No tengo idea de cuánto tiempo pasó antes de que despertara, lo que si sé, es que Justin estaba al lado mío, sentado, observándome atentamente. Una vez que abrí los ojos el pareció asustarse un poco, pero fue apenas un segundo, luego actuó de lo más normal que pudo, para acercarse un poco a mi y preguntar.
-¿Estás bien?- A pesar de notar que estaba genuinamente preocupado por mi, también noté que procuró no tocarme.
-Creo que sí…- Dije mientras lentamente me levantaba del suelo. -¿Qué fue lo que pasó?
-Esperaba que tú pudieras responderme eso.- Dijo el mientras comenzaba a jugar con ambas manos.
Los recuerdos comenzaron a llegar de golpe, cómo mi mano había atravesado la taza de café, como la charola había pasado a través de mis dedos… Cómo las manos de Justin habían atravesado mi cuerpo cuando intentó tocarme. Al pensar en ello, rápidamente tapé mi boca con mi mano, no podía explicarme, ni yo mismo sabía que es lo que había pasa conmigo, pero noté que al tocar mi boca, estaba sintiendo mi piel, quizá eso era un buen indicio.
Levanté la mirada e intenté acercar la mano a Justin, el instintivamente se echó hacia atrás. Entendía que de seguro estaba sintiendo miedo de mi, yo también sentiría miedo de mi considerando lo que acababa de pasar, pero eso no significaba que no me hubiese sentido mal al ver qué el se alejaba ante mi toque.
-Lo siento, no era mi intención asustarte, solo quiero asegurarme de algo ¿Puedo?: Pregunté de la manera más amable posible para intentar expresarle que yo no era ninguna amenaza. Podía notar como el aún dudaba, pero también notaba que estaba haciendo su esfuerzo para entenderme.
-Claro.- Fue lo único que dijo él antes de acercar su mano a la mía.
Me puse nervioso, y no porqué fuera a tomar su mano, sino porque tenía miedo de fuera incapaz de tocarlo. A medida que nuestras manos se acercaban, yo empecé a respirar lenta y profundamente, me concentré en mi respiración, e intenté no perder el control, decidí cerrar los ojos por el miedo que me causaba pensar que no podría ser capaz de tocar algún objeto sólido otra vez en mi vida, pero seguí acercando mi mano hasta que ya no pude hacerlo más. Pude sentir el calor que me proporcionaba la mano de Justin, y pude sentir como mi corazón comenzaba a latir nuevamente, abrí mis ojos y pude ver qué el también estaba sorprendido.
-Lo siento.- Dije mientras apartaba rápidamente mi mano de la suya. -No tengo idea de lo que está pasando, quizá lo mejor sería que volvieras a tu casa…
-Si, quizá sea lo mejor. Puede que una ambulancia llegué dentro de unos minutos, así que me quedaré contigo hasta que eso pase, luego me iré.- Dijo Justin mientras se levantaba del suelo y se cruzaba de brazos.
Así que si llamó a una ambulancia… -Gracias.- Realmente no quería quedarme solo. Me levanté del suelo y me senté en el sofá, el se quedó de pie al lado del mismo.
No hablamos, solo se quedó allí mientras yo miraba al techo. No sabía que pensar al respecto ¿Cómo era posible? ¿Qué había pasado? ¿Por qué había pasado? ¿Tendría que ver con los recientes ataques de pánico que había tenido? Muchas preguntas llegaban a mi cabeza, pero ninguna tenía respuesta. Intenté pensar en otra cosa, pero eso era muy difícil, mi cabeza solo repetía una y otra vez lo que había pasado hace unos minutos, es como si intentará torturarme. Ojala pudiera conseguir alguna respuesta…
Escuché la ambulancia acercándose y rápidamente Justin salió para explicar lo que había pasado. Realmente no sabía que tenía planeado decirles, porque decir la verdad definitivamente no era una opción, los vi hablar un rato, y no sé qué fue lo que les dijo al final, pero pareció ser lo suficientemente satisfactorio como para que se fuera sin hacer más preguntas, luego Justin entró nuevamente a mi casa.
