POV : MAXIMUS.
―Está muerto… yo mismo le arranqué la última gota de vida con mis manos y enterré su corazón en lo profundo del mar…Mary, con la mirada brillosa por la insinuación de esas lágrimas que no podía contener, levantó el rostro y me miró con una emoción que le cerraba la garganta y no le dejaba hablar.―¡Eres un cabrón Max! ―espetó secando la lágrima de su rostro― Aún no entiendo cómo es posible que seas capaz de hacer algo así.Su voz se escucha quebrada y melancólica. Una sensación de devastación emocional se comunica en sus palabras.Río y disfruto, sus palabras de confusión y desconcierto son combustible para mi ego. Esa era justamente la reacción que estaba esperando de ella.Lo he logrado. Sigo teniendo el don; sigo siendo Dios, el dios de mi propio mundo de amor y deseo.Acabo de escribir una nueva historia que se convertirá en oro literario, estoy seguro. Un nuevo Best Seller viene en camino.―Es sencillo, hermanita ―le dije, al tiempo que llené mi vaso de ese buen whisky escocés que mi garganta me pedía a gritos― solo canalizo todo lo que aprendimos del amor gracias al matrimonio perfecto de papá y mamá y le doy a ellas justo lo que quieren leer.Mary asiente con una mirada burlona y una mueca de negación en su boca.―Lo cuentas como si fuese sencillo.―Para nada, no es nada sencillo ser el dios del amor para tantas personas en el mundo ―el gesto de abrir las manos de manera humilde solo sirve para restarle humildad a mi afirmación.―¡Cabrón! ―sentenció Mary, quién me conoce a la perfección desde toda la vida y sabe que es lo que en verdad quiero decir― recuerda que conmigo no es necesario el personaje.Ella es mi hermana menor, pero también es quien me cuida como a un niño desde que dejamos el campo para enfrentarnos a la vida de la ciudad: Yo como un exitoso escritor, ella como mi conciencia ambulante.El sol se está poniendo en el horizonte, dejando que sus últimos rayos dorados se desvanezcan lentamente atravesando los cristales de mi estudio en la mansión de turno en las afueras de la ciudad. Me recliné contra el espaldar de mi silla de terciopelo haciendo un nuevo esfuerzo por disfrutar de esa vida de playboy supermillonario que me había ganado con tanto esfuerzo.No tengo otra manera de ocultar mi verdadero dolor.Mis lectoras obsesionadas me conocen como Cupido, para mi hermana soy simplemente Max. Para la opinión pública soy Maximus Bennett, un escritor exitoso y admirado; para mi hermana solo soy el engreído que ha triunfado con mucha suerte.Que tierna Mary, mi agente y mi principal hater al mismo tiempo.Esa tarde estar sentado frente a mi escritorio era lo mejor que me podía pasar. Mi estudio era mi mundo donde podía ser quien en verdad era. Aquel era un espacio lleno de estanterías repletas de libros que eran un refugio donde podía sumergirme en mis historias y desconectarme del mundo exterior.Sin embargo, aquel día, Mary no había irrumpido mi pacífico retiro solo para llorar al escuchar el final de mi próximo éxito de ventas que recién estaba terminando de pulir, sino que se presentó con una propuesta que me sacudió de inmediato por lo descabellado que era el asunto.—Max, tengo una idea fabulosa―, dijo Mary con entusiasmo mientras saca su teléfono para mostrarme una publicidad―. He pujado a tu nombre en una subasta benéfica y ¿Qué crees? ¡Ganaste!Le miré confundido y sin un ápice de ánimo. Esas ideas suyas a menudo eran así de espontáneas y alocadas. Mary tenía la suerte de ser mi hermana, por lo que me veía en la obligación de tolerarla, aunque no soportara en lo absoluto esas ideas impulsivas que se le ocurrían cada cierto tiempo.―Si no gano otra botella como esta maravilla ―le digo señalando la botella cuyo contenido esta pronto a terminarse― el premio entonces no me interesa.―Claro que te interesa estúpido, es algo que mantendrá tu nombre en boca de todos.Guardé silencio con detenimiento mientras hacia el esfuerzo de recordarme que gran parte de mi imagen pública se la debía a ella; Mary había tenido mucho que ver en la construcción de “Cupido”.