Livana se estremeció ante el tono demandante y seductor que usó el Áyax.Cada célula de su cuerpo respondió a su toque pero ella estaba en contra de lo que estaba experimentando. Era inaceptable que se sintiera así gracias a él.—S-señor, aquí no podemos.Puede entrar cualquiera.Isadora vendrá.Estaba profundamente avergonzada.Si alguien la veía en esa situación sería espantoso.Ella, una Thalassi, humillada de tal manera.Estaba tratando de ignorar el calor que sintió entre sus piernas nada más al ver al Alfa entrenando con su Beta.Valerio tenía un aura seductora, que atraía a cualquier mujer. Era un hombre endiabladamente guapo, pero también muy peligroso como para caer en sus encantos y ella ya lo había hecho una vez, resultando un error garrafal.—Yo dictamino el lugar donde te follaré, mujer.Tu deber es servirme, lo dijiste bien.Ahora quiero darte una recompensa por ser una buena esclava.—Pe-pero...–Silencio —la demanda fue peligrosa.Livana cerró los ojos sintiendo como
—Veo que le proporcionaste a mi esclava la ropa que te pedí... ¿Le gustó?Valerio no miró Isadora intentando parecer ocupado con los documentos que tenía en la mano pero lo cierto es que estaba a la espera de la respuesta de Isadora.La mujer alzó su cabeza mirando boquiabierta al Áyax.¿Estaba él preocupado por lo que le gustara a una esclava?Isadora reprimió una sonrisa a duras penas y se las arregló para responderle con voz tranquila.—Le gustó mucho, Á... Valerio.Pero el vestido que más le fascinó fue ese rosa que tenía hoy.Aunque esa niña es preciosa con todo lo que se ponga.Luce tal y como lo haría una Thalassi.Valerio arrugó el ceño e Isadora continuó.—Como usted me pidió Áyax.Ella no sabe que esa ropa la mandó a fabricar usted para ella.Piensa que es cosa mía.El Áyax asintió pensativo antes de mover su mano.—Bien.Puedes irte Isadora.Una cosa más, mantenla dentro dentro del castillo.Los guardias se distraen con mucha facilidad.—Sí, tienes razón, Á... Valerio —se c
—¿Qué averiguaste sobre mi esclava? —Áyax, fui a Arion como me pidió. Debo decirle que seguramente no le gustará esta información sobre su esclava. —Habla —gruñó cansado de que diera vueltas al asunto. Quería saber sobre su esclava. Había algo misterioso que la rodeaba y no quería recibir más sorpresas. No le gustaba nada. Kailan le tendió un papel con unos papeles que Valerio leyó con rapidez sin poder evitar que un músculo en su mandíbula palpitara. "¿Así que has mentido, esclava? Realmente estabas huyendo de tu compañero." El Áyax sintió algo extraño en su pecho al conocer la verdad de la mujer. —¿Dóndd está ese macho? —Me temo que la mujer lo mató. —¡¿Qué demonios estás diciendo?! —rugió ahora con violencia levantándose para mirar lleno de cólera a su investigador. Kailan se echó a temblar consciente de la furia de Valerio. –¡Áyax, no me lastime! Muchas personas me lo confirmaron en Arion, si quiere podemos ir... El macho golpeó su puño contra su escritorio rompiend
Valerio apretó los puños demasiado furioso.La mujer todo ese tiempo había estado ocultándole su verdad.Estaba casada.Su mandíbula se tensó y el Áyax no supo por qué eso le molestaba más que la incertidumbre de si era ella la culpable de la muerte de su marido."Su inocencia es falsa.Todo lo que ella estaba interpretando era un papel." Ahora mismo podía ver sus ojos lloroso pero el macho se cuestionó si no le estaba mintiendo otra vez.No podía confiar en ella.No ahora que había descubierto su verdad.Isadora estaba a su lado aferrando su mano al brazo de ella y Valerio se sintió molesto por la cercanía de la mujer a la que secretamente consideraba como su madre y esa ex curandera mentirosa.–El robo por ley en el reino y la manada de Arkalla es penado con 50 latigazos.Valerio ignoró el jadeo de Isadora clavando los ojos en la rubia quien pareció estremecerse con su voz. Sin embargo, notó la valentía en ella.Al parecer era algo que se esperaba.No obstante, sabía que no cualqui
