26. Convivencia.-Dos años después. –Me desplomé sobre la cama totalmente agotado. Esta tarde estuve jugando fútbol con los empleados de la empresa. Llevaba mucho sin jugar, por eso apesté en el primer partido pero en los demás me ha ido mejor, aunque no hoy, pero no fui el peor, el más vergonzoso sin duda fue “el demonio”, juan José, de la parte administrativa. Le decíamos así porque era muy malo jugando, por eso siempre lo aventábamos como pelota, de equipo en equipo porque hacía perder hasta a los mejores. Dylan no jugaba, no le gustaban los deportes.Hace mucho empecé a hacerme cercano con los compañeros de la empresa, jugaba futbol con ellos los domingos y de vez en cuando hacíamos integraciones. Por supuesto, sabían de mi relación con Dylan y la sorpresa para mi es que no lo tomaron mal, ellos pensaban que andábamos desde mucho antes de que sucediera en realidad, todo por la tonta de Gina, quién ahora mismo está en licencia de maternidad. Mis padres aún no lo saben y espero que
27. Primeros roces.Esa tarde planeaba llevar a Dylan al parque de diversiones que le gusta tanto, pero no pude porque estaba con el montón de niños de su universidad y ni por dinero me quedaría a estar con ellos. Lo he intentado antes, de verdad lo intenté, pero no es posible. No puedo congeniar con gente como su amigo Frederick, que cree que la tierra es plana o como su ex, Julián que todo el tiempo pone reggaetón y canta como si supiera hacerlo. Además su amiga Yasbleidys, se llama Yasbleidys, ¿qué clase de nombre es ese por dios? No puedo ni decirlo sin reírme delante de ella, por eso me detesta. Tengo la teoría de que a todos ellos no les caigo bien, pero aún no he podido confirmarlo, por eso sigue siendo teoría. Cada vez que paso delante de ellos, me miran extraño, poco me saludan y me tratan como si estuviera viejo. Creo que eso es lo que más me saca de quicio, me llaman señor e incluso en varias ocasiones, me piden permiso para ver si Dylan puede salir, como si fuera su papá.
28. Momentos intensos.Desperté a las cinco y media, tomé una ducha y me vestí. Dylan no amaneció a mi lado. Salí y lo vi dormido bocabajo en el mueble de la sala. Habían otros cinco chicos durmiendo ahí, en los muebles e incluso en la alfombra, en la habitación de invitados vi a unas chicas acostadas.Me agaché y llamé con cuidado a Dylan. Sabía que le dolería la cabeza y se sentiría mal.-Mi niño, despierta. –Acaricié su cabello, me miró de reojo y quitó mi mano. - Hay que ir a la empresa.-Me siento mal, no iré.-Tienes resaca, no puedes faltar por eso.Se puso de pie, de mala gana y se cayó en el mueble, aún seguía un poco ebrio. Lo ayudé a levantarse y lo llevé a la ducha. Se quedó un rato en la bañera y me senté a su lado, fuera de esta. Lavé su cabello y le di algo para el malestar.-Te estás volviendo un dolor de cabeza, es la décima vez en estos dos meses que te pasas con tus comentarios por estar ebrio. –Me quejé y rodó los ojos.-Tú eres el dolor de cabeza, todo te molesta.
