DYLANDe haber sabido que el trabajo que me recomendó Mi Mayor consistía en estar detrás del culo de una niña de papi, malcriada e insolente, jamás lo habría aceptado. Esto de cuidar mocosos que no se saben limpiar la cola no es algo para lo que me preparé por largos años. No enfilé el ejército para terminar siendo un puto niñero.Lo único que me retiene por ahora es la buena paga, pues con ella puedo ayudar a mi madre a pagar todas sus deudas, porque de no ser así, hace muchísimo habría dejado este trabajo. Tener que verle la cara todo el jodido día a esa niña es un fastidio. No la soporto. Incluso su voz se me hace exasperante y me hace sangrar los oídos cada que se pone a hacer sus berrinches.¿Su padre está loco o qué diablos? ¿Acaso no se da cuenta de que ya no tiene cinco años, aunque actúe como una? Estas personas adineradas ya no saben en qué gastar su dinero.Lo peor del caso es que apenas llevo un mes trabajando para el Sr. Preston, un importante y reconocido empresario de l
Salgo de la piscina y me dirijo a mi habitación para cambiarme de ropa y regresar a mi lugar lo más pronto posible. No puedo dejar a esa niña de papi sola por mucho tiempo o puede que vuelen mi cabeza. Esa mocosa me hizo tirar al agua para nada.«¿Quién diablos medita bajo el agua? Aparte de ser latosa, malcriada y atrevida, está bien loca».Mientras me cambiaba el traje mojado por uno seco, el Sr. Torres, el supervisor, entra a mi habitación que está justo al frente de la de ella y no pierde ni un segundo para burlarse de mí.—¿Ya te está dando problemas?—¿Cuándo no da problemas la Srta. Preston? — ruedo los ojos y ajusto la corbata en mi cuello.—Puedo dar fe de que esa niña era un ángel. Desde hace un tiempo para acá es que se ha vuelto tan rebelde.—Pues me tocó llevarme la peor parte a mí — bufo—. ¿De verdad tengo que seguir detrás de ella cada segundo del día, Sr. Torres? Sé que me explicó el trabajo desde un principio y yo lo acepté, pero realmente no sirvo para ser niñero de
ARIA Lo que me faltaba, que este estúpido con cara de mico saliera con un comentario tan desvergonzado como ese acto tan pervertido que mostró en la piscina. ¿Qué diablos tiene en la cabeza para hablarme de esa manera tan grosera? Creo que está olvidando cuál es su lugar en esta casa. Ignoro su pregunta y esa sonrisa que baila en sus labios y me acerco a mi armario a empacar las cosas que llevaré a Denver. Nunca había ido a esa ciudad, por lo que no comprendo por qué mi padre quiere llevarme allí. ¿Planea alejarme de todo? ¿Y mamá dónde demonios está? ¿Estará enterada de todo lo que mi padre planea o no? ¿O acaso ahora vive en ese lugar? Tengo la cabeza hecha un desastre, con cientos de preguntas que me atacan sin compasión. Busco mi teléfono y llamo a mi padre, el único que puede aclarar todas esas dudas que me azotan la mente, pero como era de esperarse, no responde a ninguna de mis llamadas.—¡Siempre es más importante el puto trabajo que tu hija! — grito, lanzando el teléfono s
La noche fue eterna. No pude pegar el ojo en ningún instante, además de que tener a Dylan a pocos pasos de mí me tenía con la ira explotando en mi interior. Quería decirle tantas cosas a mi madre, pero ella lo mejor que sabe hacer es dejarme con la palabra en la boca y hacer de cuenta que nada sucede.¿Cómo se atreve a colgarme? ¿Por qué es tan difícil que mis padres me escuchen, aunque sea por unos pocos segundos? ¿Eso es lo mucho que les importo?«Ya no pienses más en ellos. Es hora de que pienses en ti y en la manera en la que vas a escapar de su yugo».«Debo encontrar la forma de escapar. No soporto un día más en este encierro. No soy su prisionera, ¡soy su maldita hija!».Con eso en mente, miro por la ventana del auto y suspiro. Tengo un mico de tres metros de grande que me sigue como una sombra y, además de él, está el Sr. Torres que vigila hasta el movimiento de mis pestañas al parpadear. Con ellos dos más esos otros cinco hombres y Bianca es imposible escapar. Pero no importa,