―Habla.Mary se acomoda el flequillo detrás de la oreja y sonríe fingiendo timidez ―El premio es una cita a ciegas para ti.Conteniendo la decepción levanté la vista de mi escritorio, frunciendo el ceño.Las citas a ciegas no eran mi estilo. Prefería la tranquilidad de una conquista segura, de preferencia de una sola noche y con alguna chica linda o una celebridad; siempre iba a preferir eso en lugar de sumergirme en el juego de las relaciones verdaderas, pero Mary, con su chispa característica, continuó animada, contándome su plan.―No puedes seguir ocultándote detrás de la fama y el éxito Max ―replicó Mary―. La gente necesita verte, verte de verdad; La gente necesita verte interesado en el amor y en la vida, no solo en tus libros… las encuestas están hablando: La gente quiere a un Cupido menos “dios” y más “humano”.Suspiro, dándole a mi hermana una mirada resignada. Muy en el fondo yo sabía que en parte ella si tenía razón. La imagen que proyectaba al público era importante para mi carrera y una cita a ciegas podría ser una forma de mostrar que “Max” no solo era un escritor exitoso, sino también un hombre con una vida emocional plena: Un hombre que vive lo que escribía.—Está bien, Mary, si la gente quiere ver algo diferente al Cupido conquistador y libre, entonces le daremos a un “Max enamorado”―sentencié con desgano, al final de cuentas todo sería una mentira.Mi vida era eso, una gran mentira, yo no creía en lo que escribía y en el amor, para mí el resultado era siempre el mismo: Derrota.Me levanté despidiéndome de Mary para regresar a mi habitación. Pasé directo al baño tratando de borrar la sonrisa de mí hermana de mí memoria, pues en la tina me espera una rubia a la que le haría el amor un par de veces antes de despedirla, luego de romperle el corazón sin piedad con una sola frase: No eres tú, soy yo.Sacudí la cabeza para no pensarlo tanto mientras me quitaba la ropa para hacerle compañía a la rubia.Tal vez Mary tenía razón.(…..)Al día siguiente me encuentro vestido con mi mejor traje de diseñador italiano, repasando mentalmente porque aquello era una buena idea, listo para bajar de mi coche y entrar al restaurante.A pesar de mi renuencia inicial, estaba decidido a hacer de aquella noche algo memorable. Llegué al imponente restaurante que Mary me había indicado y tal como ella lo había dicho, un par de reporteros esperaban junto a la puerta. (seguramente ella misma había filtrado la información)La seguridad del lugar intervino y solo permitió que me hicieran un par de preguntas y les conceda una foto. El plan funciona, tal como Mary lo dijo.Entonces soy conducido hasta una mesa reservada en la esquina del comedor, con vista a la ciudad iluminada. El Salón es amplio y elegante. Hay varias mesas en el espacio, pero lo suficientemente alejadas para que cada una tenga un aura de privacidad.―Perfecto… ella es una impuntual ―susurré con sorna mientras le marcaba a Mary.―¿Qué tal la chica? ― de inmediato me acribilla la pregunta, apenas se establece la comunicación.―Ni siquiera ha llegado… esto tiene mala pinta.―No comas ansias, Max… tal vez sea una mujer guapísima, inteligente y bondadosa.―La mujer perfecta para ti ―le digo sin pena.―Sabes que si ―me responde Mary, para quien se ha vuelto costumbre el tono melancólico―, lamentablemente no todos tenemos “tu suerte” en el amor.Una risita se dibuja en mi rostro, más por vergüenza que por cualquier otra cosa.Me da un poco de tristeza que mi hermana no tenga suerte en el amor, pero es su culpa por idealizar a la mujer perfecta y no darle la oportunidad al ejército de chicas que le coquetean a diario.―Tal vez esta cita a ciegas debió ser para ti.―¡Cabrón! ―Me lanza su característica despedida, antes de dejarme remarcado un regaño soberano―… no lo arruines, ya en las redes sociales están las primeras reacciones de tu arribo al restaurante… las cosas están saliendo bien.―Perfecto… Crucemos los dedos por una pelirroja ―le digo riendo y termino la llamada.Dejé salir el aire de mis pulmones mientras mi espalda se acomodaba en la silla y estaba a punto de llamar al mesero para pedir un vaso con whisky cuando escuché pasos acercándose desde mi espalda.De manera extraña sentí cómo la expectativa comenzaba a tomar forma. Giré la vista y a medida que las luces tenues del restaurante iluminaban la figura que se acercaba, sentí cómo mi corazón latía con fuerza en mi pecho antes de abrir la boca para expresar mi jodida sorpresa.