Unos días después Livana se sorprendió gratamente de los regalos que le habían dado Andrea y sus hijas por ayudarla con el Áyax.Por más que ella le había dicho que no había tenido que ver con la decisión de Valerio al ayudarlas ellas seguían agradeciéndole.—Me encantan los perfumes, Andrea.La mujer le sonrió agradecida.—El Áyax financió nuestra perfumería.Estuvimos a punto de perderla después de la muerte de mi marido pero el Áyax ha sido tan amable que quise hacerle un perfume exclusivo.Y a ti.—Muchas gracias, no debiste molestarte. Livana abrió el frasco del perfume para olerlo pero su aroma llenó todas sus fosas nasales.El aroma era delicioso pero por alguna razón ella sintió náuseas. —¿Le gustó, señorita?—S-sí.Huele muy bien...—¡Livana! ¡Te necesito! Terezia va a dar a luz su primer bebé y el médico aún no llega.Terezia era la mujer de uno de los guardias del castillo.Era una chica humana por lo que el parto era más complicado gracias al tamaño de los lobeznos.—Lo
—También había estado pensando decirte que descansaras.Me alegra que el Áyax también se diera cuenta.—¿Tan mal me veo? —se burló ella divertida mientras que Isadora peinaba su cabello largo.Le gustaba hacerlo siempre que podía.–Tú nunca te verías mal.Estoy segura que eres la chica más hermosa de todos los reinos.No solo los hombres te miran embelesados, sino que las mujeres te tienen envidia.—No digas eso, por favor.—No miento, querida.Todo lo que Katya te ha hecho ha sido por envidia.Llegaste tú y acaparaste toda la atención del Alfa.Livana sintió como su corazón saltaba enseguida ante las palabras de Isadora.—No creo que sea así.Solo que soy la novedad para él.Cuando se aburra de mí, entonces irá con Katya de nuevo.Isadora negó con la cabeza divertida como si supiera algo más pero la Thalassi no pudo verla.De repente la expresión de la mujer cambió ligeramente antes de cambiar el tema.—Livana, ¿No crees que debes contarle al Áyax de que te estás protegiendo de un po
Consciente o no.La Thalassi comenzaba a empujar su trasero hacia atrás creando una fricción entre sus cuerpos que los estaba haciendo arder a ambos.Su movimiento era lento, pero tan delicioso que Valerio no se contuvo en intentar de provocarla una vez más.Sus dedos frotaron su clítoris logrando que ella gimiera una vez más y se empujara hacia atrás y adelante tomando su propio placer.Follando la polla del macho empapándolo con sus jugos.El Áyax se sentía al borde al sentirla tomando lo que era suyo sin reservas, tan caliente y hermosa.Toda una m*****a diosa estaba frotándose contra él. —Estás tan húmeda princesa, estoy seguro de que ninguna Thalassi actúa como tú.Eres demasiado guarra como para eso —murmuró en su oído.Livana se movió hacia adelante avergonzada con sus palabras pero al mismo tiempo furiosa, dándose cuenta de lo que estaba haciendo.—Esto es por tú culpa —balbuceó ella.Si creía que Valerio iba a dejar que se fuera en aquel momento había perdido la cabeza.El ma
—¿Puedes sentir a tu lobo?El sol está saliendo —preguntó Isadora curiosa.Livana negó con la cabeza algo frustrada.Si bien podía sentir los rayos del sol tocando su piel como una caricia, no sentía aún a su lobo interior. Sabía que las Arionas no tenían tanta conexión con sus lobas por la maldición que llevaban pero tenía entendido que sí podían escuchar el susurro interior.Liv se mordió el labio inferior antes de suspirar derrotada.—No va a cambiar nada.Soy Ariona.—Pero eres la Thalassi de Arion.Enseguida Anya cubrió su boca con sus manos después de jadear.Era una "traición" que dijera aquello cuando el Áyaxq y Alfa de su manada era quien había tomado Arion.Aunque era su hermano quien lo gobernaba ahora.—El rango no tiene nada que ver con los lobos interiores, Anya.Y no te asustes.Nadie le dirá al Áyax lo que dijiste.—Venga, no te sientas triste.Seguro que tu loba se manifestará en otra ocasión. Cortemos el pastel.Livana asintió y todas se sentaron sobre el suelo mie
