SEGUNDA PARTE: YA NO TRATA DE EVELYN Y DORIAN, SINO DE DYLAN, SU HIJO. ***Desde que mis padres se separaron todo en mi vida cambió. Siempre estoy de un lado para el otro, siendo el muñequito sucio y poco atractivo que ninguno quiere tener. Si su amor se acabó ya sea por el motivo que sea, ¿este es el trato que yo me merezco? Ninguno de los dos se pone en mi lugar ni mucho menos piensan en mis sentimientos. Ambos ignoran el hecho de que existo y se empeñan en hacer lo que mejor les convenga.Estoy cansada de todo esto, por eso mismo tomé la decisión de escapar con mi novio Adam, pero lo único que logré fue ser descubierta y que me pusieran un niñero encima. Ya no puedo salir por la ventana, si no es con ese mico encima que vigila cada uno de mis pasos. Incluso perdí mi privacidad, pues ese sujeto entra a mi habitación como si de la suya se tratara y no respeta siquiera que me encuentre en pijama o en paños menores. Es un atrevido y, lo peor del caso, es que mi padre lo permite. —¿D
Lo veo irse a una esquina de la habitación, totalmente sereno y sin decir ni una sola palabra. Saca su celular y se recuesta de la pared, ignorando mi presencia y lo que acabo de decirle.Esto no puede estar pasándome a mí. No puedo creer que mi padre permita la entrada de un hombre a la habitación de su hija sin medir peligros. ¿Cómo demonios me libro ahora de esta garrapata? Tengo que hacer algo para sacarlo de aquí, pero ¿qué puede funcionar? Si el plan de Adam no hubiera salido mal, ahora mismo estaría con él y no aquí, viéndole la cara a un desagradable sujeto con cara de mico.Frustrada me tiro en la cama de boca, tragando ese grito que quema mi garganta y mis entrañas. Ya ni llorar a gusto puedo porque siempre está ahí. Es imposible que no repare en su presencia, si es grande y el olor de su perfume inunda cada parte de mi espacio.Tengo que buscar una solución rápida y que me lleve muy lejos de esta cárcel. No puedo tolerar sietes meses más esta situación.Me levanto de la cam
Los días en este encierro son muy aburridos. No tengo permitido ir a otro lugar que no sea el jardín de la casa y pasear por los alrededores con un mico en mi espalda. Mi padre tomó medidas extremas, pues ni siquiera me permite regresar a la escuela y no comprendo la razón. No quiere ni que reciba a mis amistades, lo que lo hace aún más extraño.No sé qué le sucede, si es que con ese hombre es más que suficiente para que no me escape. ¿Acaso cree que una mujer de mi tamaño sería rival de un tipo tan grande? Si visiblemente se nota que ha quebrado más cuellos de lo que ha hablado en su vida, ¿no se habrá fijado en esos brazos tan inmensos? Mi padre debe estar loco si realmente cree que puedo pasar por encima de un hombre que me triplica en peso y tamaño.He querido hablar con él, pero no ha parado en casa y por tal razón no he tenido oportunidad. Las empleadas también han estado actuando muy extraño e incluso he notado más seguridad que antes. Supongo que el mico chismoso le fue con el
DYLANDe haber sabido que el trabajo que me recomendó Mi Mayor consistía en estar detrás del culo de una niña de papi, malcriada e insolente, jamás lo habría aceptado. Esto de cuidar mocosos que no se saben limpiar la cola no es algo para lo que me preparé por largos años. No enfilé el ejército para terminar siendo un puto niñero.Lo único que me retiene por ahora es la buena paga, pues con ella puedo ayudar a mi madre a pagar todas sus deudas, porque de no ser así, hace muchísimo habría dejado este trabajo. Tener que verle la cara todo el jodido día a esa niña es un fastidio. No la soporto. Incluso su voz se me hace exasperante y me hace sangrar los oídos cada que se pone a hacer sus berrinches.¿Su padre está loco o qué diablos? ¿Acaso no se da cuenta de que ya no tiene cinco años, aunque actúe como una? Estas personas adineradas ya no saben en qué gastar su dinero.Lo peor del caso es que apenas llevo un mes trabajando para el Sr. Preston, un importante y reconocido empresario de l
