—¿Por qué están haciendo todo esto? ¿Qué es lo que buscan de mí?Ya no tengo ni la menor duda de que ellos son de quienes mis padres me querían proteger a toda costa. Ahora entiendo muchas cosas que en su momento no pude porque estaba ciega, pero lo que más me enoja es que mi padre no me haya contado toda la verdad cuando tuvo oportunidad de hacerlo.«¿Dylan también sabía sobre esto?». Por esa mirada que le dio a Adam mientras le apuntaba, estoy segura de que así es.«¿Por qué me lo ocultó? ¿Por qué no me dijo que, la persona en quien más confiaba, era la misma que estaba detrás de las amenazas?».Me siento muy dolida y no con mi padre o Dylan. Todo lo que entregué por años nunca fue verdadero. Aunque mis sentimientos hayan cambiado hacia Adam, sigue doliendo por los años de amistad que tuvimos. Por mi cabeza jamás se cruzó la idea de que fuera él y su madre del cambio radical que tuvo mi vida.—Dime por qué, Adam. ¿Qué hice para que lleguen a este punto?—Tú no hiciste nada malo, ¿o
—¿Adam es mi hermano? — pregunto sin poder creer lo que acabo de escuchar.—Es bueno que lo hayas captado a la primera, así me evito dar explicaciones que ahora son innecesarias y no harán diferencia alguna.Su confesión es como un puñal en el pecho. «¿Cómo es posible que Adam sea mi hermano?».—Eso es mentira...—Me sentaría a contarte mi historia con el bastardo de tu padre, pero justo ahora no tengo tiempo que perder en una estupidez — quita el cañón de su arma de mi cabeza—. Ponla de rodillas ante mí.—Lo que estás confesando no es cualquier estupidez. Yo, más que nadie, merezco que me digan la verdad — la miro con lágrimas en los ojos—. Mi padre me ha ocultado cosas importantes, según él, por mi propio bien.—¿Qué quieres que te diga? ¿Te cuento cómo inició una relación desde que éramos unos adolescentes o te dibujo la manera en la que concebimos a mi hijo? Mejor aún, ¿quieres saber cómo llegó tu madre a arruinar mi felicidad y mi vida con esa misma mirada de mosca muerta que tie
EVELYNDesde que uní mi vida con la de Dorian toda preocupación había quedado en un segundo plano. He sentido miedos e inseguridades a lo largo de los años como cualquier otro ser humano, pero mi osito siempre ha estado para mí, tomando mi mano y siendo ese bastón de apoyo. Sin él, probablemente ya hubiera perdido la cabeza.Desde el día en que Dylan decidió ingresar al ejército, no he tenido paz alguna. Día y noche vivo en una constante sosobra, más cuando pasan meses enteros en los que no sabemos nada de él y tenemos que levantarnos y acostarnos con la angustia en el pecho.Es frustrante, aterrador y triste pensar en lo malo que le puede ocurrir a uno de mis hijos al estar lejos de casa, pero entiendo cabalmente que esa fue la profesión que eligió desde que era un niño. Nada le hacía más ilusión que ser parte del ejército y ahora que su sueño es una realidad me siento muy orgullosa de él y cada uno de sus logros. Aunque él no haya venido de mis entrañas, nuestro vínculo es mucho más
ARIAEn cuanto la madre de Adam me saca de la casa por la fuerza, dos camionetas negras aparecen en mi campo de visión y mi corazón late un poco más tranquilo, pero a la vez me da miedo de que, así como lo mencionó ella, mi padre haya venido personalmente por mí.Debería alegrarme porque él está aquí, ¿no es así? Pero no puedo estar en calma. Algo me dice que ese era el plan de esta mujer desde un principio. Sabe que, teniéndome a mí, tiene a mi padre en sus manos.—Todo un padre preocupado por el bienestar de su pequeña, ¿eh? — susurra en mi oído, antes de tirarme con fuerza contra el suelo.Mi padre baja de una de las camionetas, seguido del Sr. Torres, del padre de Dylan y sus demás guardaespaldas. Todos se encuentran armados y alertas ante cualquier movimiento.«¿Qué hace el Sr. Dorian con mi padre y aquí? ¿Dónde está Dylan? ¿Su herida habrá sido grave? ¿Esta loca se atrevió a quitarle la vida?».El dolor que siento en mi pecho es desesperante. Sé que Dylan está bien, debe estarlo
