EVELYNDesde que uní mi vida con la de Dorian toda preocupación había quedado en un segundo plano. He sentido miedos e inseguridades a lo largo de los años como cualquier otro ser humano, pero mi osito siempre ha estado para mí, tomando mi mano y siendo ese bastón de apoyo. Sin él, probablemente ya hubiera perdido la cabeza.Desde el día en que Dylan decidió ingresar al ejército, no he tenido paz alguna. Día y noche vivo en una constante sosobra, más cuando pasan meses enteros en los que no sabemos nada de él y tenemos que levantarnos y acostarnos con la angustia en el pecho.Es frustrante, aterrador y triste pensar en lo malo que le puede ocurrir a uno de mis hijos al estar lejos de casa, pero entiendo cabalmente que esa fue la profesión que eligió desde que era un niño. Nada le hacía más ilusión que ser parte del ejército y ahora que su sueño es una realidad me siento muy orgullosa de él y cada uno de sus logros. Aunque él no haya venido de mis entrañas, nuestro vínculo es mucho más
ARIAEn cuanto la madre de Adam me saca de la casa por la fuerza, dos camionetas negras aparecen en mi campo de visión y mi corazón late un poco más tranquilo, pero a la vez me da miedo de que, así como lo mencionó ella, mi padre haya venido personalmente por mí.Debería alegrarme porque él está aquí, ¿no es así? Pero no puedo estar en calma. Algo me dice que ese era el plan de esta mujer desde un principio. Sabe que, teniéndome a mí, tiene a mi padre en sus manos.—Todo un padre preocupado por el bienestar de su pequeña, ¿eh? — susurra en mi oído, antes de tirarme con fuerza contra el suelo.Mi padre baja de una de las camionetas, seguido del Sr. Torres, del padre de Dylan y sus demás guardaespaldas. Todos se encuentran armados y alertas ante cualquier movimiento.«¿Qué hace el Sr. Dorian con mi padre y aquí? ¿Dónde está Dylan? ¿Su herida habrá sido grave? ¿Esta loca se atrevió a quitarle la vida?».El dolor que siento en mi pecho es desesperante. Sé que Dylan está bien, debe estarlo
No supe qué responderle. Quizás en mi ignorancia me habría marchado con él, pero sabiendo la verdad y lo que fue capaz de hacer por venganza u odio no puedo sentir otra cosa que lástima. Esa mujer arruinó la vida de su hijo para siempre. Ni siquiera ahora que la ha asesinado como si nada, no le interesa ni un poco el cuerpo de la mujer que le dio la vida.«¿Adam a quién odiaba verdaderamente, a su madre o a mi padre?». En su mirada no hay un sentimiento de culpa ni de sufrimiento, a pesar de que a pocos pasos de nosotros está su madre muerta.—No tienes tiempo para pensar en una respuesta, princesa. Dime si aceptas venir conmigo o no.«No puedo decirle que sí porque seria una gran mentira aceptar que quiero ir con él, pero tampoco puedo decirle que no por temor a que se enoje».«¿Qué debo hacer?». Los disparos de fondo y el cuerpo de esa mujer a centímetros de mí no me dejan pensar claramente. Estoy muy asustada y no es para menos, pues jamás en mi vida imaginé que podría llegar a pr
DYLAN—Mamá, deja de llorar, por favor. Date cuenta de que me encuentro muy bien — le repito por enésima vez a mi madre que, recostada en mi pecho, no deja de llorar—. Solo fue un rasguño en el hombro.—Tú no tienes ni idea lo que es sufrir por un hijo — solloza—. Deja ese trabajo tan peligroso, ¿sí? Mírate cómo estás. ¿Y si algo más grave te sucede? — me abraza más fuerte, negando con su cabeza—. Mejor ni lo pienso. Gracias al cielo que traías puesto ese chaleco antibalas, aún así, te arriesgas demasiado con esas personas.—Para esto fui entrenado, mamá. Además, proteger a Aria es más que un deber para mí.—No tienes que mentir. Solo estabas haciendo tu trabajo.—Es cierto que su seguridad es parte de mi trabajo, pero realmente me siento en la obligación de mantenerla segura en mis brazos. Esa chiquilla se convirtió en un preciado tesoro que protegería con mi vida.—¿De verdad te gusta o solo lo dices porque sí? — sus lágrimas se detienen y sonrío—. ¿Vas a decirle sobre esto?—Sí, me
