—Ella te está engañando, no es quien dice ser.

Es malvada.

Lo fue con Aria.

Tienes que creerme.

—¡Basta ya Katya! —gruñó a la mujer y esta se estremeció.

El Áyax Valerio no era explosivo.

Jamás alzaba la voz, mucho menos a ella quien era su favorita.

Hasta que esa m*****a mujer llegó a destruirlo todo.

—No quiero que hables de mi esclava.

—Va a escaparse y se llevará tu cachorro con ella.

No sé por qué confías en esa mujer pero Livana nunca ha querido estar aquí.

Siempre ha hecho planes donde incluye tu muerte para liberarase de ti y volver a Arion.

No sé porqué no lo comprendes.

Incluso hoy la escuché diciendo que podía romper el vínculo de sangre y escapar de ti.

El macho golpeó con el puño cerrado violentamente su escritorio dirigiéndole una mirada fulminante a Katya antes de levantarse.

—Largo de aquí.

Las palabras serias fueron remarcadas por él mientras que la mataba con la mirada.

Katya sintió temor dentro de ella así que salió rápidamente de ahí, pero después sonrió con maldad