Las fuerzas actuales de Penelope en efecto no eran suficientes para enfrentarse a Eugene, que había venido preparado.

Los hombres de Eugene habían logrado salvar a Sharon y Sebastian a estas alturas, y los guardaespaldas de Penelope fueron rodeados temporalmente.

Toda la escena estaba bajo el control de Eugene, mientras que Penelope simplemente no tenía más opciones.

“Por qué tú... tú...”. Penelope podía sentir su ira subiendo a su cabeza en este momento y casi se desmaya por el mareo. Su asistente se había acercado para sujetarla.

“Ya es bastante malo que vinieras aquí para sabotear el funeral de Simon, Sharon. Ahora, también has traído a la familia Newton. ¿No estás intimidando a la familia Zachary al hacer esto?”. Ella no pudo evitar regañar.

“No estoy aquí tratando de sabotear nada. Simplemente te estoy impidiendo seguir con este funeral. ¡Simon no lo necesita!”, replicó Sharon.

“Ja… De acuerdo, está bien. Ya lo veo. ¡Te niegas a dejar que Simon descanse en paz! A partir de a