El resto del día transcurrió con normalidad, luego de terminar las clases Ivanne me llevó a mi trabajo, como era costumbre que lo hiciera, y ella fue a su casa después.
Yo trabajaba en una tienda de celulares, era bastante tranquilo, no hacía mucho, la mayor parte del tiempo solo era responder preguntas a los clientes de sus teléfonos. Fue un día exactamente como cualquier otro.
-Buenas tardes.- Dijo un señor algo mayor mientras se acercaba a dónde yo me encontraba.
-Buenas tardes ¿En que puedo ayudarlo?- Respondí de manera amable.
-Mi hijo me compró este teléfono hace poco, pero no tengo idea de cómo hacer para llamarlo. ¿Podría ayudarme?
-Por supuesto, usted se mete en “Contactos” y luego solo tiene que buscar el nombre de su hijo, si quiere puedo hacerle un acceso directo en la pantalla principal para que se le haga más fácil.
-Oh, eso sería maravilloso, gracias joven.- Dijo el mientras me entregaba su teléfono, yo hice lo que prometí, y luego extendí mi mano para entregarle nuevamente su teléfono, pero al alzar la mirada, no había nadie. -¿Pero qué…
Todo a mí alrededor comenzó a tornarse en una oscuridad absoluta, se sentía como si estuviese flotando en un mar de sombras. Nuevamente un escalofrío recorrió toda mi espina dorsal mientras veía como se formaba una pequeña nube de humo cada vez que exhalaba, sentía un ambiente incluso más pesado que antes, me costaba respirar y sentía un gran peso en mis hombros, como si algo o alguien estuviera ejerciendo presión sobre ellos.
-¿De nuevo? ¿Qué está pasando?- Me pregunté a mi mismo con preocupación, lo que me estaba pasando no era para nada normal, y no me había pasado nunca antes.
Intenté regular mi respiración, y comencé a repetirme una y otra vez, que todo estaba bien. Cerré los ojos con fuerza esperando que cuando volviera a abrirlos todo volviera a la normalidad, pero una vez que los abrí, no fue así. Mi pánico aumentaba cada vez más, y no tenía idea de qué es lo que debería hacer para que todo volviera a la normalidad, sentí como todas mis extremidades eran jaladas con fuerza, lo cual me provocó un dolor agudo en el cuerpo, comencé a gritar por el dolor que estaba sintiendo ¿Qué coño estaba pasando?
-¿Estás bien?- Preguntó él señor que estaba junto a mi.
Al abrir los ojos, me di cuenta de que estaba en el suelo abrazando mis rodillas, con la cabeza hundida entre mis piernas, no tenía idea de cómo había llegado al suelo, o por qué había adoptado esa posición. -¿Qué? ¿Qué pasó? ¿Cómo llegué aquí?- Pregunté bastante confundido con lo que acababa de pasar.
-No lo se jovencito, estábamos hablando y de repente se lanzó al suelo y comenzó a hablar con fuerza. Me asustó un poco ¿Está bien?- Me preguntó el mientras extendía su mano hacia mi con la intención de ayudarme.
Mire a mi alrededor y me di cuenta de que muchas personas estaban observando hacia donde me encontraba, al parecer había armado una escena sin haberme dado cuenta. Tomé la mano del señor y me levanté del suelo, luego le devolví su teléfono, y ya que realmente no era un problema, le dije que podía irse sin pagar. Mi jefe me llamó y tuve que hablar con el en su oficina, me dijo que no iba a despedirme, pero que tenía que procurar que ese tipo de cosas no se volvieran a repetir. Le dije que no volvería a pasar, pero realmente no está a muy seguro de ser capaz de controlarlo, igual no quería perder mi trabajo, así que mentir me pareció la mejor opción.
Llega a casa más cansado de lo normal, me tiré directamente a la cama sin siquiera cenar o quitarme el uniforme, no tenía idea de por qué me sentía tan cansado. No me di cuenta cuando caí dormido.
Me despertó el sonido de la puerta de mi casa siendo golpeada repetidas veces, abrí los ojos lentamente, ya que no quería tener que, pero no me quedaba de otra, así que me levanté de la cama, con la misma fatiga que tenía antes de acostarme, y camine pesadamente hacia la puerta. Por el bien de la persona que estaba detrás de la puerta, es mejor que fuera algo de vida o muerte. Abrí la puerta, y resultó ser Ivanne quien estaba tocando de manera tan desesperada.
