Aun puedo sentir su penetrante mirada sobre mi, aun puedo sentir su cercanía y el rose de su piel.
―Hija, me gustaría hablar contigo ―escucho del otro lado de la puerta a mi padre.
―¿Tiene que ser ahora? ―digo apenas audible, pero se que me escucho.
―En lo posible ―cambia a un tono serio.
―Esta bien ―acepto sentándome en la cama.
―Es sobre la llegada al reino del rey Osmar ―me informa mi padre una vez que entro y cerro la puerta de la habitación.
―Me lo imagine ―murmure cabizbaja.
Mi padre se dirige hacia la ventana como pensando lo que me va a decir, eso es raro en el, porque este hombre siempre esta preparado para todo. El suspira varias veces como tomando valor para hablar conmigo y eso me hace notar que el tema de Osmar es muy importante, así que pensare bien lo que le responderé, porque creo que ahora tendré respuesta a lo que sucedió cuando lo lleve a su habitación.
Los minutos pasan y mi padre sigue sin hablar, eso me preocupa, siento que este es un tema profundo para el, y eso lo hace profundo para mi también supongo.
De repente la puerta de mi habitación se abre y por ella entra Osmar como si nada, y ahí me doy cuenta que mi padre lo esperaba a el.
―Nada costaba golpear ―murmuro.
―No necesito hacerlo ―se burla el maldito haciendo que lo fulmine con la mirada.
―No peleen por favor, después de todo ambos compartirán habitación ―dijo mi padre haciendo que lo mire horrorizada.
―No puedo creer lo que acaba de salir de tu boca padre ―me puse de pie escandalizada, porque a pesar de que el hombre esta muy bien, me rehúso a que me dirijan como un títere, mi padre no me crió así, y el lo sabe, por eso no entiendo porque esta haciendo esto.
―Es lo que toca hija ―me responde finalmente girándose para mirarme a los ojos,
―¿Entonces ahora viene el porque de todo esto? ―pregunto exasperada.
―Es todo un drama ―dice burlón Osmar, pero lo ignoro olímpicamente.
―Lo hago ahora porque siento que estas lista ―habla con pesar mi padre también ignorando al hombre que sobra en esta habitación.
―Me parece innecesario que estés aquí, ¿porque no te vas? ―le dije al hombre que siento sera mi perdición.
―Cálmate, todo tiene una explicación, solo escucha ―me responde desinteresado.
―No hay opción hija ―habla mi padre serio, cada vez que habla me deja mas confundida.
―Vamos, habla de una vez Tyrus, la estas confundiendo ―y por primera vez estuve de acuerdo con el idiota, pero el al ver que a mi padre le costaba tanto hablar decidió comenzar― todo inicio con la bruja que maldijo nuestra especie hace novecientos años, durante todo este tiempo estuvimos peleando por romper la maldición, y al final la solución era muy estúpida ―gruño lo ultimo― la maldición fue hecha porque una bruja se enamoro de un vampiro, el creyó amarla y le juro amor eterno, pero no era así, porque al final encontró a su amor, a la mujer que realmente amaría toda la vida sin importar cuantas pasaran por enfrente, porque así es el amor vampiro...
―Yo no quiero hacerlo ―le interrumpió mi padre haciendo que lo mire confundida.
―Tranquilo papa, sea lo que sea lo entenderé ―trate de darle confianza.
―Todo este tiempo estuvimos mal ―continuo Osmar haciendo que dirija mi vista nuevamente a el― pensamos que maldición se rompería matando a la bruja, o que solo ella misma podría romper, también tratamos de que otras brujas e incluso aquelarres rompieran la maldición, pero nada funciono, porque maldiciones como esas no son sencillas, pero la solución si lo es, porque es lo mas difícil de encontrar.
―Sigo sin entender, ¿encontraron la solución cual es? ―pregunto ansiosa.
