Tiempo después aún se encontraba sumergido en el éxtasis pre orgásmico, mientras se recuperaba, después de haber tenido el mejor orgasmo en un muy pero muy largo tiempo. Se juró que la próxima vez que volviese a hacerlo, sería en lo más profundo de Annett y con una sonrisa en los labios después de haber limpiado sus fluidos y cambiado sus ropas por algo más cómodo, calló en un profundo sueño.
— Así que... ¿estoy atrapada aquí, por causa de la nevada y hasta cuándo exactamente permaneceremos acá?— Hasta que la nieve se haya descongestionado del camino. Unas pocas semanas a lo sumo. ¿Ya estás aburrida de mí, pequeña Ann?— Sabes que no, pero tengo una fecha tope para entregar mi trabajo —rió y le dio un ligero puñetazo en su musculoso hombro mientras hablaban. ¿Está perdiendo peso?, se preguntó. Había parecido mayor los primeros días después de su enfermedad. Habiendo perdido peso o no, era ciertamente espectacular con su espeso pelo rubio y sus vibrantes ojos verdes, un auténtico dios nortico. Nunca había visto un hombre más atractivo. — Pero tú puedes cansarte de tenerme todo el día alrededor. No estás acostumbrado a tener a alguien pegado a tus talones aquí, en medio de ningún sitio.— Nunca podría cansarme de tener tu compañía, no importa cuánto estés pegada a mis talones, nunca será suficiente—sus palabras fueron bromistas y ligeras, pero sus ojos estaban oscuros con una profunda pasión. Los ojos de predador se deleitaron en ella, devorándola por completo.En la semana pasada después de su recuperación, Ann había permanecido con Nikolas esperando porque la temprana e inesperada tormenta de nieve se agotase. No había teléfonos ni electricidad allí, y aunque Nikolas le había dicho que vivía sólo a unos pocas Kilómetros de distancia del pueblo, estaban prácticamente incomunicados del mundo exterior. Al menos hasta que la nieve se derritiese un poco del camino. Habían disfrutado de una rápida y cómoda amistad, y ninguno había mencionado las caricias y los besos robados entre ellos aquella primera noche. A veces Annett se preguntaba si todo habría sido un sueño apasionado y casi podría llegar a creerlo así. Hasta que en momentos como aquel, cuando los ojos esmeralda de Nikolas ardían con un hambre reprimido. Entonces recordaba cada beso, cada toque y se estremecía con renovado deseo. Aquel hombre que estaba ante ella le gustaba muchísimo. Podía ser amable y gentil, tanto como divertido y pensativo su sueño mas salvaje y apasionado todo junto en un mismo paquete pero eso no aliviaba el n misterio que para ella encerraba este hombre, pero aún después de un tiempo tan corto junto a él se sentía como si lo hubiese conocido durante toda una vida. La hacía reír, la hacía pensar, y nunca pedía nada a cambio más que su amistad. Nikolas le había salvado la vida y ella estaba muy contenta por eso. De otro modo, nunca lo podría haber conocido. Pero a veces...La intranquilizaba. Como la manera en que podía quedarse sentado inmóvil durante horas, sin apenas parpadear. La había observado de aquella forma durante los últimos días en que había estado acostada en cama. Excusaba su fija y vigilante mirada recordándose a sí misma que era un verdadero hombre del bosque, aislado de la sociedad civilizada y no acostumbrado a otras personas, y había intentado acostumbrarse a su mirada. La forma en que se movía la intranquilizaba más que cuando estaba quieto. Sus músculos eran tan fluidos que se movían con gracia casi inhumana. Y era rápido. A veces ni siquiera podía ver sus movimientos. En aquellos momentos, volvía a recordarse su duro estilo de vida de este lugar, y se decía internamente que esta vida que Nikolas vivia seguramente le había vuelto más fuerte y rápido debido a un agotador trabajo. Aquellos recuerdos la ayudaban a ignorar cualquier inquietud que sintiese cuando parecía un poco...extraño.En aquel instante, la estaba mirando tan fijamente que casi olvidó de qué estaban hablando. De pronto quiso saber más sobre él …….Se aclaró la garganta y se atrevió a preguntarle.— ¿Tienes familia cerca?— Sí. Tengo muchos familiares en el pueblo. —Dijo, sus ojos sin vacilar sobre su cara— ¿Qué hay de ti? ¿Dónde está tu familia?