-¡Por fin abres! ¡Ya estaba estresada de estar esperando!- Dijo ella haciéndome a un lado y pasando.
-Ivanne, son las 10:00pm ¿Serías tan amable de explicarme que haces en mi casa a tales horas de la noche?- Pregunté con un tono de fastidio, amaba a Ivanne, pero a veces podía ser un poco difícil tratar con ella.
-Lo siento cariño, pero en verdad tenía que venir a hablar contigo.- Dije ella mientras se sentaba en el mueble de mi sala de estar y daba una palmaditas en el cojín a su lado para indicarme que me sentará junto a ella.
-Claro, voy.- Me senté a su lado, y me quedé observándola detalladamente.
-La que te tengo que decir es algo muy importante ¿Ok?- Dijo ella mientras tomaba mis manos.
-Ok.- Respondí mientras miraba sus ojos color esmeralda.
-¿Prometes que no te enojaras después de que te lo diga?
-No puedo prometer eso sin antes saber…
-¡Responde!- Exclamó ella interrumpiéndome.
-¡Si! Ok, lo prometo. Que carácter…
-Muy bien, lo que sucede es… Que estaba muy aburrida en mi casa, y realmente necesitaba salir de ahí, lo siento.- Dijo ella mientras me miraba con ojos de cachorrito regañado.
-¡No puede ser Ivanne!- Dije indignado, de verdad me había hecho pensar que era algo importante.
-¡Prometiste que no te enojarías!
-Ahg.- Solté de manera que entendiera que no podía creer que me hubiera despertado para eso. Luego suspiré. -Déjame adivinar ¿Otro problema con tus padres?
Ella volteó la mirada hacia un punto cualquiera en mi sala. -Sabes cómo son las cosas entre ellos y yo… Vaya que pueden ser un verdadero dolor en el culo.
No pude evitar soltar una pequeña risa. -Es lo que he oído.- Ella comenzó a reír junto a mí.
-Entonces… ¿Te interesa hacer una pijamada?- Preguntó ella con emoción.
-Solo si me prometes que vamos a dormir. Estoy muy cansado Ivanne, necesito reponer fuerzas.- Le supliqué a mi amiga.
-¡Aburrido!- Respondió ella mientras se levantaba e iba a mi cocina, luego abría la nevera y se servía un vaso de jugo.
-Ivanne… De hecho, hay algo de lo que me gustaría hablar contigo.- Dije subiendo las piernas en el mueble.
-¿Y que podrá ser eso de lo que te gustaría hablar conmigo?- Preguntó ella de vuelta mientas volvía y se sentaba nuevamente a mi lado.
-Hoy me pasó algo muy raro… En realidad, me pasó dos veces. La primera vez, fue cuando estábamos en la universidad y fuiste al baño, estaba completamente solo y pensé que solo estaba teniendo un pequeño ataque de pánico. Pero la segunda vez, fue en mi trabajo, e hice toda una escena.- Comencé a explicarle mientras ella me escuchaba con atención.
-¿Ataque de pánico? Eso no suena nada bien Adrian ¿Qué fue lo que sentiste?
-Ambas veces fue casi igual, sentí que me faltaba la respiración, un aire pesado, y un escalofrío. La segunda vez fue peor, porque sentí que todo a mí alrededor estaba oscuro, cuando no era así, y que estaban jalándome desde todas las direcciones.
-Eso suena mal… ¿Has pensado en ir con tu terapeuta? Quizá el pueda ayudarte.
-Quizá si… Iré en mi día libre. No puedo permitir que esas cosas sigan pasando, le prometí que algo así no volvería a pasar, pero realmente no estoy seguro de poder controlar cuando pasa. Y no quiero que me despidan.
-¿Tu jefe te dijo que te despediría si volvías a tener un ataque de pánico? ¡Eso es muy cruel! ¿¡Qué culpa puedes tener tú de eso!? Tu dime cuándo e iré a partirle la boca.-Reí ante su comentario, ella siempre velaba por mi seguridad, era muy lindo, pero último que quería era que terminaran despidiéndome por su culpa.