―¡Pero miren quién está aquí!POV : SAVANNAH. — ¿Esto es una broma?.— No puedo evitar que mi voz se eleve al responderle a Leanna. Pero me despierta con una llamada diciendo.— ¿La cita a ciegas? ¿Hablas en serio? Creí que te había dicho que pujaras por algo útil. El viaje a Hawaii o el Spa. Algo que pudiera pasarle a un cliente. No esto. Esto es una tontería. — Solo pensamos que te vendría bien tener una cita de nuevo. — Suspiro. — Ya ha pasado una eternidad desde la última vez. — Me sentí avergonzada, porque quiere decir que las chicas no me creyeron lo de mi cita en mi cumpleaños. — Leanna, es claro que te dejaste influenciar por Madison y Zoe. Pero la razón por la que no tengo citas es porque no tengo tiempo. — Oh, vamos, eso solo es una excusa y lo sabes. Además podría ser muy divertido. — Se rió. — O también un desastre. — Le recuerdo.— — Tu última cita no estuvo tan mal. — Mi boca se abrió al escucharla. — ¿No estuvo tan mal?.El hombre se presentó al restaurant en shorts y sandalias ad
POV: MAXIMUS. ―¡Esto tiene que ser una jodida broma! ―exclama ella riendo sin control.―¡Mary!… deja de reírte… Joder.Mi hermana no dejaba de manifestar con su sonrisa ancha y sus ojos entrecerrados a punto de las lágrimas, lo mucho que le divertía verme en una situación diferente para variar.«Cupido nunca falla en el amor»La imagen no me abandona desde la noche anterior. La bruja pelirroja dejándome con la palabra en la boca y la erección en mi pantalón; definitivamente es algo que no voy a olvidar con facilidad.Fue un bochorno total lo que me tocó hacer para escabullirme del restaurante sin que el asunto se hiciera público. Lo que menos necesitaba era un rumor de ese tipo rondando en los medios. Entonces me tocó huir.«Cupido falló en el amor»Imposible.Y es que nadie de ninguna manera podía haber anticipado nunca un desenlace así. Una cita a ciegas que terminó conmigo subiendo a escondidas a mi coche para largarme del lugar. El cierre tenía tintes de comedia: Yo derrotado y c
POV : SAVANNAH. El amor y el odio son versiones difusas que comparten un mismo juego dónde cada participante desea ganar a toda costa. Solo de pensar en esa persona se te remueven las emociones, el corazón se acelera, pierdes el apetito o sueño, la indecisión te consume y tienes miedo. ¿Por qué? Por tu corazón, por tu ego, por tu estabilidad mental. Es un juego que muchas veces no requiere palabras y es terriblemente inmaduro. Lo primero que hay que saber es que entre Maximus Bennett y yo, no puede existir ningún otro sentimiento que no sea odio. Sí. Odio puro del que carcome tu alma por dentro. Él había cruzado una línea y detrás de esta, una declaración de guerra venía con ella. Sin importar lo que había sucedido en aquella cita, el imbécil de Maximus, a partir de ahora se había convertido en mi enemigo. — ¡Savannah, espera! ¡Cálmate! — Salí de aquella sala de juntas prendida en llamas. Leanna junto con Joe, trató de detenerme, pero estaba tan enojada que no podía permane
POV : MAXIMUS. ―Debes hacerlo Max. ―el jefe estaba decidido a convencerme, pero yo no estaba dispuesto a caer en su juego.—Mary también trató de convencerme Jarred, pero lo siento, Yo no voy a iniciar una relación con la bruja escarlata solo porque a ustedes les salga del culo. Así no funcionan las cosas.Jarred se recostó contra el respaldo de su silla como si se diera por vencido. Su mente de tiburón no dejaba de maquinar las posibilidades matemáticas de todo aquello. Su cerebro de calculadora no se detenía de calcular.―¿Y cómo funcionan las cosas según tú?Yo me puse de pie. Estaba fastidiado. Del otro lado del edificio, Murray también estaba en una reunión privada con la bruja, seguramente negociando la misma propuesta que Benton me estaba planteando.Bufé para calmarme.―Déjame hacerlo a mi manera ―le dije―… sé que ustedes, tú y Alfred, ya pactaron esto y no seré yo quien arruine las cosas… pero no se metan en mi juego, se los advierto. Esa bruja me las va a pagar y si voy a t
