Sebastian dijo que quería comer pasta, así que Simon los llevó a un restaurante de pasta y les consiguió una habitación privada.

Sharon sintió que su garganta se estaba secando recientemente y ordenó una pasta carbonara para ella, evitando cuidadosamente cualquier cosa picante.

Riley ordenó todo lo que estaba disponible en el menú. Sabiendo que Simon les estaba comprando la comida, sería una falta de respeto si ella no intentaba aprovecharse de él, ¿no?

Sharon estaba algo agradecida de que Riley viniera con ellos. De lo contrario, tendría que sentarse durante toda una comida incómoda con Simon y Sebastian. Después de todo, ella lo había enfurecido hace unos días.

Sharon puso con cuidado la pasta en el plato de su hijo. Sin que ella se diera cuenta, el hombre a su lado también estaba poniendo comida en el plato de ella en silencio.

Riley los observó durante un rato antes de estallar en una ola de irritación. “Si hubiera sabido que esto iba a suceder, hubiera traído a alguien para q