—¿Qué demonios está pasando entre ustedes? — el padre de Aria nos obliga a separarnos y maldigo en mis adentros—. Es mi hija, Dylan. ¿Es así como me pagas esa confianza que desposité en ti?—Ay, papá, no empieces, ¿sí? Creo que ya estoy lo suficientemente grande para elegir con quién estar y con quién no. No hace falta que formes todo un problema de esto, si ya todo está muy claro.—Entonces, ¿así va a ser siempre? Un día con uno y al otro, te buscas alguien más.Tengo toda la intención de golpearlo, pero Aria se da cuenta y toma mi mano con fuerza.—¿A ti qué te sucede? Cuida muy bien las palabras que estás soltando sin pensar, Arthur. Estás hablando de mi hija, no de cualquiera — la Sra. Preston suelta el brazo de su esposo y se acerca a Aria—. No nos debes ninguna explicación, mi amor. Es solo que, resulta sorprendente para nosotros. Aunque era de esperarse luego de estar cada segundo del día juntos.—¡Claro que nos debe una explicación! ¿Qué es lo que te pasa, mi amor? Aria aún es
ARIALuego de la cena que la Sra. Evelyn y el Sr. Dorian prepararon para todos, Dylan y mi padre salieron a hablar al jardín de la casa. Tengo los nervios de punta por lo que sea que vayan a hablar. Mi padre no se ve ni un poco feliz y Dylan no ha dejado de decirme al oído lo mucho que desea explorarme una vez más.Recordar lo de la noche anterior me provoca cosquillas por debajo de la piel. Al igual que él, yo también siento grandes deseos de tener su piel contra la mía. Quizá si le hubiera hecho caso en la mañana de quedarme, nada de esto hubiese sucedido.Verlo herido me duele muchísimo. Por mi culpa recibió un disparo y ese hecho me hace sentir muy mal. Lo bueno de todo es que ya no tenemos que preocuparnos más por esa mujer. Aunque aún sigo impactada tras ver morir a una persona frente a mis ojos y en manos de su propio hijo, una parte de mí se siente tranquila. Al fin podré recuperar mi vida y mi libertad.«¿Eso quiere decir que Dylan ya no estará más a mi lado». Pensar en que m
Tumbo su cuerpo suavemente en el colchón, dejando ir su boca por unos cuantos segundos antes de volver a atrapar sus labios con los míos. Sus besos son mi gran debilidad. Si por mí fuera, detendría el tiempo justo ahora, congelando este momento tan perfecto y quedándome toda una eternidad en sus suaves y cálidos labios.Acaricia mi espalda con una de sus manos, presionándome contra sí y respondiendo a mi beso con la misma intensidad en que yo lo beso a él. Es algo fuera de este mundo escuchar su respiración agitarse y su cuerpo vibrar ante el roce del mío.—Si el brazo te duele, dime, ¿de acuerdo? — escabullo mis manos bajo su camisa, deleitándome con la forma de sus pectorales bien definidos al tiempo que dejo una estela de besos por su cuello y clavícula.—Ya no siento dolor alguno. Esto era lo que necesitaba para curarme.Lo despojo de su camisa, teniendo mucho cuidado con su brazo y contemplo su pecho y abdomen desnudo, maravillada una vez más por el color de su piel y la anchura
Con el paso de los días, mi vida volvió a la normalidad, aunque muchas cosas cambiaron a mi alrededor. Descubrí que siempre estuve sola, pues las que solía llamar "amigas" realmente nunca lo fueron.Mis padres han regresado a casa, también aseguraron que nunca se divorciaron como me lo hicieron creer en un principio. Todo fue para convencer a esa mujer que entre ellos no existía nada y no había razón por la cual hacerme daño a mí.De Adam lo único que sé es que se encuentra recluido en un centro de detención. Aunque me ha escrito muchas cartas diciéndome que vaya a visitarlo, no he podido hacerlo. ¿Qué podría decirle, si mi forma de verlo cambió radicalmente? Todavía no salgo del impacto de lo que sucedió hace tres meses. La muerte de esa mujer y el hecho de que es mi hermano sigue siendo una confusión en mi cabeza.Dylan ha seguido a mi lado, fiel a su palabra de no dejarme sola ni un solo instante, pero tengo el miedo latente en mi pecho de que decida volver al ejército. A pesar de