“Ya es suficiente. ¡Cierra la boca!”, le gritó Gerald a su hijo para impedirle hablar.

Esto era demasiado vergonzoso. ¡Incluso él lo encontraba insoportablemente humillante!

Él miró a Henry con frialdad y bajó la voz. “¡Entrégame esa miserable pareja ahora!”.

Henry frunció el ceño. Al principio, Gerald solo había preguntado por Franky, pero después de escuchar a Trevor, tampoco estaba dispuesto a dejar ir a Sharon. Además, dado lo que dijo Trevor antes, ¿era Sharon quien lo había lastimado?

“Yo también lo estoy buscando. No ha vuelto desde anoche. Quería pedirle a la señorita Tammy que me ayudara a buscarlo”, dijo Henry. La postura autoritaria de Gerald no pareció funcionar en absoluto con él.

“Puedes optar por no entregarlos, pero con la autoridad que tiene la Mansión Chester en el País M, no será difícil buscar a dos personas. Sin embargo, tú... ¡tampoco podrás salirte de este aprieto!”.

Gerald quería buscar un medio para desahogar su ira en ese momento. Su hijo había resultado