— OH, no tengo. El abuelo era el último de mis parientes.— Ah, sí, aquel sobre el que me hablaste. —Su acento era espeso y jugaba sobre ella como una cariciaLos ojos de él parecieron suavizarse un poco.— Querías escapar. De su muerte y de tu soledad, ¿no? Por eso esparciste sus cenizas en el bosque y querías continuar trabajando para no recordar….Ella apartó la mirada.— Sí. ¿Cómo lo adivinaste?Lo volvió a mirar, inexplicablemente curiosa por su respuesta. Se encogió de hombros, los firmes músculos ondeando bajo su camisa.— Puedo verlo en tus ojos, la soledad. Querías a tu abuelo, y ahora que se ha ido no tienes otra familia. Ahora estás sola.Annett bajó los ojos, y miró sus manos apretadas con fuerza sobre su regazo.— Sí —Estuvo de acuerdo quedamente.— Así que viniste aquí para olvidar tus preocupaciones por un tiempo. Es algo bueno. —dijo él suavemente, su espeso acento en un murmullo.Ella sonrió.— Y he conocido un buen amigo, eso es algo bueno también. —agregó.Él se quedó inmóvil. Sus ojos esmeraldas perforando los suyos.— Sí, es algo muy bueno.* * * * *Más tarde, recogieron leña para la larga tarde que tenían por delante. El pesado abrigo de Annett, cogido prestado del armario de Nikolas, la cubría desde la cabeza hasta los pies, pero el viento seguía siendo frío y cortante. Cuando se había caído por el barranco, su mochila contenía dos mudas de ropa, aunque ninguno de los artículos era lo suficientemente abrigado para aquel clima nevado. Le alegraba que él fuese un hombre tan grande, y que su abrigo mantuviese la mayor parte del viento fuera. — ¿Dónde conseguiste la leña? ¿Este bosque no está protegido debido a su edad? o bueno eso lei antes de venir aca...Nikolas gruñó.— Esta parte del bosque no. El gobierno no tiene deseos de salvar todo el Viejo Bosque. Sólo conservan algunas areas principlamente aquellas donde habitan las especies en peligro, esta area es bastante remota por lo que el gobierno no muestra interes y mientra respetemos la naturaleza ella siempre nos cuidara.— Pero la mayoría de estos árboles son centenarios, incluso hasta tienen miles de años. ¿Los aldeanos y tú no los taláis para hacer leña? —su voz estaba horrorizada. Ella y su tío habían pasado sus vidas intentando prevenir cosas así con sus esfuerzos de conversación y la proteccion de la vida salvaje.— ¡No! Uso los árboles jóvenes, con la madera joven y enferma, vida a los árboles grandes siempre estara segura con mi gente. —Cortó el aire con la mano, una expresión apasionadamente rusa. — Estos árboles no podrían ser reemplazados, ademas mi pueblo tiene la costumbre de cuando un bebe nace los padres siembran un arbol y el pequeño debe de cuidarlo toda la vida ya que este se vuelve su confidente y cuando tu ciclo de vida termina este se vuelve tu remanete y descansas en el.Hubo un momento de silencio. — Siento haber dudado de ti. —Ella sonrió y le lanzó una bola de nieve a la cabeza.Nikolas farfulló indignado cuando la bola de nieve lo alcanzó. Con un gruñido tiró el montón de leña que había recogido y alargó la mano para hacer su propia bola de nieve. Annett rió y comenzó a correr, resbalando en la nieve suelta. Con sólo dos pasos, Nikolas la atrapó. — ¿Por qué has hecho eso? ¡Creí que estábamos teniendo una pelea de bolas de nieve, no jugando a fútbol americano!Él ladeó la cabeza a un lado, un cautivador rasgo que había notado que hacía cuando estaba juguetón o curioso. — Pero corriste.— Claro que corrí, tonto. ¡No voy a quedarme quieta simplemente y esperar para que me golpee con unabola de nieve !— Pensé que corrías por que querías que te persiguiera. ¿No quieres jugar a que te persiga?— Bueno, yo... no creo que haya pensado en eso.Qué pregunta tan rara. De pronto fue muy consciente de su peso presionándola. Su cálido aliento jugaba sobre su cara, y se encontró cautivada por la belleza salvaje e indomable que de el emanaba.