Tras aquel susto, Sofía y sus madres volvieron al apartamento luego de dos semanas en la clínica, se sintieron felices de volver a su hogar con su hija, pero en algún momento de desesperación, Fara dijo a Gretel que quizás Dios las estaba castigando por haber concebido una hija de una manera diferente a la tradicional, sin embargo Gretel la tranquilizó diciéndole que si a Dios le molestaran las personas gays y todas aquellas de distintas preferencias, no las hubiera creado.
-No dice la biblia que todo lo creó Dios ¿Por qué debes de sentirte culpable de tu orientación?-Quizás nos está castigando por medio de nuestra hija – continúo diciendo.-No Fara, no es eso. Solo pasó.-¿Por qué nosotras? – se preguntó abrazándose a Gretel.-Supongo que hubiera sido cruel en alguien sin recursos.Sofía recibió toda las atenciones de sus madres, que se desvivieron por cuidarla, casi se volvían locas cuando ella trataba de hacer cosas que anteriormente hacía antes de ser intervenLeslie estaba esperando sus empanadas de carne molida, hacía mucho que no comía unas, su abuela era quien las preparaba, pero tras su muerte, Leslie había dejado de comerlas y de intentar hacerlas, sin embargo aquella tarde le fue imposible que el olor a fritura no le tentara a comerlas, espero varios minutos a qué estuviera su orden y cuando al fin se las entregaron, Leslie vio acercarse a dos mujeres con una niña cogidas de la mano, a ojos de Leslie ese no era el tipo de mujeres que solía concurrir por ese tipo de lugares, de igual manera Leslie se aparto de su camino al pensar que ellas se dirigían a pedir, pero las mujeres se detuvieron justo delante de ella y la miraron de pies a cabeza con tal descaro que Leslie se ruborizo enseguida y quiso escapar de ellas, más no pudo porque Gretel le sujeto del brazo.-¡Espera! – la detuvo Gretel para que no huyera.-Perdón por molestarte – está vez le hablo Fara con suavidad a Leslie que parecía estar asustada.A Fara le ma
Pero antes de que Leslie tuviera tiempo de responder, le dejó caer cera caliente por el abdomen, Leslie dio un respingo y gimió por lo bajo al sentir el líquido derramado sobre ella y cuando la cera se enfrió, dos pares de manos retiraron la ahora cera cuajada y fría, su piel estaba tan sensible que el más mínimo roce la hizo estremecer, Gretel y Fara le acariciaron con sus dos manos con lentitud, una mano tras otra.-Ves – dijo Gretel – ¿acaso no se siente bien?-Si – respondió en voz baja.De pronto Leslie se vio de a poco rociada de pringas de cera, casi todo su cuerpo fue bañado y lo peor era que no podía moverse, ni tocar a ninguna de las dos, solo se dedicaba a recibir castigos y caricias, Leslie se dio cuenta que era ahora un pedazo de carne sensible, deseoso de que esas dos mujeres se dieran prisa en apagar el fuego que crecía cada vez más entre sus piernas.-¡Oh! ¡vaya! – exclamó Fara cuando su mano llego al sexo de Leslie – alguien está muy excitada – dijo reco
Leslie la miro en silencio, no podía creer lo que escuchaba ¿Por qué dos mujeres como ellas le hacían una propuesta como aquella? Se preguntó, si ella no poseía nada, ni les creía eso de que fuera hermosa, seguramente ellas solo la querían para el mercado de trata de personas ¿porqué alguien tan de repente se acercaría para cambiarle la vida como en un cuento de hadas? En el fondo debía de haber algo turbio, no todas las personas son lo que aparentan ser.-¿Por qué están ofreciéndome esto? – pregunto Leslie, tras un largo rato observándolas.-Entiendo que seas desconfiada, yo también lo estaría – dijo Gretel con tranquilidad – pero no debes de desconfiar de nosotras, lo que te estamos proponiendo es real y serio, ambas a demás de ser modelos, tenemos una agencia en la cuál reclutamos modelos, personas como tú, que no necesariamente tuvo que crecer en este ámbito.-Si desconfías – intervino Fara – puedes investigar sobre nosotras – le entrego una tarjeta de presentación con