Irme por la mala con King Kong no es viable. Si quiero ganarme su confianza debo cambiar la manera en que lo trato y lo miro, pero ¡es tan difícil! No sé por qué ese hombre me irrita tanto con su mera presencia. Nada más con verlo las lombrices se mueren en mi barriga.En cuanto llegamos a la casa en Denver quedé anonadada por lo bonita y grande que era, incluso cuenta con una pista privada. Mi padre es uno de los hombres más poderosos de Estados Unidos y es normal que compre propiedades así de ostentosas y elegantes, pero había un enorme detalle que no me gustó y es un impedimento para llevar a cabo mi plan. La cantidad de hombres era en exceso, ya que el bosque es lo único que nos rodea. ¿Por qué un lugar tan lejano y remoto? No dejaba de preguntarme desde que puse un pie en la mansión.Quise acercarme a Dylan un par de veces lo que restó de tarde, pero estoy segura de que, si lo hago, sospechará de mí. No se puede negar lo inteligente que cara de mico es.Nos encontrábamos ambos en
—¿Me dejarás hablar con él entonces? — no hice el intento de soltarme de su agarre, aunque sí deseo darle una buena patada en los huevos.—¿Piensa escapar, Srta. Preston? — fue directo al grano, tan tranquilo que no supe qué responder de momento.—Y si así fuera el caso, ¿qué con eso? — trato de liberarme, pero me sujeta firme y me presiona contra la pared—. Una persona no debe ser retenida contra su voluntad y de sobra lo sabes. Mi padre está abusando de su poder.—Tu padre, niña, te está protegiendo — acerca su rostro al mío y ladea una sonrisa que no me agrada ni un poco—. ¿Qué hay con esa expresión? ¿Estás sorprendida? ¿No querías una explicación? Pues ahí la tienes y tendrás que conformarte con ello.—¿De qué me está protegiendo exactamente? ¡Si es que no le importó dejarme en manos de un completo desconocido que se la vive a mi sombra día y noche! — lo desafío —. ¿Sabes? Contigo estoy más expuesta que con cualquier otra persona. De quien debería protegerme es de ti.—Creo que se
Luchando contra mi propio orgullo y reprimiendo toda la ira en lo más profundo de mis intestinos, abro la puerta de la habitación y Dylan me mira atentamente.—Quiero saber la verdad, no me la ocultes más tiempo. Estoy en el derecho de saberla, ¿no? — suspiro—. ¿De qué o quiénes me está protegiendo mi padre?—No lo sé.—¿Cómo que no sabes? Entonces, ¿me estás mintiendo? ¿Te estás burlando de mí?—Su padre ha recibido amenazas en las cuales usted es el objetivo, pero no sabemos todavía quién o quiénes están detrás de ellas. El cambio será una buena distracción mientras damos con ellos. Entre más lejos se encuentre de sus padres, mejor, de ese modo no van a acercarse.Muchas dudas surgieron en mi cabeza, pero no sabía cuál debía empezar a resolver.—¿Por eso no respondía mis llamadas? — me pregunté para mí misma.—Es lo más seguro. Si tienen la línea de su padre cruzada, evitará a toda costa comunicarse con el objetivo de ellos. Su padre no la ignora porque quiera, Srta. Preston. Entien
DYLANEstoy cansado de estar tras la sombra de esta niña malcriada e irritante. Cada día este trabajo se vuelve más estresante. No la soporto ni un poco. No veo el momento de estrangularla y cerrarle la boca para siempre. Sus comentarios ofensivos me tienen en mi límite, más no he explotado porque necesito el maldito trabajo. De no ser así, hace mucho le habría hecho tragar cada una de sus palabras.Los últimos días escasamente hemos cruzado una palabra, pues así como lo pidió, hablamos lo que es importante para ella. Sus padres no han dado señales de vida y ese hecho parece que la inquieta bastante.—¿Encontraste algo de información? — al escuchar la voz del Sr. Torres a mi espalda, bajé mi teléfono.—Muy poca, señor.—Debe ser más complicado hacerlo todo desde tu teléfono, ¿no?—Así es, pero no es imposible. Lo poca información que he reunido es muy interesante.—Ve a la sala de seguridad y usa uno de los equipos para hacer tus investigaciones.—¿Qué pasará con la seguridad de la Sr