Sintiendo que los labios del hombre estaban a punto de tocar los de ella, Sharon inconscientemente levantó la mano para cubrirse la boca. Por lo tanto, el beso del hombre aterrizó en la palma de su mano.

Las pupilas de Simon se oscurecieron levemente. Aún así procedió a besar su palma antes de volver a sentarse a su lado. Luego, frunció el ceño y dijo en un tono un poco disgustado: “Así que, aún me estás rechazando, ¿eh?”.

Hubo un parpadeo en los ojos de Sharon. Su mano aún estaba cubriendo sus labios. “No me has respondido todavía”.

El hombre la miró fijamente sin pestañear. La profundidad de su expresión haría que uno sintiera un escalofrío inexplicable recorriendo su espina dorsal.

Sin embargo, en el siguiente segundo, curvó sus labios en una sonrisa. “¿Quieres que repita lo que dije frente a Penelope? ¿O te gustaría que te dijera personalmente que no me casaré con otra mujer?”.

Lo que ella realmente quería era que él revelara sus verdaderas intenciones.

“Pero tú y la Señorita