Leslie se sentía feliz aquella mañana, parecía que su vida comenzaba a tomar un rumbo diferente después de tantos años. Pedir su renuncia no fue algo difícil ni complicado, después de un breve papeleo solo debía esperar a que le dieran un pequeño finiquito, una vez fuera de la fábrica se dirigió a la dirección que Fara y Gretel le habían dado, pero al irse acercando al lugar citado se dio cuenta de que en vez de dirigirse a un edificio, estaba entrando a una zona de casas y mansiones enormes, cuándo dio con la que le indicaron, algo tímida llegó a la enorme y detallada puerta de la gran casona, alzando la vista busco el timbre y tras encontrarlo toco, esperando pacientemente a que le abrieran y como supuso, no le abrió ni Gretel ni Fara, sino una empleada de la casa.-Buen día – saludo Leslie.-Buen día ¿en qué puedo ayudarle señorita?-Estoy aquí porque me han citado las señoras Fara y Gretel.-¿Usted es Leslie Pena?-Si, así es.-Pase.La mujer la hizo p
Fara le arrebato los zapatos y no discutió más con ella, Fara intuyo que estaba acostumbrada a estar sola y acicalarse por si misma, que tal vez sentir dolor era una forma de autocastigarse.Gretel volvió con una cajita de curitas y entre las dos comenzaron a cubrirles las peladuras, Leslie se sintió extraña de que aquellas dos hermosas mujeres tuvieran semejantes atenciones para con ella, pero se dejó hacer porque ambas mujeres le gustaban y la única manera de poder tener un poco de su tacto era de esa forma.-Creo que ya quedó lista señorita – dijo Gretel con una brillante sonrisa que desconcertó a Leslie.-Gracias, no quiero darles molestias. Van a terminar fastidiadas de mi.-Pero que dices – expresó Fara también dedicándole una sonrisa que dejó a Leslie sin aliento – deja de preocuparte tanto.Leslie se fue a casa sintiendo que cada vez que entraba a esa enorme casa era como entrar al cielo, aquellas dos mujeres era demasiado amables y preocupadas por ella,
Gretel diviso las fotografías que había en la pared, en tres de ellas había una familia compuesta por papá, mamá e hija, Gretel al mirar más detenidamente descubrió que la pequeña que estaba allí era Leslie, una Leslie de tres años en una, en otra de unos meses de nacida y la última de cuando tenía unos cinco o seis años, después había otras en las que aparecían unas personas mayores, estos tenían un aire a la mujer de la foto, así que enseguida sumo dos más dos y se dio cuenta de que aquellos eran los abuelos de Leslie y su madre también fallecida, el hombre, su padre casado de nuevo y la niña, una Leslie huérfana sin amigos, ni más personas a su alrededor.-Mis padres y mis abuelos maternos – le informo Leslie detrás de Gretel quién dio un respingo al escucharla hablar, la había asustado – a mis abuelos paternos no los recuerdo, solo los vi una vez cuando vinieron al funeral de mamá.-¿Ya murieron?-Eso creo, no es que hablemos mucho papá y yo después de que se casara.
A Leslie no le había preocupado que la señora Funez le pidiera dejar el sótano, con dinero en sus manos era más fácil conseguir un lugar menos frío y oscuro que ese en el que vivía, además sentía que ahora podía hacer cualquier cosa, ser guapa le servía de mucho, nada se le negaba a una mujer con belleza y dinero, jamás había deseado tener o ejercer poder, solo había deseado tan solo un poco de lo que hay en el mundo y por ahora estaba obteniendo un poco de aquello, aún le faltaba el más importante, uno que tal vez pudiera cubrir su falta de cariño de su madre muerta y de un padre ausente, Leslie quería un poco más, Leslie quería tener algo como lo que tenían Fara y Gretel o si se pudiera, ser ella parte de aquél matrimonio, de aquella familia lesbomaternal.-Parece que no te preocupa – comento Gretel.-La verdad es que no – respondió Leslie con un encogimiento de hombros.-¿Tienes a dónde ir ahora? – pregunto Fara en tono pícaro dejando en claro a qué se refería.-No –
Mientras Leslie yacía ajena a todo en una cama de hospital, Gretel la observó dormir, no podía evitar que le fascinara y que su corazón se sintiera de nuevo como el de una adolescente cuando miraba a Leslie caminar, sonreír o posar, era algo inexplicable para Gretel, ya que a pesar de sentir atracción por Leslie, aún se sentía deseosa de su esposa y el deseo era mutuo.Más no obstante Leslie era algo nuevo y diferente, tan apoteósico que se le cruzo por la cabeza hacerle el amor a Fara y a Leslie a la vez, tenerlas a las dos en la misma cama, fue un pensamiento tan descabellado que seguramente tanto Leslie como Fara la tomarían como una loca y pervertida, pero ahora ese era su más ferviente deseo.-¿Cómo te sientes? – le pregunto Gretel a Leslie cuando abrió sus bonitos ojos y dejo que tomara más conciencia – estás en el hospital – le informo antes de que se pusiera ansiosa.-Me siento bastante grogui – confesó Leslie – creo que me han dado suficientes sedantes