He pasado una noche más liado a Lazzarini que cualquier otra vez, no entiendo como logra derrumbarme y matarme con solo una noche de sexo. Hemos follado toda la noche hasta que me quede dormido, mi hombría es frágil cuando de él se trata. He despertado solo como la primera vez, se ha marchado temprano con Fiorella pero me ha dejado un mensaje en el móvil disculpándose y prometiendo que va a compensarlo. No estoy pidiéndole nada pero espero que sea algo bueno.Leila está destruida y yo también pero ambos por diferentes razones. Me duele el culo pero voy a tolerarlo, Leila en cambio esta con un dolor de cabeza horrible. Nos hemos quedado en el club pero debemos irnos ya. Lazzarini ha dejado un auto abajo para que nos llevara hasta el hotel y el mismo para llevarnos a Imola aunque Leila quiere viajar en bus porque quiere aprovechar para conocer Italia.—Nena, puedo ir solo si quieres seguir descansando. —le digo mirándola, mordisqueo un pan con mantequilla.—¿Cómo es que estas bien? Tien
—¡No voy a correr la puta curva a más de la velocidad permitida! —gritó exasperado después de escuchar la estrategia del chico que asegura saldrá a la perfección porque ha sido probada en el simulador.¿Tiene una puta idea de lo diferente que es un simulador a una pista real?—Señor Kasper mi intención es ayudarlo pero hemos pasado toda la mañana intentándolo por más que continúe no va a lograrlo si continuamos de esta manera.Termino cabreándome más de lo que he estado toda la mañana, enciendo el motor otra vez saliendo de ahí a lo que da el motor. Necesito estar lejos de este chico antes de darle una golpiza, no sé quién demonios se cree que es pero estoy seguro que no esta ayudando en nada.Puede ser que también sea mi culpa pero ese chico no da soluciones que sean lógicas, no puedo solo acelerar el auto en una curva, la tierra podría hacerme una mala jugada y si pierdo el control del vehículo será un golpe a mi orgullo y vida innecesario. Me alejo todo lo que puedo, todo lo que mi
La llovizna no es intensa, aceleró el auto tratando de regresar antes que pueda complicarse. Me muevo por las curvas de mejor manera y aunque no es a una velocidad profesional, la táctica que había pensado comienza a funcionar.—¡Maldita llovía! —gruño cuando el vidrio está muy empañado.Pongo el aire acondicionado a tope, el flacucho se queja y si estoy seguro que este trabajo no es para él.—Practicar con lluvia puede ser ventajoso. —sugiere.—Devoni hazme el puto favor de cerrar la boca. —gruño pasando un hueco de lodo, maldita sea, lo que me faltaba que se hagan huecos de lodo.La llovizna se convierte en un fuerte chubasco, disminuyó la velocidad pasando las cuervas cerradas que con la lluvia y en la oscuridad me parecen más angostos. Me arrepiento de haber cambiado la 4x4 por el sedan, este maldito carro puede detenerse en cualquier segundo.Las siguientes vueltas de regreso resultan un agobio, puedo ver al flacucho temblar. Me quito la chaqueta que llevo como puedo para que no
Ha sido un día demasiado largo, voy a ducharme y a dormir, mañana es el último día que me doy para poder solucionar esto. Dejo el móvil que se ha mojado sobre la cama, dispuesto a olvidarlo pero en un juego irónico de la vida. Observo mi abdomen con una de las marcas de Lazzarini por lo que suspiro pensando si llamarlo o no, quizás una llamada a lo gay no estaría mal. Ya es madrugada, Lazzarini ha dicho que puedo llamarlo a cualquier hora.Solo llámalo, Kasper. No es la gran cosa, un corto intercambio de palabras no gay y ya.Termino llamándolo pero no contesta, no me siento decepcionado ni nada por el estilo. Seguramente esta dormido. Ahora si se enfurece porque no lo llame es completamente su culpa por no contestar. Envió un corto texto diciéndoselo, debe bastarle y no podrá cabrearse, si lo hace me importa poco.Vuelvo a tirar el móvil, mi instinto hetero-gay me detiene. Debe ser el cansancio porque lo cojo otra vez para intentar llamarlo. No contesta y con eso sólo me recuerdo que
Hemos dormido juntos, de manera literal, dormirnos en la misma cama sin hacer absolutamente nada raro. Ahora mismo, me sostiene de la cintura, como aquella vez, me limito a escucharlo respirar cerca de mi odio. No me muevo observándolo, no creo nunca haber dormido con una persona de esta manera, ni siquiera con Leila porque tiende a convertirse en ninja y tirarme de la cama. Ayer no hizo o dijo nada más, se limito a hablar de cualquier cosa, o secar mi cabello, mi cuerpo, frotó mi pecho y barbilla con ungüento juzgando en silencio las marcas que me ha dejado el accidente que fue exageradamente leve. Nos llevó a la cama, acariciando mi mano, mi cuerpo y aunque la sensación no me incomodo, él no intento hacer nada más que dormir a mi lado. No hice ningún intento por llegar a él, o preguntarle porque había dejado la Toscana para venir hasta aquí. Estoy imbecil. No debería seguir con esto. Me muevo soltándome de su brazo pero él vuelve a sujetarme, observo su rostro pero esta dormido.