POV : SAVANNAH. — Puedes sentarte Savannah. — Alfred me había solicitado hablar en privado, luego de todos mis inconvenientes con Maximus. — Quería hablar contigo, porque tengo una propuesta que hacerte. — Fíjate que yo también quería charlar contigo Alfred...¡Quisiera dejar mi trabajo a partir de hoy! — Declare enojada, sus labios se curvaron en una sonrisa pero no alcanzó a reírse. — No voy a liberarte de tu contrato laboral, aún te quedan 730 días hábiles, es decir; 17520 horas de trabajo. Además, justo ahora es que te necesito más que nunca, Vannah. — Sirvió un vaso de agua y me lo tendió. — Tu serás beneficiada si accedes a cooperar. — Me incorporé en el asiento, completamente intrigada. — Te escucho.— Bueno, en primer lugar necesito que me ayudes a mantener mi puesto como director general, Benton es una figura imponente dentro de la industria y yo quiero estar a su nivel.— Añadió sin dejar de mirarme, podía deducir que era un asunto importante para él. — ¿Quieres
POV : MAXIMUS. ―¿No crees que te estás comportando como todo un bastardo?La pregunta de Mary no tenía la intención de hacerme enfadar. Ella era así, directa y concisa, muchas veces sin prestar atención a si sus preguntas o comentarios estaban fuera de lugar, ella vivía como repitiendo las palabras de Maquiavelo: «El fin justifica los medios», tal vez lo hacía así por tener tanto tiempo en abstinencia forzada. Comenzaba a pensar que mi hermanita tenía el mismo problema que la brujilda.―¿De qué estás hablando Mary? Simplemente, le estoy devolviendo el favor.―¿Pero una amonestación de recursos humanos? ―negó ella mientras removía el resto de la comida en su plato―… creo que no estás llevando las cosas de la manera adecuada.Cuando Mary me invitó a almorzar juntos esa tarde, jamás pensé que lo hacía para someterme a un paredón de fusilamiento. No estaba de ánimos como para tener que aguantar sus sermones de esa manera.―Sabes que no estoy llevando esto de ninguna manera Mary, yo solo
POV : SAVANNAH. [Parte I] Actualicé mis mensajes por enésima vez, ya era fin de semana y me sentía frustrada, seguramente todos mis compañeros tienen planes para divertirse o pasarla con sus seres amados y yo me encuentro nuevamente sola en mi departamento igual que cada fin de semana durante los últimos meses. Papá había llamado unos días antes para invitarme a un evento formal en su mansión, trate por todos los medios de ocuparme o inventar cualquier pretexto que me impidiera viajar este fin de semana pero no tuve éxito. Incluso Madison y Zoe me abandonaron para irse a pasarla con sus parejas. Reproduje una nota de voz de Zoe que había llegado al instante. «Para mi pequeña y solitaria Savannah.»P.D: Guardalo para el viaje de mañana.Cuándo sepas lo que es vas a quererme y agradecermelo mucho.Seguramente es una estatuilla de golondrina con un mensaje positivo que compro en alguna tienda de regalo. Casi siempre me daba lo mismo (Solo que de distinto color).Tomé la caja forra
POV : SAVANNAH [Parte II] * * * * * * * Me di la vuelta para que no pudiera reconocerme, casi corriendo hasta la mesa de postres para esconderme detrás de una torre de chocolate. — Quiero agradecerles a todos por acompañarnos en esta celebración. — Vi como Maximus se movía sin esfuerzo en la pequeña plataforma. Todas las mujeres que lo veían se sonrojaban. Yo hice todo lo que pude por apartar la mirada pero no resistí. Estaba muy sexy con su traje gris y su corbata plateada. «Él sabía que llamaba la atención» Que descarado...Después de hacer el tipo discurso lamebotas a todos los ejecutivos, mi padre se acercó a él para darle un apretón de manos, era el momento de partir un precioso pastel.— Pueden prestarme atención. — Dice mi padre. Hubo un ligero aplauso.— Está noche no seria nada sin la presencia de mis hijos así que antes que nada quiero pedirles un aplauso para ellos. — Mi corazón latía a un ritmo traicionero. Luke y Maddox saludaron sin ningún problema pero yo s