No supe qué responderle. Quizás en mi ignorancia me habría marchado con él, pero sabiendo la verdad y lo que fue capaz de hacer por venganza u odio no puedo sentir otra cosa que lástima. Esa mujer arruinó la vida de su hijo para siempre. Ni siquiera ahora que la ha asesinado como si nada, no le interesa ni un poco el cuerpo de la mujer que le dio la vida.«¿Adam a quién odiaba verdaderamente, a su madre o a mi padre?». En su mirada no hay un sentimiento de culpa ni de sufrimiento, a pesar de que a pocos pasos de nosotros está su madre muerta.—No tienes tiempo para pensar en una respuesta, princesa. Dime si aceptas venir conmigo o no.«No puedo decirle que sí porque seria una gran mentira aceptar que quiero ir con él, pero tampoco puedo decirle que no por temor a que se enoje».«¿Qué debo hacer?». Los disparos de fondo y el cuerpo de esa mujer a centímetros de mí no me dejan pensar claramente. Estoy muy asustada y no es para menos, pues jamás en mi vida imaginé que podría llegar a pr
DYLAN—Mamá, deja de llorar, por favor. Date cuenta de que me encuentro muy bien — le repito por enésima vez a mi madre que, recostada en mi pecho, no deja de llorar—. Solo fue un rasguño en el hombro.—Tú no tienes ni idea lo que es sufrir por un hijo — solloza—. Deja ese trabajo tan peligroso, ¿sí? Mírate cómo estás. ¿Y si algo más grave te sucede? — me abraza más fuerte, negando con su cabeza—. Mejor ni lo pienso. Gracias al cielo que traías puesto ese chaleco antibalas, aún así, te arriesgas demasiado con esas personas.—Para esto fui entrenado, mamá. Además, proteger a Aria es más que un deber para mí.—No tienes que mentir. Solo estabas haciendo tu trabajo.—Es cierto que su seguridad es parte de mi trabajo, pero realmente me siento en la obligación de mantenerla segura en mis brazos. Esa chiquilla se convirtió en un preciado tesoro que protegería con mi vida.—¿De verdad te gusta o solo lo dices porque sí? — sus lágrimas se detienen y sonrío—. ¿Vas a decirle sobre esto?—Sí, me
—¿Qué demonios está pasando entre ustedes? — el padre de Aria nos obliga a separarnos y maldigo en mis adentros—. Es mi hija, Dylan. ¿Es así como me pagas esa confianza que desposité en ti?—Ay, papá, no empieces, ¿sí? Creo que ya estoy lo suficientemente grande para elegir con quién estar y con quién no. No hace falta que formes todo un problema de esto, si ya todo está muy claro.—Entonces, ¿así va a ser siempre? Un día con uno y al otro, te buscas alguien más.Tengo toda la intención de golpearlo, pero Aria se da cuenta y toma mi mano con fuerza.—¿A ti qué te sucede? Cuida muy bien las palabras que estás soltando sin pensar, Arthur. Estás hablando de mi hija, no de cualquiera — la Sra. Preston suelta el brazo de su esposo y se acerca a Aria—. No nos debes ninguna explicación, mi amor. Es solo que, resulta sorprendente para nosotros. Aunque era de esperarse luego de estar cada segundo del día juntos.—¡Claro que nos debe una explicación! ¿Qué es lo que te pasa, mi amor? Aria aún es
ARIALuego de la cena que la Sra. Evelyn y el Sr. Dorian prepararon para todos, Dylan y mi padre salieron a hablar al jardín de la casa. Tengo los nervios de punta por lo que sea que vayan a hablar. Mi padre no se ve ni un poco feliz y Dylan no ha dejado de decirme al oído lo mucho que desea explorarme una vez más.Recordar lo de la noche anterior me provoca cosquillas por debajo de la piel. Al igual que él, yo también siento grandes deseos de tener su piel contra la mía. Quizá si le hubiera hecho caso en la mañana de quedarme, nada de esto hubiese sucedido.Verlo herido me duele muchísimo. Por mi culpa recibió un disparo y ese hecho me hace sentir muy mal. Lo bueno de todo es que ya no tenemos que preocuparnos más por esa mujer. Aunque aún sigo impactada tras ver morir a una persona frente a mis ojos y en manos de su propio hijo, una parte de mí se siente tranquila. Al fin podré recuperar mi vida y mi libertad.«¿Eso quiere decir que Dylan ya no estará más a mi lado». Pensar en que m