Max. Estaba concentrado en su carta para decidir que iba a comer cuando, las imágenes de su mujer hacer un par de horas atrás invadieron su mente, bajo la carta y la observa detalladamente, aquella mujer era una caja de pandora y a decir verdad ella iba a ser su talón de Aquiles. Juliet sintió la mirada de su marido encima de ella.— ¿Qué ocurre porque me miras así? — pregunto.— ¿Cómo te estoy mirando? — respondió con otra pregunta.— Así, me siento intimidada. — Max. Ríe con ganas como nunca lo había visto y ella aquello la hizo feliz, se veía hermoso, hipnotizada, Juliet no lo perdió de vista.— No creo que yo te pueda intimidar amor. — le aseguro él.— Me gustaría que siempre sonrieras así. — Max. De inmediato se puso serio.— ¿Cómo así? Me estoy riendo normal — dijo Max.— No, es la primera vez que te veo hacerlo desde tu ser. — Max. Volvió a quedar sorprendido, acaso aquella mujer podía ser más perfecta.— Tú me haces feliz, Juliet — Aquello sí lo dijo muy sinceramente, con el
Max. Se levantó temprano como de costumbre y al salir del baño se topó con la mejor vista que ha tenido en su vida, aquella mujer lo traía totalmente loco, verla dormir con la espalda y sus muslos descubiertos hacía que se replanteara su hábito de salir de la cama tan temprano. Se acercó a la cama sentándose en ella para luego baja sus labios a la espalda de la mujer.— Despierta dormilona. — Juliet se removió quejándose apenas.— Odio que te levantes temprano y me dejes sola. — él sonríe y sigue besándola.— Porque tengo una empresa que manejar mi vida. — Repartiendo caricias por toda la espalda. Su mano se fue perdiendo dentro de las sabanas hasta llegar a la redondez de sus nalgas.— Si quieres llegar temprano, mejor retira tu mano. — Max. Ríe con ganas.— ¿Me estás amenazando? ¿Qué pasa si sigo bajando? — moviendo la mano hacia su centro. — A mí esto me resulta muy placentero y no me importaría llegar tarde hoy, ¿Quieres que siga? — Juliet respondió dándole mayor acceso y Max. Jad
Después de unos minutos, Max. Se sentó en su escritorio y revisó las fotos y reportes que Karen había dejado. Sentía una mezcla de ira y preocupación por el contenido y las amenazas veladas.Decidió tomar medidas inmediatas para proteger a Juliet y a sí mismo. Llamó a Andrés su abogado y le explicó la situación, proporcionándole toda la información relevante. También contactó a su equipo de seguridad para aumentar la vigilancia en su empresa y en su hogar.Mientras esperaba a que su abogado llegara, Max reflexionó sobre cómo Karen había logrado infiltrarse en su vida de nuevo. Recordó los errores del pasado y se prometió a sí mismo ser más cuidadoso en el futuro.Cuando su abogado llegó, Max discutió un plan de acción detallado para proteger su privacidad y la de Juliet. Se aseguraron de tomar medidas legales contra cualquier intento de chantaje o difamación por parte de Karen.— Tu preocupación va más allá de que tu esposa se entere de la verdad, temes por su vida. ¿Te has preguntado
Carla en el momento de que abrió la puerta se arrepintió, no le quedo de otra que hacerle frente a la persona que estaba delante de ella.— ¿Qué haces aquí? — pregunto Carla.— Necesitamos hablar. — la voz de Eloy salió ronca.— ¿Necesitamos? Yo no lo necesito, me quedo muy claro todo y decidí seguir y dejar eso allá y en el pasado, así que por favor vete. — termino diciendo para cerrar la puerta, pero Eloy metió su mano para evitarlo, haciendo presión termino por abrirla e ingreso al apartamento. — ¿Qué haces? Vete de mi casa, no tienes ningún derecho a entrar de esta manera. — Carla lo miro desafiante.— No me voy a ir hasta que hablemos. — Eloy también mantuvo su postura.— Está bien, dime, ¿qué quieres? — cruzando los brazos a la altura de sus pechos, movimiento que captó la atención del hombre y se distrajo por unos segundos para luego tragar grueso y volver a verla a la cara.— Fui muy grosero contigo, yo quiero disculparme. — Eloy, estás mintiendo, eso no era lo que ibas a deci
