palmas y que alguien me de uvas en la boca, como un buen faraón, aunque eso de pintarse los ojos se ve algo raro.Creo que a veces pienso muchas estupideces.Me reí internamente y al entrar al lobby vi a maya con los tipos de seguridad, ellos revisaban su bolso e identificación. ¿Así que por esto saliste temprano? Huelo las negras intenciones en el aire, sé lo que estás planeando y no lo voy a permitir.-¡Maya! – Grité y ella de inmediato agarró su bolso, su identificación y se echó a correr en dirección al ascensor. Corrí t
9. Transacciones exitosas.Transcurrieron casi cuatro semanas. Esta mañana de jueves, llegué casi que arrastrándome a la oficina. No pude dormir nada, ¡ni una maldita hora! Kit y maya llevaron a un par de amigos para jugar su tonto videojuego y no pude dormir con el ruido de los disparos, las risas y demás.Caminé con los ojos casi cerrados y me tropecé un par de veces, pero no me caí. El piso no merecía mi belleza. O bueno… eso no pensaría Kit y maya que me han visto caerme como quince veces en distintos lugares, soy torpe y bueno para nada, pero atractivo eso sí. En fin, el piso de la oficina específicamente no merece mi belleza.Otra vez con los pensamientos estúpidos.Abrí la puerta y vi una bandeja con comida en el escritorio. Me acerqué a ver y vi que “alguien” preparó un desayuno decorado para mí, con fru
10. Confundido.Era viernes y desde hoy planeaba una excusa para no ir a la “cita” que quería el castaño. Pensaba en una y cien excusas, podría decirle que comí una libra de frijoles en la noche y que me la pase en el baño expulsando a los mil demonios, podría decirle que me peleé con Kit y que me dejó en el hospital, podría decirle que me dio la gripe aviar o no… creo que eso ya pasó de moda. Podría decirle muchas excusas, pero sé que no estaría bien y el no merece que le haga eso. Sé que de verdad quiere salir conmigo porque nadie, NADIE en su sano juicio rechazaría un cheque en blanco por tener una cita con alguien que no le importara lo suficiente. No entiendo que es lo que él ve en mí. Si yo fuera otra persona, no me fijaría en mí. Todo el día de hoy tuve a Dylan en mi cabeza, no lograba entender qu&