-Tranquila, eso no será necesario, pero agradezco la oferta. Por ahora, solo esperaré a que sea mi día libre para ir a ver mi viejo terapeuta.
-Entendido vaquero, pero si necesitas algo más. Solo avísame.- Dijo ella guiñándome un ojo.
-Creo que es hora de ir a dormir.- Dije mientras me levantaba del mueble y caminaba hacia mi cuarto, ella empezó a caminar detrás de mí.
Me acosté en un extremo de la cama, y ella hizo lo mismo en el otro extremo, no se lo dije, pero luego de todo lo que me había pasado ese día, estaba realmente feliz de que ella estuviese ahí conmigo. Pude dormir tranquilo.
Luego de esa noche los días transcurrieron con mucha normalidad, misma rutina de siempre, me levantaba, me alistaba, esperaba el autobús junto a Justin, con quién siempre aprovechaba para hablar sobre cualquier cosa un rato, iba a la universidad, regresaba al trabajo, y de vuelta a casa. Hasta que por fin llegó mi día libre, fue un viernes, y había llamado a mi terapeuta con anticipación para agendar un cita. Yo acababa de terminar mi última clase en la universidad, y estaba listo para dirigirme al consultorio.
-¿A dónde vas?- Me preguntón Justin, quién se apareció a mi lado repentinamente.
-Yo…- Realmente no sabía que contestar, me parecía bastante vergonzoso tener que decir que iba a ir con mi terapeuta, iba a pensar que estaba loco.
-No es por ser metiche, pero me pareció curioso que hoy no te fueras con Ivanne. No tiene que responderme si no quieres, lo entiendo perfectamente.- Dijo el muy rápidamente, a lo que yo sonreí.
-No te preocupes, voy a una cita con mi terapeuta. Su consultorio queda cerca de aquí, así que puedo ir perfectamente a pie, por eso no me fui hoy con Ivanne.
-Oh, claro… ¿Puedo acompañarte?- Preguntó él de manera muy tierna, y no pude evitar sonrojarme, así que aparte la mirada rápidamente.
-Claro, no hay ningún problema.- Respondí como pude, y luego esperé a que el sonrojo se fuera para volver a mirarlo a la cara.
-Genial. Después de usted caballero.- Dijo el sonriendo.
-Solo dices eso porque soy yo el que sabe a dónde vamos a ir.
-Tiene toda la razón caballero.- Dijo el, a lo que ambos reímos.
-Veo que te has adaptado muy bien a la ciudad. Me alegro por ti.
-Gracias, también me alegro, jamás pensé que podría encajar tan bien aquí.- Me tomó por sorpresa su comentario, no lo esperaba.
-¿Por qué no? Pareces del tipo de persona que le va bien en cualquier lugar.
-Creo que eso es un estereotipo Adrian. Siempre da miedo venir a una nueva ciudad, ser el chico nuevo, no conocer ningún lugar, ni tener a nadie con quien confiar. Es atemorizante.
-Supongo que tienes razón…- Creo que lo que más me pareció curioso de lo que dijo, es que yo nunca fui el chico nuevo, pero durante toda mi vida me he sentido constantemente de esa manera. Quizá había algo malo en mí. -¿Puedo saber por qué se mudaron?
-Solo si me dices por qué estás yendo con un terapeuta.- Respondió el como si de un trueque se tratase.
-Creo que eso es algo grosero.
-Claro que no, es solo una pregunta. Entiendo completamente que a veces uno enfrenta situaciones que lo superan, y necesita ayuda profesional. Solo tengo curiosidad de saber que te pasó a ti, no es por nada malo.
-Muy bien, pero dilo tú primero.
-Mi mamá consiguió una oferta de trabajo aquí, así que tomamos nuestras maletas y dejamos nuestro hogar para venir a esta linda ciudad. No es la gran cosa, algo bastante común diría yo.- Respondió el mientras sonreía.
-Si, nada fuera de lo común.- Dije yo como burla. -Voy al terapeuta porque he estado teniendo unos pequeños ataques de pánico últimamente, y me gustaría saber de qué se trata.
-¿Estás bien? Oh por Dios, ignora lo que acabo de preguntar, fue algo estúpido.- Dijo el mientras apartaba la vista.