— Bueno yo...hago esto durante un tiempo cuando atrapo mi presa.Con aquellas palabras todavía sonando en el aire entre ambos, descendió súbitamente y la besó.Era el primer toque íntimo entre ellos desde la noche en que había despertado de la fiebre. Recordar y soñar con aquellos primeros besos había consumido cada pensamiento y la realidad era aún mejor. Él sabía al aire salvaje y a oscuro deseo. El beso aumentó en calor y pasión. Sus respiraciones se estremecieron en el interior de la boca del otro, mientras sus lenguas se batían en un baile tan viejo como el tiempo.El pelo de Nikolas le hizo cosquillas , su suavidad era como la de un pelaje exótico. La nieve y el frío quedaron olvidados cuando sus brazos enredaron a su alrededor para atraerla más cerca de el. Las caderas de ambos se pegaron como queriendo iniciar el baile mas viejo de todos los tiempos. Él gruñó dentro de su boca, un sonido animal de necesidad. Apartándose de ella, miró profundamente dentro de sus ojos aquella quietud repentina que poseía se abatió sobre él. Pasaron algunos minutos mientras jadeaban sobre la cara del otro.. — Te deseo —Su voz fue un sonido gutural.— Yo...yo también te deseo —Admitió ella.— Entonces, te tomaré.Sus ojos resplandecieron con las palabras, se puso rápidamente en pie con ella asegurada en sus brazos. Él era muy, muy fuerte. Ella era como peso pluma entre sus fuertes brazos. Su corazón se aceleró con excitación. Veloz y seguro la llevó hasta la puerta de su casa de madera, abriendo la puerta con el pie, sin parar hasta que llegaron a la c
Una semana más tarde...Una voz resonó en su oído— Te deseo otra vez. Ahora Ann se despertó de su agotado sueño mientras la gruesa verga de Nik la empujaba desde atrás— Lo hicimos cuatro veces anoche. Estoy cansada —protestó, aun cuando al mismo tiempo su cuerpo despertaba a la pasión que el apetito de él provocaba dentro de ella.Los dientes de él mordieron tiernamente la blanda carne entre su cuello y el hombro. Parecía disfrutar mordiéndola, y a ella ciertamente le gustaba también. Ella se humedeció aún más, y luego terminó por mojarse, mientras él le levantaba una pierna y la ponía por sobre sus caderas. Esto la abrió completamente para él, y la cabeza de su verga resbaló en ella.— Puedes descansar más tarde. Te necesito ahora, no puedo controlar lo que estoy sintiendo. Lucho constantemente con la necesidad... —Sus palabras fueron rudas como si luchase por controlarse. Sabía que ella probablemente estaba demasiado delicada luego de haber hecho tantas veces el amor
Ella se quedó sin aliento. No dolorida, como había esperado, pero sí envuelta en un éxtasis abrumador. Su sexo estaba absolutamente repleto el ángulo en el cual la penetraba lo ponía en contacto con todos los lugares secretos, placenteros y maravillosos en su interior.El placer y el dolor la mareaban, sus manos, su boca y sus dientes estaban en todos los lugares que podían alcanzar, su verga tan profundamente en su interior que ella sintió de pronto como si se hubiera dividido en dos. Un gemido agudo y animal sonó repetidas veces, y Annettse percató que el sonido salía de sus propios labios.— ¡Ooooh, Ooooooh, Dios, Sí No te detengas! Asi, sigue ...— gritó una y otra vez.— ¿Quién te posee, en corazón y alma? ¿Me perteneceras, te entregaras completamente a mi? —demandó él.— A ti, te pertenezco. ¡Sólo a ti! —juró ella, en medio de gritos desmadejados.Sus cuerpos chocaban audiblemente, el sudor cubriéndolos con un fino brillo. — Córrete para mí —ordenó él. — Ven, córr
La dejó durante varias horas, y al volver parecía salvaje y peligroso. Inmediatamente tomó su cuerpo como una bestia, enterrándose despiadadamente fuera y dentro de su sexo por muchas horas.La atracción entre ellos era muy fuerte, pero, debido a su extraño comportamiento durante los días anteriores ella comenzaba a sentirse, bueno… nerviosaEl sexo con él era cada vez mas salvaje, no era que no lo disfrutara prueba de ello era que había tenido tantos orgasmos que ya había perdido la cuenta, e Nikolas nunca parecía cansarse de provocárselos. Era como tener su propio dios del sexo disponible veinticuatro por veinticuatro. La había follado en cada orificio, su sexo, su boca, incluso su trasero, un lugar en el cual ella nunca había sido tocada pero él aún quería más y más de ella. En los pasados dos días raramente habían hablado. Habían estado demasiado ocupados follando hasta volverse locos. Annett lo amaba descubrir la magnitud de sus sentimientos la conmosiono durante unos