Valerio tocó su frente y la sintió ardiendo.—Despierta.Su demanda fue ignorada y él no supo que hacer.Reconoció el sentimiento de la preocupación dentro de él.Tomó su cara entre sus manos moviéndola suavemente necesitando ver esos fieros ojos violetas suyos.—¡¿Liv?! Maldita sea, mujer ¡Ábre los ojos!Se sentó en su cama tomándola en sus brazos para colocar su pecho sobre sus piernas.Por un momento no supo que hacer pero después pensó en utilizar su sangre.—¿Valerio?La puerta se abrió mostrando a una preocupada Isadora que corrió en su dirección. —No despierta.La loba lo miró por un momento detallando todas las emociones que mostraba su Áyax y por un instante se olvidó de la chica convaleciente gracias a la felicidad que experimento por Valerio.—La curaré yo...—No querido, si viertes tu sangre en ella solo cerrarás las heridas, pero no llegarás a la raíz de la infección. —Mi sangre es curativa —gruñó Valerio en un tono que jamás había escuchado de su parte.Era desesperaci
El escozor en mi cuero cabelludo me despertó y parpadeando con los dientes apretados vi que se trataba de un guardia que me había puesto de pie mirándome fijamente con lujuria. —Sí, eres una zorra hermosa. La más hermosa de todas. Cuando el Áyax decida que hará contigo seré el primero en follarte. Se rió de una manera maligna y aunque sus palabras hubieran sido horribles yo traté de no sentirme intimidada. Sabía que los lobos de Arkalla eran más animales que humanos. —Hay una larga fila para eso Riberus. Yo también quiero un poco de esto. El nuevo guardia tocó mis pechos con lascivia aunque yo traté de apartarme asqueada. Él furioso me abofeteó haciéndome sisear de dolor. —No te muevas, perra, no tienes derecho a nada… —¿He dado órdenes de que se toque a esta esclava? La suave pero letal voz del hombre se hizo escuchar. Ahora los soldados temblaban de miedo frente a él y yo de odio. Había sido él quien ha causado todo esto, es su culpa. Sus ojos me escanearon deteniéndos
LIVANA —Hace tanto calor…Afortunadamente mi susurro no fue oído por nadie ya que los encargados de los esclavos aquí se dedicaban a golpear a los perezosos con un látigo.Clavé mi pala en el estiércol de los animales para después echarla en un contenedor que no tengo idea de como sacaría.Los brazos me dolía pero debía seguir.La muerte era mejor que te atraparan sin hacer nada.El ardor en mi espalda me lo recordaba, aunque eso había sido el primer día.Un solo latigazo, quizás hubiera sido solo para asustarme, de todas maneras no voy a arriesgarme.La concubina Gabriela me había enviado a su granja familiar para recoger el estiércol de su ganado, este era el castigo que ella me había impuesto por robar su colgante.—Maldita seas, Katya —gruñí sin poder evitarlo.Nunca maldecía a nadie.Pero antes nadie me había hecho tanto daño como esa mujer.—Thalassi...De repente escuché mi título en la voz de una persona tan querida para mí cosa que me hizo cuestionarme si no me había quedado
Sus labios se moldean contra los de Liv sin dejarle tiempo para poder pensar.Hay una atracción entre ambos que hace que el Alfa se sienta profundamente atraído por esa mujer.Valerio no entiende qué es lo que le está pasando, pero en ese momento no se lo cuestiona.Todo lo que quiere sentir es a ella besándolo.Respondiéndole con la misma vehemencia que él lo hacía.No obstante, estaba furioso.Luchando para que su lobo no tomara su posesión por completo.Livana se estremeció ante la cruda furia en su mirada pero no solo eso encontró en sus orbes, sino también el más oscuro de los deseos al momento en que él la liberó de su boca.—Eres una hechicera, demasiado hermosa para ser real.Pero lo sabes.Por eso seduces a los hombres que están a tu alrededor, ¿No es así?Sus orbes se mantenían al pendiente de ella, la vio fruncir el ceño como si le molestara que él le dijera eso.Sin embargo, a Valerio no le importó su expresión.Sus labios trazaron su cuello robándole la posibilidad de res