29. El amor.Llegué a casa ese viernes a las nueve de la noche después de haber dejado a Mary en la casa de mis padres. Estacioné y entré, vi a Dylan esperándome sentado en la sala. Apenas entré se puso de pie y se acercó a mí.-¿Dónde se supone que estabas? No dormiste aquí, ¡me tenías de los nervios!¡Pensé que te había sucedido algo malo!-¿No y que estabas harto de mí? Te di espacio, ¿está mal eso?-Sí está mal, no pasaste la noche aquí, ¿dónde dormiste?No respondí, sabía que se pondría histérico si se enteraba que dormí en casa de una chica que él no conoce, no creerá que es solo una amiga. Caminé hasta la cocina y saqué un energizante del refrigerador, el caminó detrás de mí y me hizo girar.-No me ignores, sabes que no soporto eso. –Tenía el rostro rojísimo y los ojos cristalizados, se le entrecortaba la voz. –No me digas que dormiste con otra persona por lo que dije ayer, no podría con eso Frank, me muero.-No dormí con nadie.-¿Entonces dónde estabas? ¿Por qué no me dices?-
30. Yendo a lugares de otro mundo.--Cinco años más tarde--Corría con Kit por el parque de las flores lo más rápido que podía. Iba tardísimo, Dylan iba a querer asesinarme por hacerlo esperar.-Es tu culpa. No veo donde están todos. –Me quejé, nos detuvimos en medio del interminable campo lleno de árboles y flores, me sentía perdido, poco vengo a este lugar porque suelo perderme por lo inmenso que es.-Tardaste una hora poniéndote el puto traje y al final te ves como vendedor de enciclopedias.-Cómeme esta, Kit.-Maya ya me envió la ubicación. –Me dijo Kit y caminamos guiándonos del GPS.Sí, hoy era el día.El gran día.Dylan y yo nos íbamos a casar.Decidí pedirle matrimonio hace medio año, en el día de San Valentín que es su fecha favorita del año. Yo jamás pensé en volver a tener ideas de casarme ni nada similar, pero sé cuánto deseaba ese tonto que le pidiera matrimonio. Maya me dijo miles de veces que se lo pidiera, que el anhelaba casarse y por eso, después de tantos años junto
31. El amor no es para todos.-Bebé, ¿por qué aterrizamos acá? –Preguntó Dylan adormilado y me asomé a ver qué sucedía. Caminé por el pasillo y le pregunté a la azafata que porqué habíamos aterrizado acá, otros pasajeros también se veían extrañados. Se suponía que el vuelo solo haría una escala y eso fue en Madrid, de ahí debíamos venir directamente a nuestra ciudad, no a la capital.-Disculpe señor, hay una fuerte tormenta en el caribe, por lo que los vuelos tendrán que retrasarse unas horas, lamentamos las molestias.-Pero acá no está lloviendo.-Acaba de detenerse, ha estado inestable el clima. –Ella me miró extraño un momento. -¿Me permite su identificación?-Sí. –Le di mi tarjeta de conducción y ella le secreteó algo a una de sus compañeras, eso se me hizo muy extraño, pero lamentablemente, decidí ignorarlo. Hace muchos años vivía tranquilo, sin nada que esconder y pensé que siempre viviría así. No debí bajar la guardia, no debí confiarme tanto. Nadie nunca sale bien librado de s
32. Catástasis.Estaba sentado en la estación sentado esperando a que me llamaran junto a otros detenidos más, llevaba cinco horas esperando, ya eran cerca de las dos de la tarde. No había ni girado a ver a los otros detenidos y de hecho, ni había levantado la cabeza desde que llegué. Había olvidado como respirar, me costaba, sentía que algo me oprimía el pecho y me tocaba tomar grandes bocanadas de aire para no romper en llanto. Jodí todo entre Dylan y yo, todo lo que teníamos. Estaba seguro que apenas hablara con Kit y maya, y se enterara de todo, me iba a abandonar. Yo no fui sincero, le oculté cosas muy graves por muchos años cuando él fue completamente transparente y honesto, cuando él se esforzó tanto en hacerme feliz, en hacer feliz a una persona desconocida, porque él no llegó a conocerme en verdad, estoy seguro que jamás se habría fijado en alguien como yo si se hubiese enterado de a qué me dedicaba, de que me valía de mi rostro para engañar a las personas y que le mentí mile
33. Nueva vida.-Llevas dos horas bajo el agua, sal ya maricón.-Vete al diablo. –Me quejé y el imbécil de Francis me empujó en broma. Él es un tipo de mi edad, al cual conocía de afuera, él nos hacía “favores” a Kit y a mí cuando necesitábamos retrasar a alguien, sea destrozando su auto o solo con un daño parcial. Él es moreno, grande y ancho, y anda con tipos como él, son bastante temidos aquí por lo que he podido aprender. Hay un status social aquí y es en el rango de quienes son temidos, no de gente adinerada ni nada como eso.Hay muchas pandillas y gente de baja calaña, tipos que están presos por cosas como asaltos a mano armada, tráfico de drogas e incluso, gente acusada de asesinato, como Francis que se le acusa del asesinato de su cuñado. Él dice que bebían en una esquina cuando un asaltante atacó a su cuñado, pero no sé si creerle, reconozco cuando la gente miente. Gente como él es muy respetada aquí, porque andan armados y literalmente, deciden en todo. Son ellos quienes tie