-Muy bien, no tienes que preocuparte por nada. Les expliqué que fue todo un mal entendido y que ambos estábamos bien, pero quería venir a asegurarme contigo ¿Seguro que no quieres ir al hospital? No tengo problemas en llevarte, o llamar otra vez a la ambulancia.- Preguntó Justin mientras se quedaba parado en el marco de la puerta.
¿Cómo era posible que luego de todo lo que pasó, siguiera siendo tan amable conmigo? Algo estaba mal con este chico, definitivamente. -No creo que ellos puedan hacer algo respecto a lo que me pasó, cómo entenderás no es algo muy común.- Dije apartando mi vista nuevamente.
-Muy bien, era solo para asegurarme. Ya me voy.- El se volteó y estuvo a punto de salir de la casa, pero se quedó un rato parado en el marco de la puerta, hasta que decidió volver a entrar y acercarse a mí. -¿Me prestas tu teléfono?
Me pareció una pregunta curiosa, supuse que sería para llamar a su madre o algo por estilo, así que solo se lo di sin más. El no tardó más que un par de minutos con él, y luego me lo devolvió, quedé impresionado, porque pensé que iba a usarlo para llamar, pero quizá decidió solo enviar un mensaje.
-Acabo de agendar mi número en tu teléfono. Por favor, llámame si necesitas algo.- Dijo él para luego darse la vuelta y salir de mi casa cerrando la puerta tras de él, no me dio tiempo de refutar ni siquiera.
-Gracias…- Le dije al viento. Y una vez más me quedé solo.
Pensé en llamar a Ivanne para que me acompañara, porque en ese momento odiaba la idea de quedarme todo el día solo en casa, pero tenía miedo de que si traía a alguien más, quizá podría repetirse nuevamente lo que había pasado… Repetirse nuevamente… Pero ¿Qué es lo que había pasado? Levanté mis manos al aire y comencé a verlas con atención, tan pálida como siempre… O al menos, cómo siempre después del accidente, pero eso no era importante, mientras las veía, llegó un punto en el que pensé que quizá podía ver mis huesos, pero me pareció ridícula la idea.
Sacudí mi cabeza fuertemente y me levanté del mueble, tristemente no había nadie más en la casa que pudiera recoger el desastre que había hecho, así que me propuse a limpiarlo, tomé la charola, la cucharilla, y el pequeño envase en el que había puesto el azúcar, del suelo, lo hice muy lentamente para asegurarme que no fuera a tumbarlo otra vez. Luego de llevarlo a la cocina y volver a la sala, me arrodillé en donde estaban todas las piezas rotas que alguna vez fuero mis tazas, y comencé a tomar los pedazos más grandes para ponerlos en mis manos.
Por alguna razón comencé a cuestionarme si todo lo que estaba pasando era real. Quizá todo era solo un sueño, y estaba esperando a despertar, tomé uno de los trozos más grandes de cerámica rota, y lo acerque lentamente a mi mano, para luego clavarlo y cerciorarme que seguía en la realidad, un poco de sangre comenzó a brotar de la palma de mi mano, así que sí, está a despierto, toda esta locura, era la realidad. Terminé de recoger los trozos más grandes y luego los tiré en la b****a, busqué el cepillo y me aseguré de barrer bien para que no fuese a quedar ningún pedacito de cerámica en el suelo, después busqué un trapo húmedo para limpiar el café que se había derramado en el suelo.
Cuando terminé me tiré nuevamente en el sillón de la sala, había sido un largo día, creo que me merecía un descanso, pero creo que mi mente no pensaba lo mismo que yo. Un escalofrío me recorrió la espalda nuevamente, y mi visión comenzó a tornarse completamente oscura. -M****a.- Fue lo primero que pensé al ver lo que estaba pasando, no estaba de humar para tener que pasar por eso. – ¿Tienes que hacer esto ahora! ¿En serio?- Dije en voz alta hacia la nada.