―No te podemos hablar de eso, no aun ―interrumpió mi padre y automáticamente lo mire enfadada, muy enfadada. Mire a ambos hombres a los ojos y me di cuenta que realmente no me dirán nada, los voy a matar no me pueden hacer esto, me acaban de dejar demasiado desconcertada. ―No es que no queramos, no podemos decirte Evelyn ―volvió a hablar mi padre, pero esta vez muy afligido. ―Lo lamento ―se disculpa Osmar y de verdad parece sincero. ―Esta bien ―fuerzo una sonrisa. Ambos asienten poco convencidos pero lo dejan pasar, al menos entienden que es difícil para mi saber todo a medias cuando claramente estoy involucrada, pero entiendo que están siendo muy prudentes con este tema y tal vez en algo afecte que yo sepa lo que tanto esconden y además tanto les costo descubrir. ―En este momento eres mi prometida ―llama mi atención Osmar haciendo que me tense porque llegamos al tema del que creí que hablaríamos. ―¿En este caso puedo saber algo?, por ejemplo el porque ―trato de hacerme la que n
―¡No lo puedo creer! ―grita Abigail y casi me deja sorda. ―¡Dios! No exageres ―digo irritada. ―Es que como me puedes decir que exagero después de lo que me contaste ―responda abrumada― ¿y si investigamos por nuestra cuenta para saber que es lo que no te quieren decir? ―Novecientos años les llevo descubrir lo que sea que no me quieren decir, ¿crees que no lo ocultan bien? Al parecer es de demasiada importancia que yo no sepa de que se trata. ―Entiendo... ―dice pensativa― pero en fin, te casaras, eso es genial, debemos preparar todo, no todos los días se casa la princesa de Cálpato ―acaba emocionada, ojala yo estuviera igual que ella. ―Me gustaría saber mas como es Osmar antes de casarnos, y que el me conozca ―suspiro. Mi amiga se acerca a mi y me da un abrazo comprensivo, ella sabe lo que siempre espere para mi, y ahora todo tomo un giro demasiado grande. ―A pesar de que no estén enamorado sabes que los vampiros respetamos mucho los matrimonios, así que tu seras tratada como la r
Mi cabeza daba vueltas, no dejaba de pensar en que me casare de cuatro semanas con Osmar, aun no me lo puedo creer, todo el tema de la maldición me dejo desconcertada, no por un momento había pasado por mi mente que tendría algo que ver con todo este asunto, a decir verdad me encuentro vulnerable ya que no estoy informada de nada de lo que se trataba todo este asunto. ¿Sera que nos enamoraremos? No quiero vivir un mal matrimonio, pero confío en mi padre, el no haría que pase mal, siempre me dijo que quería lo mejor para mi, y el esta seguro que este lo eso, así que confío ciegamente en el. Supongo que ahora ya no me sentiré tan sola, veré el mundo junto a alguien, tendré apoyo. ―Ya deja de pensar tanto ―su voz me sobresalto, ¿que hace ahí?. ―¿Acaso en Neruda no tocan la puerta? ―enarque una ceja. ―No vengo con intenciones de discutir ―suspiro. ―Parece que buscar hacerlo ―le hago un ademán para que se siente. Pronto nos casaremos así que ambos debemos acostumbrarnos a la manera de
―¡Bien! Debemos comenzar ya ―mi amiga comienza a dejar un montón de muestras sobre mi cama, son tantas que me hacen sentir abrumada y ni siquiera hemos comenzado. ―Son... tantas cosas, no se que hacer ―dije abrumada. ―Tranquila chica, aquí me tienes, soy la mejor del mundo organizando fiestas y lo sabes, una boda no es tan diferente ―hablo alterada, y aunque es cierto que es la mejor organizando fiestas, no es lo mismo hacer una boda de este nivel en un ínfimo tiempo, además de que hay que tener en cuenta los gustos de Osmar, yo no lo conozco nada como para tener una idea de sus ideas, tal vez podamos usar la boda para comenzar a forjar un vinculo entre nosotros y así comenzar el camino a amar a la otra persona. Como envidio a los que no tienen la maldición, que pueden amar sin problemas, los que saben que se siente, porque al final de cuentas, es un sentimiento que no sabría describir o si lo estoy sintiendo, es tan confuso todo, ojala hubiera nacido antes de la maldición― vuelve a