—¡Bien! ¡Sí, maldita sea! ¡Soy un Dios! Detengo el auto celebrando desde el interior, finalmente lo he logrado probando que soy un campeón y que ninguna pista va a interponerse entre esa copa y yo. Me he perfeccionado y superado a mi mismo, viajar hasta Imola ha sido un éxito y la mejor decisión. —Felicidades señor Kasper, ha roto su propio récord después de cinco días intentándolo. —Eres insoportable flacucho pero siendo hoy el último día que te veré la cara, voy a pasarlo de largo. —Se equivoca señor Kasper, el señor Rasey me ha designado su asistente personal ya que he logrado que este viaje sea un éxito. —casi meto un dedo en mi oído para verificar que esté trabajando bien. ¿Ha dicho que esto ha sido gracias a él? —Este récord, este impresionante tiempo ha sido gracias a mi. Devoni. No tienes ni la menor idea de lo que ha requerido mi cerebro concentrarse en ese maldito fango. —el chico palidece cuando se lo digo. Tranquilízate Kasper, solo tú tienes idea de lo que has pasa
Todo este circo que mis padres están haciendo para el cumpleaños de Gian me parece absurdo, por Dios, si es solo un niño de ocho años. No necesita este gran evento con flores, comida extravagante y alcohol. No debería de haber alcohol aquí. Es mi casa pero parece que soy uno mas de los invitados, no reconozco nada, La cabeza me está doliendo y cada cabreo extra que estoy teniendo no esta ayudando para nada. Los últimos días han sido un infierno y todo ha comenzado desde el viaje a la Toscana. Desde un inicio sabía que algo estaban tramando, solicitarnos una reunión con ellos sin posibilidad de negarnos era una evidente estrategia para decidir por ellos mismos como debemos llevar nuestra relación. Fiorella y yo no hay ninguna relación, no puede haber ninguna por motivos evidentes que es ella interesada en otra persona y yo perdidamente lidiado con un hombre. Mucho menos ahora que he podido ver un poco de esperanza en mi relación con Kasper. No estoy imaginándolo, se que muy dentro
Gian se mira al espejo como diez veces antes de darse el visto bueno, lo he peinado y puesto el traje azul marino que esta perfecto en él. Me mira con sus enormes ojos oscuros, no ha dicho nada pero se que algo está pasando por su cabeza. —¿Hay algo que quieras decir? —mueve la cabeza asintiendo. —¿Vas a decirme? —No lo sé. ¿Hay algo que tú quieras decir, tío Fausto? —remarca sus últimas palabras con un tono de voz acusador.Venga, ahora de que va este pilluelo. Muevo la cabeza negando y él resopla, se da la vuelta caminando hasta la puerta dispuesto a salir. Meto una mano en mi bolsillo sacando la cajita con su regalo de cumpleaños. Puedo entenderlo aunque trate de ocultar lo que quiere. —Gian. —el pequeño se detiene para mirarme, todo enfurruñado. —Feliz cumpleaños número ocho. Le extiendo la caja para que pueda verla, sus ojos se encienden, echándose a correr con los brazos abiertos para abrazarme . —¡No lo has olvidado! Están haciendo una fiesta para él, me lo ha repetido ci