—Esa perra cada vez está más cerca de él.Katya estaba tan furiosa al espiar a Valerio y a Livana.Podía ver la atracción del macho hacia ella.Jamás había visto al Áyax así por ninguna mujer antes.—¿Puedes romper el lazo de sangre o no? —gruñó a la bruja caminando de un lado a otro.—Puedo, pero necesitarás que ella sea quien se tome el té por cuenta propia, debe renunciar al lazo.—¡Esa perra no lo hará, quiere quedarse con mi hombre!—Yo que tú no lo supondría.Además, puedes jugar con su mente.Engañarla de la peor manera para que rompa el lazo.La bruja le sonrió con malicia y Katya también lo hizo.Claro que podía hacerlo.Esa mujer Ariona era muy estúpida.—Está bien.Te pagaré todas las liras que te prometí en tanto haga efecto. —Claro que lo hará, nunca fallo.—Eso espero.Por tu bien —gruñó Katya antes de irse de vuelta a casa con una sonrisa maliciosa.Eso era todo lo que necesitaba para que esa maldita se fuera cuanto antes.*Mientras que cabalgaba como una amazonas, Va
—Tengo que mirar —susurró para ella misma Livana sintiendo que estaba a punto de llorar.Tomó temblorosa la prueba y la acercó a su rostro.—Ay no, él va a matarme —susurré horrorizada.La primera vez él no había sabido que Livana estaba embarazada.Ni siquiera su madre lo hizo.Los embarazos de las lobas, a pesar de que ella no pudiera convertirse en una, duraban solo 4 meses.Ese fue el tiempo que Livana usó solo vestidos grandes en presencia de sus padres y casi no salía de su habitación.Afortunadamente ellos no le prestaban demasiada atención. Y así pudo ocultar su embarazo hasta el día que fue a dar a luz, sin embargo, Aria la había visto.Había sido ella quien le dijo a su madre.Para cuando Livana dio a luz y cayó desmayada, ellas le dijeron que su cachorra había muerto y la enterraron.Livana las odió por no dejarla ver a su cachorro aunque fuera una sola vez, ya que la habían enterrado enseguida para que su padre no se enterara.Como si su cachorrita fuera un sucio secreto.
Después de que la había hecho suya, no había salido de la habitación como siempre hacía. Contrario a eso, Valerio se había acostado a su lado abrazándola por la cintura. Cosa que resultaba demasiado íntima para Livana. No sabía qué estaba pasando, sin embargo, tenía que admitir que tenerlo así, secretamente, la hacía sentir tan bien. Se mordió el labio inferior mirando el techo de la habitación en silencio, mientras sentía cada respiración del macho a su lado. Sabía que él no estaba dormido, pero tampoco decía nada. —¿Por qué me odias tanto? La pregunta repentina hizo que Valerio se tensara de golpe dejando de tocar a Livana en ese momento. No contuvo un gruñido amenazante y ella se encontró con su mirada enojada. —¿No lo sabes? —ironizó tensando la mandíbula. –Pues no, no lo sé y por eso te lo pregunto. No tengo la culpa de lo que mis padres hayan hecho. No podía controlarlos, por si lo olvidaste, tenía diecinueve años cuando te capturaron. Ni siquiera tenía idea de quie
—¿La viste salir de la habitación del Áyax? —espetó horrorizada Katya a Ninibet quien le había dicho aquello.—Sí, ¿Piensas que no sirvió nada lo que hicimos anoche?Katya ya no la estaba mirando, sentía una furia incesante. Odiaba a aquella maldita mujer con todas sus fuerzas.Todo siempre le salía bien, pero eso no sería así por más tiempo.Dio unas zancadas yendo a la salida, necesitaba encontrar a esa perra.Sabía que tendría que alejarla de Isadora pero poco le importaba. —¿Dónde está la esclava del Áyax?—Preguntó a uno de los hombres de la puerta.—Salió con Isadora, fuero a traer algunas cosas del castillo.Katya apretó los puños y enseguida se dirigió al pueblo, sin embargo, cuando estaba a punto de salir se topó con una mujer muy parecida a esa maldita mujer, quien llevaba una niña igual de parecida a ella.Katya frunció el ceño y la fulminó con la mirada.—¿Quién eres?La mujer le dio una sonrisa gélida y maliciosa al mismo tiempo.—Soy Aria, la compañera del Áyax Valerio