¿Como pudimos olvidar que Octavio se encontraba allí? ¡Que hicimos!, mi padre va a matarme, bueno, no es que sea algo malo, pero no era necesario que nos vieran así. ―¡¿Porque me besaste frente a Octavio?! ―pregunte histérica haciendo que Osmar me mire sorprendido. ―No parecías disgustada cuando me correspondiste ―me respondió burlón con una sonrisa ladina que me haría babear sino estuviera tan cabreada. ―Si, pero... es que... agggg... ¡Idiota! ―refunfuñe empujándolo haciendo que ría, pero no se movió nada y no me dispendioso con su gran físico. ―Mantente alejada de Octavio, un hombre despechado es peligroso ―quedo serio de repente. ―Pensé que tal vez podíamos ser amigos ―dije dudosa haciendo que frunza el ceño. ―No puedes ser su amiga ―dijo molesto. Lo mire asombrada, ¿acaso esta celoso?, de nuevo, y me gusta verlo perder el control por mi, no lo se, es algo masoquista que hay en mi. ―Que bueno que los encuentro ―aparece mi padre. ―Estábamos hablando algunas cosas de la boda
Cuando llegamos al comedor mi padre ya no estaba esperando, aun no comenzaba a cenar, al parecer nos estaba esperando, así que llegamos a muy buena hora, pero podíamos haber llegado antes sino fuera por mi intensa amiga, cosa que por la mirada de mi padre ya se lo esperaba, el la conoce también a Abi. ―Tranquilos, conozco a Abigail lo suficiente para saber que ella es la total y absolutamente responsable de su demora ―hablo mi padre mientras nos sentábamos. ―Sino hubiera sido porque Osmar finalmente se canso de ella seguiríamos allí ―hable cansada, apenas llevamos un día y ya estoy así, sera inevitable no acabar muerta con tanto ajetreo. y además Osmar quiere que conozca su reino antes de la boda, dios, tantas cosas y tan poco tiempo. ―A pesar de su intensidad, me agrada que Evelyn tenga ayuda ―interviene Osmar mientras comenzamos con la cena a la que al parecer Abigail no vendrá, al menos espero que libere mi habitación. ―Para tu mala suerte querido Osmar, Abigail no deja ni un mo
Confundida y con la mente hecha un lío me adentre a mi habitación, la cual parecía que había pasado un huracán por ella, no pude evitar sentirme descolocada, ya que después del raro momento vivido hace un momento, solo quería recostarme en mi cama y al menos por unas horas olvidarme de todo lo ocurrido en conjunto el día de hoy. Para mi desgracia mi querida amiga estaba loca con todas sus ideas allí mismo, ya habían pasado horas desde que comenzó y eso me parece que es demasiado trabajo para que haga todo en un día, pero se que no podre hacerla entrar en razón sin que discutamos, y no pretendo pelear con nadie por un largo rato. Estaba inmersa en mis pensamientos que no note cuando mi amiga se había parado frente a mi mirándome fijamente como si tratara de leer mis pensamientos mas profundos. Estoy segura de que no debo tener muy buena cara, porque apenas cruce la puerta todo el ajetreo me paso factura y debo tener un semblante destruido. ―No pareces alguien que se casara con el rey O
A pesar de que anoche estaba agotada, después del raro sueño que tuve, no pude dormir. ―¿Abigail no te dejo en paz anoche que te vez tan cansada hija? ―habla mi padre mientras desayunamos los cuatro. ―Yo estuve en su habitación para conocernos un poco mas hasta tarde en la noche ―responde Osmar dándome una mirada que no logre entender, además de tampoco porque no había dicho sobre mi exsaltacion, pero una buena pregunta es que hacia junto a mi. ―Yo estuve con ella hasta antes de que se fuera a dormir ― interviene confundida mi amiga. ―Llego apenas saliste ―miento, y se que ella lo noto, es que me conoce demasiado bien, hasta me atrevería a decir que me conoce mas que yo misma. ―Claro... ―responde poco convencida. ―Espero que mi hija siga siendo una niña hasta que se casen ―pide mi padre haciendo que me sonroje y Abi suelte una risa burlona― eso va para ti también Abigail ―y esta vez la que ríe burlona soy yo. Por suerte mi amiga se tomo bastante bien sobre que se casara con un n