Salgo de la piscina y me dirijo a mi habitación para cambiarme de ropa y regresar a mi lugar lo más pronto posible. No puedo dejar a esa niña de papi sola por mucho tiempo o puede que vuelen mi cabeza. Esa mocosa me hizo tirar al agua para nada.«¿Quién diablos medita bajo el agua? Aparte de ser latosa, malcriada y atrevida, está bien loca».Mientras me cambiaba el traje mojado por uno seco, el Sr. Torres, el supervisor, entra a mi habitación que está justo al frente de la de ella y no pierde ni un segundo para burlarse de mí.—¿Ya te está dando problemas?—¿Cuándo no da problemas la Srta. Preston? — ruedo los ojos y ajusto la corbata en mi cuello.—Puedo dar fe de que esa niña era un ángel. Desde hace un tiempo para acá es que se ha vuelto tan rebelde.—Pues me tocó llevarme la peor parte a mí — bufo—. ¿De verdad tengo que seguir detrás de ella cada segundo del día, Sr. Torres? Sé que me explicó el trabajo desde un principio y yo lo acepté, pero realmente no sirvo para ser niñero de
ARIA Lo que me faltaba, que este estúpido con cara de mico saliera con un comentario tan desvergonzado como ese acto tan pervertido que mostró en la piscina. ¿Qué diablos tiene en la cabeza para hablarme de esa manera tan grosera? Creo que está olvidando cuál es su lugar en esta casa. Ignoro su pregunta y esa sonrisa que baila en sus labios y me acerco a mi armario a empacar las cosas que llevaré a Denver. Nunca había ido a esa ciudad, por lo que no comprendo por qué mi padre quiere llevarme allí. ¿Planea alejarme de todo? ¿Y mamá dónde demonios está? ¿Estará enterada de todo lo que mi padre planea o no? ¿O acaso ahora vive en ese lugar? Tengo la cabeza hecha un desastre, con cientos de preguntas que me atacan sin compasión. Busco mi teléfono y llamo a mi padre, el único que puede aclarar todas esas dudas que me azotan la mente, pero como era de esperarse, no responde a ninguna de mis llamadas.—¡Siempre es más importante el puto trabajo que tu hija! — grito, lanzando el teléfono s
La noche fue eterna. No pude pegar el ojo en ningún instante, además de que tener a Dylan a pocos pasos de mí me tenía con la ira explotando en mi interior. Quería decirle tantas cosas a mi madre, pero ella lo mejor que sabe hacer es dejarme con la palabra en la boca y hacer de cuenta que nada sucede.¿Cómo se atreve a colgarme? ¿Por qué es tan difícil que mis padres me escuchen, aunque sea por unos pocos segundos? ¿Eso es lo mucho que les importo?«Ya no pienses más en ellos. Es hora de que pienses en ti y en la manera en la que vas a escapar de su yugo».«Debo encontrar la forma de escapar. No soporto un día más en este encierro. No soy su prisionera, ¡soy su maldita hija!».Con eso en mente, miro por la ventana del auto y suspiro. Tengo un mico de tres metros de grande que me sigue como una sombra y, además de él, está el Sr. Torres que vigila hasta el movimiento de mis pestañas al parpadear. Con ellos dos más esos otros cinco hombres y Bianca es imposible escapar. Pero no importa,
Irme por la mala con King Kong no es viable. Si quiero ganarme su confianza debo cambiar la manera en que lo trato y lo miro, pero ¡es tan difícil! No sé por qué ese hombre me irrita tanto con su mera presencia. Nada más con verlo las lombrices se mueren en mi barriga.En cuanto llegamos a la casa en Denver quedé anonadada por lo bonita y grande que era, incluso cuenta con una pista privada. Mi padre es uno de los hombres más poderosos de Estados Unidos y es normal que compre propiedades así de ostentosas y elegantes, pero había un enorme detalle que no me gustó y es un impedimento para llevar a cabo mi plan. La cantidad de hombres era en exceso, ya que el bosque es lo único que nos rodea. ¿Por qué un lugar tan lejano y remoto? No dejaba de preguntarme desde que puse un pie en la mansión.Quise acercarme a Dylan un par de veces lo que restó de tarde, pero estoy segura de que, si lo hago, sospechará de mí. No se puede negar lo inteligente que cara de mico es.Nos encontrábamos ambos en