-Tranquilo, si estoy bien, solo necesito un poco de ayuda. Gracias por preocuparte.- Dije mientas me detenía. -Aquí es donde nuestros caminos se separan Justin, ya llegamos.- Apunté hacia arriba para indicarle que estábamos en el consultorio al que me dirigía.
-Oh, entiendo ¿No te molesta si te espero aquí afuera?- Preguntó él.
-¿Con el frío que hace? ¿Por qué harías eso?- Pregunté extrañado.
-No quiero volver a casa solo
-Regresas a tu casa solo todos los días.
-Si, pero hoy estoy contigo.- No parecía que iba a darse por vencido.
-Esta bien, pero no esperes aquí afuera, hay una sala de espera adentro, pasemos.- Dije mientras abría la puerta.
Una vez ambos estuvimos dentro, hable con la recepcionista para indicarle que estaba allí para la cita que había pedido con antelación, ella amablemente me indicó que pasará al consultorio donde mi terapeuta estaba esperándome. Cuando entré, el me indicó que tomara un asiento que estaba frente a el, yo le hice caso y me senté, el sacó una pequeña libreta y un bolígrafo.
-Muy bien Adrian, hace un tiempo que no te veía. Cuéntame ¿Qué es lo que sucede?
Le expliqué todo lo que me había pasado recientemente y con lujo de detalle a mi terapeuta, en este tipo de cosas era importante no saltarse nada, hasta lo más mínimo puede ser un gran indicio, lo había aprendido a lo largo de los años. Una vez que terminé de explicarle todo, cómo me había sentido, y que había pasado, solo espere a que el terminará de anotar unas cosas en su libreta para que comenzará a hacer sus preguntas. -¿Y esto pasó recientemente?- Preguntó él. -Si, hace unos días. El lunes de hecho. -Antes de eso ¿Hace cuánto que no tenías un ataque de pánico? -Déjeme ver si recuerdo… Creo que la última vez fue a los 17, hace 2 años. -Ya veo ¿Y no tiene idea de cuál pudo haber sido el detonante? -No, cómo le dije antes, ambas veces fue en lugares con ambientes completamente distintos, y honestamente no había nada que pudiera alterar mis nerv
No tengo idea de cuánto tiempo pasó antes de que despertara, lo que si sé, es que Justin estaba al lado mío, sentado, observándome atentamente. Una vez que abrí los ojos el pareció asustarse un poco, pero fue apenas un segundo, luego actuó de lo más normal que pudo, para acercarse un poco a mi y preguntar.-¿Estás bien?- A pesar de notar que estaba genuinamente preocupado por mi, también noté que procuró no tocarme.-Creo que sí…- Dije mientras lentamente me levantaba del suelo. -¿Qué fue lo que pasó?-Esperaba que tú pudieras responderme eso.- Dijo el mientras comenzaba a jugar con ambas manos.Los recuerdos comenzaron a llegar de golpe, cómo mi mano había atravesado la taza de café, como la charola había pasado a través de mis
Sentía como las sombras empezaban a llenar mis pulmones, era como si estuvieran siendo llenados con agua, y era una sensación extremamente dolorosa, intentaba soltarme con todas mis fuerzas, pero nada parecía ser suficiente para deshacerme de su agarre. Quizá no podía ver su rostro, pero podía sentir su mirada sobre mí, así como también podía sentir que estaba disfrutando de este momento, que estaba sonriendo detrás de esa estúpida máscara. Pensé que ese era mi fin, que alguien en algún momento me encontraría muerto en la sala de mi casa, sin poder explicar que era lo que me había pasado, quizá la gente pensaría que fue un suicidio, o quizás alguna condición médica, ya podía ver cómo la vida iba a continuar sin mi. Pero justo en ese momento pude escuchar como alguien tocó la puerta, y cuando eso pasó, pude sentir como era liberado y mis pulmones se llenaban con aire nuevamente, di varias arcadas y tosí fuertemente antes de poder dar las primeras bocanada de ai
-Justin…- Dije antes de darle la oportunidad de decir otra palabra. -¿Cómo estás?-Bien, todo normal… ¿Cómo has estado tú? ¿Qué tal te has estado sintiendo?- Preguntó él, supongo que después de lo que pasó era normal que sintiera la necesidad de saber cómo estaba.-Estoy bien, gracias por preguntar.- No sabía muy bien como hablar con él, había sido muy amable conmigo, si, pero yo apenas lo conocía, y había sido testigo de cosas de las que ni siquiera yo entendía a esas alturas.-Adrian… Entiendo que puedas sentirte un poco incómodo hablando conmigo después de lo que sucedió en tu casa, pero te aseguro que no tiene por qué ser así.- Dijo el mientras se acercaba un poco a mí.-Gracias, en verdad aprecio mucho
