Lucca soltó a Alondra, observó por un momento a Valeria, la ojeó de pies a cabeza y no pronunció palabra alguna. Su conversación la destinó a Alondra.
—Pequeña ¿Te vienes? —La interrogó con dulzura. Alondra lo miró sorpresivamente: "Acaso su suegro era suicida, veía lo molesta que estaba Valeria, pensando lo peor de ellos y salía con ese tono de voz susurrante. De verdad que si no estaba loco, estaba llegando", pensó.
Valeria se quedó observando a Lucca mientras se retiraba y sus ojos se humedecieron producto de las lágrimas que empezaron a salir. Alondra la sostuvo firme y con una voz que sonó más fuerte de lo que le hubiese gustado y expresó: — ¡No se le ocurra llorar aquí! Y tampoco seguirlo. Alce su frente, írgase como si fuese una reina y camine con elegancia, que nada la perturbe y mucho menos permita que el señor Lucca la vea llorando y sufriendo por él ¿Me entendió? —Valeria se quedó observando a Alondra sorprendida por sus palabras.
A Valeria los nervios hicieron que le sudaran las manos, mientras trataba de que su cerebro decidiera rápido: “Quien carajo me habrá mandado a meterme en esto, todo por hacerle caso a Alondra”, pensó en el momento que sintió una patada en sus pantorrillas y abrió los ojos sorprendida.—Valeria el señor… Disculpe—. Se interrumpió Alondra—. ¿Cómo dijo que se llamaba? —Aunque su rostro le era bastante familiar.
Alondra y Valeria llegaron al departamento de la primera, durante su trayecto no se dieron cuenta de que estaban siendo seguidas, ambas hablaban animadamente sobre la velada que habían tenido.—Alondra, casi sufro un desfallecimiento cuando ese hombre me invitó a bailar, te juro que me sentí como si estuviese traicionando a Lucca—. Confesó Valeria con preocupación.
Lucca subió a la suite de Alexa, apenas llegó a la puerta, la mujer lo recibió con un par de copas en las manos, lo escaneó de pies a cabeza y se quedó observándolo con una mirada seductora mientras mojaba sus labios con la lengua, no pudo evitar regresarle el escrutinio que ella hizo con él.Su cuerpo apenas estaba cubierto, lucía un vestido bastante transparente, dejando muy poco a la imaginación, sus hombros descubiertos revelando
Cuando observaron, se trataba de Leonardo iba acompañado de tres hombres y dos mujeres, pero al verlas se levantó inmediatamente del asiento y fue a su encuentro a saludarlas.— ¡Qué agradable casualidad es verlas!—Exclamó contento y prestando especial atención a Valeria pronunció sin dejar de observarla—. Es un deleite poder mirarla, no me cansaría nunca de hacerlo, su hermosa cascada en tono rojizo, es tan hermosa que evoca lo majestuoso de los crepúsculos cuando la luz se dispersa iluminando el impresionante firmamento.
Al sentir Valeria que Alondra dejaba de hablar, pero el teléfono aún seguía conectado, su angustia fue evidente sobre todo al escuchar lo que decían al otro lado, su rostro fue palideciendo por segundos. Lucca al verla tan pálida, la interrogó.— ¿Qué está pasando Valeria? —pronunció con preocupación. ADVERTENCIACAPÍTULO NO APTO PARA PERSONAS SENSIBLES.Los hombres aumentaron la velocidad al divisar el auto que los seguía, pero segundos después los perseguidores pasaron a ser tres vehículos, comenzaron a disparar a los cauchos de las camionetas de los perseguidos, pero para su buena suerte todos los Range Rover, en los cuales se transportaban eran blindados, sin embargo, eso los hacía más pesados y por consiguienCAPÍTULO 15. EL PROTECTOR
Valente sentía la rabia ardiendo en su interior, tomó al hombre que yacía ya muerto encima de la mujer y lo tiró a un lado, guardó su arma y la ayudó a limpiarse de la sangre y de los residuos que había dejado el hombre encima de ella. Mientras Alondra permanecía en completo silencio, parecía como si hubiese perdido la facultad de hablar, él la ayudó a levantarse, le arregló las prendas y le dio su chaqueta para que se cubriera, al verla así quiso abrazarla y reconfortarla, que confiara que mientras estuviera con él nunca le pasaría nada, pero controló sus emociones, no quería asustarla y tampoco despertar sospecha de que ella le interesaba más de lo que los demás imaginaban.