-Si no lo hacía ahora ¿En qué otro momento podría hacerlo?- Mi corazón comenzó a latir aún más rápido que antes ¿La nada me había respondido?
Comencé a temblar y miré a todos lados, aunque realmente no podía ver nada, todo se veía completamente negro a mi alrededor, lo cual solo lograba que mi miedo aumentará cada vez más. -¿Quién dijo eso?- Pregunté con mi voz temblorosa.
-Eso es muy irrelevante. Una mejor pregunta sería ¿Qué eres tú?- Al momento de formular esa pregunta, un cuerpo comenzó a formarse entre la oscuridad, de una nube de humo negra, podía ver cómo una figura masculina se acercaba hacia mi, era alto, estaba completamente vestido de negro, y tenía una máscara que cubría toda su cara, en su mayor parte era blanca, pero alrededor de los ojos tenía un decorado de color rojos con líneas doradas, y el resto de su cabeza estaba oculta por una capucha.
-¡Aléjate de mí! ¿¡Que haces en mi casa!?- Grité mientas me echaba rápidamente hacia atrás, el miedo creía rápidamente dentro de mi y no sabía que hacer, o si algo de lo que estaba pasando era real, observé mi mano y vi que seguía sangrando… Tenía que ser real.
-¿Por qué me tienes tanto miedo? Estoy aquí porque tú me invitaste.- Dijo la figura macabra, haciendo que yo me detuviera un segundo y quedará en blanco.
-¿Yo te invité? Estoy seguro de que recordaría haber hecho algo así.
-Es obvio que no entiendes muy bien como funcionan estás cosas. Yo soy Érebo, el Dios de las sombras y de la oscuridad, y me parece haber escuchado que querías unas cuantas respuestas ¿No es así?
-Yo… Si dije que quería respuestas, pero no me esperaba esto. Y tampoco las estaba pidiendo literalmente…
-Un poco tarde, hay cosas que yo también quiero saber.
-¿Qué cosas quieres saber? ¿No eres un Dios? ¿No deberías saberlo todo?
-La información es un tesoro, no un privilegio. No lo sé todo, solo sé lo que tú necesitas saber, no te preocupes por el resto.
-Muy bien, cuéntame ¿Qué es lo que está pasándome?- Pregunté aún dubitativo de lo que ese supuesto “Dios” decía.
-¿Recuerdas el accidente en el que perdiste a tus padres? Creo que fuiste la única persona que terminó viva luego de haber sido bañado en desechos tóxicos ¿Nunca pensaste que debía haber alguna razón?- Cuestionó el, lo cual me hizo pensar.
-Si, más de una vez, pero si lo que me tratas de decir es que ese accidente es lo que causó lo que me está pasando ahora, suena un poco ilógico ¿Por qué tantos años después?- Pregunté, quizá si había una respuesta.
-Es exactamente lo que trato de decir. Y si hay un motivo por el cual este ocurriendo ahora, pero es algo que no voy a revelarte tan pronto.- Dijo él, lo cual me dejó aún más extrañado que antes.
-¿Por qué no? ¿No dijiste que ibas a darme respuestas?
-Si lo dije, y también te di una respuesta. Pero la verdadera razón por la que estoy aquí, no es esa.
-No creo estar entendiendo nada de lo que está pasando ¿Qué estás haciendo aquí entonces?
-Estoy aquí… Porque quiero hacerte sufrir Adrian.- Al decir esas palabras, las sombras a mi alrededor comenzaron a lanzarse sobre mi como si de brazos se tratase, y la oscuridad comenzó a sentirse como un mar de agua negra.
Comenzaba a subir rápidamente desde mis tobillos hasta mi cadera, luego cubrió todo mi torso, hasta que llegó a mi cuello, dónde se detuvo un momento. Ya para ese momento yo me encontraba gritando desesperadamente. -¡Ayuda! ¡Alguien! ¡Por favor!- Ni siquiera podía articula una oración completa, me costaba concentrarme, y sentía que las sombras que me sujetaban cada vez apretaban más su agarre, haciéndome daño.