-¿Enemigos? ¿Yo? Disculpe oficial, pero creo que no entiendo lo que me trata de decir.- Dije claramente confundido. Quiero decir, yo no hablaba con nadie, me parecía estúpido que si quiera estuviera preguntándolo. -Escuche, sé que puede ser algo difícil de digerir Sr. Campbell, pero… -Por favor, llámeme Adrian, odio que me llamen por mi apellido.- Dije interrumpiéndolo. -Muy bien Adrian, cómo seguía diciendo, puede ser un poco difícil de digerir, pero creemos que alguien quiere hacerle daño, y si nos pudiera proporcionar cualquier tipo de información que considere útil para atrapar la persona que cometió el homicidio, nos sería de mucha ayuda… Y sería de mucha ayuda para usted también considerando que puede que sea su siguiente objetivo.- El oficial no parecía ser precisamente una mala persona, pero no podía confiar en ellos, probablemente pensaría que estoy loco si les cuento lo que realmente sé.
-¿Salir contigo?- Estaba intentando parecer lo más tranquilo que se me hiciera posible por fuera, pero por dentro estaba muy impresionado por la propuesta. -Si, ya sabes… Cómo… Cómo una cita.- El apartó la vista rápidamente antes de decir las últimas palabras, las cuales fueron pronunciadas con una voz realmente baja. No podía creerlo ¿En serio estaba sucediendo? ¿O ya me había vuelto loco? Fuese como fuese, no podía dejar ir esa oportunidad. Verán… Las cosas con Justin al principio fueron un poco extrañas, el fue muy atento conmigo desde que nos conocimos, y yo siempre había sentido está extraña sensación de nervios cuando estaba con él, mientras los días pasaban y más lo iba conociendo, me empecé a dar cuenta de que el me gustaba, y eso me ponía aún más nervioso, no soy un experto con todo el tema de las parejas, así que eso me había estar aún más nervioso cuando el estaba cerca. A pesar de todo, siempre intenté poner nuestra amistad p
-No entiendo que clase de problema tienes conmigo. Pero no hay necesidad de involucrar a nadie más en esto ¿Ok?- En lo único que podía pensar en ese momento, era en las caras de desesperación que tenían las personas que aún estaban dentro de los autos que ahora se encontraban suspendidos en el aire. -Por favor, esas personas no han hecho nada malo, ellas no merecen… Érebo no me dejó terminar, lanzó uno de los autos directamente hacia mí, a penas me dio tiempo suficiente para hacerme intangible y hacer que el auto pasará a través de mi sin hacerme daño, pero que me hiciera daño a mi no era el problema, el señor que estaba dentro del auto había recibido el impacto de lleno, no tenía idea de si aún seguía con vida, o había muerto aplastado. -Parece que alguien es más consciente de los dones que se le fueron otorgados.- Dijo Érebo, no podía ver su cara, pero por alguna razón sonaba gratamente sorprendido. -Si Adrian, tengo muchos problemas c
Lo único bueno de mis encuentros con Érebo, era que normalmente, dejaba de molestarme por un tiempo, lo cual me daba el espacio necesario para concentrarme en cosas más importantes… Al menos más importantes para mí, hacia 1 mes y medio que no mostraba su cara por aquí. Mi rutina se hizo aún más pesada que antes, la universidad consumía mis mañanas, en la tarde trabajaba, y en la noche cuando salía del trabajo, me dirigía directamente a casa de Justin a entrenar, mi día libre del trabajo iba desde temprano a casa de Justin para esforzarme más en el entrenamiento. Ya que el no solo me ayudaba con mi condición física, sino que también me comenzó a enseñar técnicas de boxeo para defensa personal, lo cual me era de mucha ayuda. Y no se preocupen, por supuesto que todavía tenía tiempo para Ivanne. Aparte de que nos veíamos todos los días en la universidad, ella eventualmente se quedaba a dormir en mi casa, lo cual no era nada extraño viniendo