— Lo siento, pero no tengo palabras para decirte esto , ni se si para ti tendrá sentido. Nunca se lo he dicho a nadie, nunca he tenido que hacerlo. Mi gente rara vezinteractua con humanos, somos autodidactas y autosuficientes, por esa razon, los de mi clase tendemos a mantenernos aquí en el bosque, siempre lo hemos hecho. Eso no quiere decir que los de tu clase no sepan sobre nosotros pero solo conocen la fachada que se les han mostrado de un asentamiento de una comunidad autosustentable que vive de la energia renovable y ecologica. Ademas que cuando ha habido alguna acercamiento siempre los ancianos han asumido la tarea de interactuar con las visitas. Asi quesin mas rdeos te lo voy a decir porque si sigo no creo que sea capaz de decirlo. Annett no soy como tú, soy… distinto.— Hablas como un loco —exhaló ella. — Y me estás asustando.Él dijo una palabrota en ruso, recorriendo con una mano su oscuro pelo. — No poseo conocimientos suficientes del inglés para decirte lo que soy. Per
Los ojos de Annett estaban muy abiertos. La sensacion que sintio todo el rato desde que llego al bosque habia sido el todo el rato. — ¿Cómo puede ser eso? No es posible. Estoy asustada por ti, Nikolas. Te amo, pero esto… —la voz de ella se desvaneció como si cayese en la cuenta de la oscuridad que les rodeaba. Los ojos de Nikolas resplandecieron, como esmeraldas en las sombras—Me puedes mirar mientras cambio. —Su voz fue ruda y gutural. — Saldré después, a cazar con mi manada, pero estaré de vuelta al amanecer. Si consideras que no quieres verme otra vez, deja la puerta principal cerrada con llave y puedes irte. Enviaré alguien a buscarte y llevarte lejos de aquí. Te dejaré ir, pero te extrañaré. —Su voz se interrumpió, la tristeza traspasando cada palabra. — Te amo, eres mi complemento, quiero que nos des una oportunidad no solo a mi sino a mi lobo y a mimundo, es mucho por asimilar, pero recuerda que si decidees quedarte estare a tu lado en cada paso que demos juntos...
Pasó la noche escuchando el aullido distante de los lobos. Su mundo había cambiado para siempre. Estaba enamorada de un hombre lobo, emparejada con él, tal vez algun dia tendria a sus hijos, no sabia cuales serian las posibilidades de que sus bebes fueran como su papa pero estaba segura que le encantaria descubrirlo. Por siempre unida a él. Se imaginaba que la vida con Nikolas nunca sería aburrida, y se rió a través de las lágrimas que corrían por sus mejillas. Aunque había mucho más que discutir entre ellos, Annett estaba ansiosa por dar la bienvenida a su amante cuando volviese.Ella era suya, y él era de ella. En todos los aspectos… para siempre, se pertenecian el uno al otro. La desicion que su hombre le habia dejado estaba hecha, amarlo era algo que no pudo evitar y pasar su vida con el solo era parte del camino, estaba segura que seria en camino largo y maravilloso, tendrian sus altas y bajas como cualquier pareja pero al final del dia lo que importaba era cuanto se queria
Nikolas se movió contra ella, y Annett repentinamente se dio cuenta de su desnudez.. Enredó sus piernas alrededor de su espalda, haciéndolo gemir.— Te extrañé anoche, ya no puedo dormir si no estas junto a mi, no se que pasara cuando tengas que ir a correr con tu gente el mes que viene —murmuró ella.Nikolas dejó escapar un pequeño aullido y levantó su camisón con manos ásperas. — Haré un intento para no ser rudo, pero es así de duro al poco tiempo después de un cambio.— Se rudo. No me importa. —Sus palabras fueron veloces con su naciente excitación.Oír esas palabras pareció disolver el poco control que él había mantenido. Gruñó y sacó a tirones la ropa del cuerpo de Annett, haciéndola quedarse sin aliento. Su boca bajó con estrépito hacia la de ella, hambrienta y exigente. Ella sintió la raspadura de sus dientes y aceptó gustosa el beso.Las manos del hombre estaban por todas partes sobre ella, y su boca las siguió rápidamente. Su pelo, más largo después del cambio, cos