Maximiliano y Juliet se encontraban en un momento de calma y plenitud en su relación, disfrutando de la tranquilidad de su hogar mientras compartían sus pensamientos y emociones. — ¿Cómo te fue hoy en la empresa? — preguntó Max, entrelazando sus dedos con los de Juliet mientras estaban acostados en el sofá, mirando el techo pero abrazados. — Nunca pensé que me gustaría tanto trabajar con mi padre. Amo cada proyecto, es una emoción tan grande. — Maximiliano sonrió, su mirada reflejaba orgullo y admiración hacia su esposa. — Tengo una esposa muy inteligente. Sé que todo lo que hagas va a tener mucho éxito. Te felicito, mi amor. — Max le dio un tierno beso en los labios, sellando sus palabras con cariño. Mientras la pareja vivía su idilio de amor en su hogar, fuera de su refugio algunas personas tramaban planes que amenazaban con perturbar su felicidad. Eloy seguía tras las pistas para descubrir los secretos que Maximiliano ocultaba, motivado por el padre de Juliet y quizás también po
¿Qué podía hacer con toda aquella información? ¿Por qué le ocurrían esas cosas a ella? Tiro el sobre con su contenido al piso con rabia y se cubrió el rostro con sus manos, soltando un gemido adolorido.Max. Le había escrito a Juliet, pero no había obtenido respuesta, marco el número y fue directo a buzón, aquello le pareció muy extraño piso el acelerador para llegar rápido a su casa.Después de un rato, estaba abriendo la puerta y la casa estaba toda oscura, encendió la luz principal y pudo notar que Juliet estaba sentada con el sofá con las manos entre sus piernas y la cabeza apoyada en el respaldo.— ¿Amor? ¿Qué ocurre? ¿Te paso algo en la empresa? — Acercándose rápidamente a ella, cuando quiso tomarle la mano esta se apartó con movimientos bruscos. — ¿Qué pasa? — volvió a preguntar.— Esto es lo que pasa. —Agarrando nuevamente el sobre, colocándoselo en el pecho, Max. Lo tomó y miró las fotos una a una, maldiciendo mentalmente, cerró los ojos tratando de controlarse. — Te pregunté
Juliet estaba intentando concentrarse en su trabajo, pero por primera vez no se sentía con ánimo para realizar nada nuevo. Su mente proyectaba una y otra vez las imágenes que le habían llegado el día anterior: las escasas palabras de su esposo y la distancia que había mantenido durante la noche al no dormir con ella. Aunque escuchó sus palabras cuando fue a buscarla a su habitación, algo volvió a surgir en ella: la duda. Recordó el día de su boda, cuando Valeria le reveló que ella y Maximiliano eran amantes desde hacía mucho tiempo.Por miedo a fracasar nuevamente en el amor, Juliet había dejado pasar esa situación y le había dado otra oportunidad a Maximiliano. Sin embargo, su manera agresiva de tratarla y la indiferencia que mostraba cada vez que surgía un problema la llevaban a pensar que había sido un error casarse tan rápido.Sentía que Maximiliano volvería a romperle el corazón, pero esta vez dejaría huellas imborrables, porque ahora sí sentía amor. Estaba perdidamente enamorada
Juliet y Maximiliano se encontraron solos en la habitación, el silencio se volvió tangible y pesado. Juliet, con determinación, limpió sus lágrimas mientras miraba a Maximiliano con una mezcla de dolor y enojo.— ¿Qué haces aquí? ¿No habíamos acordado algo? — Max preguntó, visiblemente molesto— Contigo todo cambia día tras día. Desde que nos casamos, siento que estoy caminando sobre arena movediza. — Juliet tomó aire, consciente de la verdad en sus palabras.— Te entiendo, pero somos un matrimonio. No puedes salir corriendo al primer problema que enfrentamos. — Maximiliano suspiró, sintiendo el peso de sus propias acciones.Juliet tomó su bolso y sacó unas fotos, entregándoselas a Maximiliano. Este sintió que el mundo se desmoronaba a su alrededor al ver las imágenes de cuando fue a ver a Karen aquella mañana.— No es el primer problema. Tienes una relación con esta mujer y sigues negándolo. ¿Qué más quieres de mí? No puedo aceptar esta situación. — Maximiliano miraba las fotos, dánd