-No tienes idea de cuánto tiempo estuve esperando a que esto pasara. Y hoy por fin… Te tengo entre mis manos.- Dijo la figura mientras se acercaba a mí y me tomaba la cabeza. De sus manos comenzaron a salir aún más sombras que se metieron en mi boca, impidiéndome así la respiración, estaba asustado, exaltado, en pánico, y sin aliento. Sentía que iba a morir.
Sentía como las sombras empezaban a llenar mis pulmones, era como si estuvieran siendo llenados con agua, y era una sensación extremamente dolorosa, intentaba soltarme con todas mis fuerzas, pero nada parecía ser suficiente para deshacerme de su agarre. Quizá no podía ver su rostro, pero podía sentir su mirada sobre mí, así como también podía sentir que estaba disfrutando de este momento, que estaba sonriendo detrás de esa estúpida máscara. Pensé que ese era mi fin, que alguien en algún momento me encontraría muerto en la sala de mi casa, sin poder explicar que era lo que me había pasado, quizá la gente pensaría que fue un suicidio, o quizás alguna condición médica, ya podía ver cómo la vida iba a continuar sin mi. Pero justo en ese momento pude escuchar como alguien tocó la puerta, y cuando eso pasó, pude sentir como era liberado y mis pulmones se llenaban con aire nuevamente, di varias arcadas y tosí fuertemente antes de poder dar las primeras bocanada de ai
-Justin…- Dije antes de darle la oportunidad de decir otra palabra. -¿Cómo estás?-Bien, todo normal… ¿Cómo has estado tú? ¿Qué tal te has estado sintiendo?- Preguntó él, supongo que después de lo que pasó era normal que sintiera la necesidad de saber cómo estaba.-Estoy bien, gracias por preguntar.- No sabía muy bien como hablar con él, había sido muy amable conmigo, si, pero yo apenas lo conocía, y había sido testigo de cosas de las que ni siquiera yo entendía a esas alturas.-Adrian… Entiendo que puedas sentirte un poco incómodo hablando conmigo después de lo que sucedió en tu casa, pero te aseguro que no tiene por qué ser así.- Dijo el mientras se acercaba un poco a mí.-Gracias, en verdad aprecio mucho
-¿Enemigos? ¿Yo? Disculpe oficial, pero creo que no entiendo lo que me trata de decir.- Dije claramente confundido. Quiero decir, yo no hablaba con nadie, me parecía estúpido que si quiera estuviera preguntándolo. -Escuche, sé que puede ser algo difícil de digerir Sr. Campbell, pero… -Por favor, llámeme Adrian, odio que me llamen por mi apellido.- Dije interrumpiéndolo. -Muy bien Adrian, cómo seguía diciendo, puede ser un poco difícil de digerir, pero creemos que alguien quiere hacerle daño, y si nos pudiera proporcionar cualquier tipo de información que considere útil para atrapar la persona que cometió el homicidio, nos sería de mucha ayuda… Y sería de mucha ayuda para usted también considerando que puede que sea su siguiente objetivo.- El oficial no parecía ser precisamente una mala persona, pero no podía confiar en ellos, probablemente pensaría que estoy loco si les cuento lo que realmente sé.
-¿Salir contigo?- Estaba intentando parecer lo más tranquilo que se me hiciera posible por fuera, pero por dentro estaba muy impresionado por la propuesta. -Si, ya sabes… Cómo… Cómo una cita.- El apartó la vista rápidamente antes de decir las últimas palabras, las cuales fueron pronunciadas con una voz realmente baja. No podía creerlo ¿En serio estaba sucediendo? ¿O ya me había vuelto loco? Fuese como fuese, no podía dejar ir esa oportunidad. Verán… Las cosas con Justin al principio fueron un poco extrañas, el fue muy atento conmigo desde que nos conocimos, y yo siempre había sentido está extraña sensación de nervios cuando estaba con él, mientras los días pasaban y más lo iba conociendo, me empecé a dar cuenta de que el me gustaba, y eso me ponía aún más nervioso, no soy un experto con todo el tema de las parejas, así que eso me había estar aún más nervioso cuando el estaba cerca. A pesar de todo, siempre intenté poner nuestra amistad p
-No entiendo que clase de problema tienes conmigo. Pero no hay necesidad de involucrar a nadie más en esto ¿Ok?- En lo único que podía pensar en ese momento, era en las caras de desesperación que tenían las personas que aún estaban dentro de los autos que ahora se encontraban suspendidos en el aire. -Por favor, esas personas no han hecho nada malo, ellas no merecen… Érebo no me dejó terminar, lanzó uno de los autos directamente hacia mí, a penas me dio tiempo suficiente para hacerme intangible y hacer que el auto pasará a través de mi sin hacerme daño, pero que me hiciera daño a mi no era el problema, el señor que estaba dentro del auto había recibido el impacto de lleno, no tenía idea de si aún seguía con vida, o había muerto aplastado. -Parece que alguien es más consciente de los dones que se le fueron otorgados.- Dijo Érebo, no podía ver su cara, pero por alguna razón sonaba gratamente sorprendido. -Si Adrian, tengo muchos problemas c
Lo único bueno de mis encuentros con Érebo, era que normalmente, dejaba de molestarme por un tiempo, lo cual me daba el espacio necesario para concentrarme en cosas más importantes… Al menos más importantes para mí, hacia 1 mes y medio que no mostraba su cara por aquí. Mi rutina se hizo aún más pesada que antes, la universidad consumía mis mañanas, en la tarde trabajaba, y en la noche cuando salía del trabajo, me dirigía directamente a casa de Justin a entrenar, mi día libre del trabajo iba desde temprano a casa de Justin para esforzarme más en el entrenamiento. Ya que el no solo me ayudaba con mi condición física, sino que también me comenzó a enseñar técnicas de boxeo para defensa personal, lo cual me era de mucha ayuda. Y no se preocupen, por supuesto que todavía tenía tiempo para Ivanne. Aparte de que nos veíamos todos los días en la universidad, ella eventualmente se quedaba a dormir en mi casa, lo cual no era nada extraño viniendo
No me di el tiempo para poder disfrutarlo, inmediatamente me separé de él con mucha vergüenza, había sido muy grosero de mi parte hacer eso, no sé en qué estaba pensando.-Lo siento mucho Justin, no quería hacer eso, yo…- Estaba muy nervioso, no sabía ni siquiera que decir.-¿No querías hacerlo?- Preguntó él con una pequeña sonrisa. -Eso es triste, a mí me gustó que lo hicieras.¿Había escuchado bien? En definitiva tenía que haber un error. -¿Te… Gustó?- Fue todo lo que pude decir, no tenía palabras.-Claro.- Dijo el mientras colocaba su mano sobre mi mejilla derecha. -Así como espero que a ti te vaya a gustar esto.- El se acercó a mi lentamente y unió nuestro labios en un dulce beso, uno que está vez si me permit&ia
-¿Cómo que sí puedo verlo? ¡Adrian, todos pueden verlo!- Dijo ella exaltada. -¿¡Qué!?- Estaba claramente confundido, siempre pensé que eran cosas que solo sucedían en mi mente, no en el plano físico ¿Ahora resulta que esos “Ataques de Pánico” siempre fueron miedos reales? El de verdad me tenía en la palma de su mano todo este tiempo… Sacudí mi cabeza con fuerza para quitarme ese pensamiento tan atemorizante, volteé rápidamente para observar los rostros de todos y efectivamente estaban asustados, eran capaces de ver cómo las sombras descendían de las paredes y comenzaban a inundar el suelo. -¡¿Qué está pasando?!- Gritó uno de mis compañeros de clase. -¡Muy bien! ¡Entiendo que es una situación muy extraña para todos, pero intentemos mantener la calma!- Dijo el profesor mientras veía como única salida era cubierta por las sombras. -Adrian, tienes que hacer algo.- Me dijo I