—¡Estefan! —Alex se acercó al cuerpo poseído de su hijo—. ¡Tienes que luchar para que el demonio no te controle!
Alex dejó de caminar quedando totalmente petrificado. No podía moverse.
—¿Este es el gemelo cierto? —hablo Abaddon—. El cuerpo que debí poseer…
—¡Yo te selle en el infierno! —Alan se elevó con sus alas, aterrizando enfrente de Estefan—. ¡Se supone que no debias poseer otro cuerpo!
—Tu sello sirvió en este cuerpo —señaló a Alex—. Pero su descendencia prácticamente me abrió las puertas desde que se concibió, la madre te odiaba tanto que fue fácil fort
Camino por los jardines del palacio, miró a Angel lanzarle una pelota en la cabeza a Junior, este le mostraba sus colmillos de vampiro y se lanzó a atacar. Mientras la pequeña Liana se reía de cómo los dos peleaban entre sí. Gabriela estaba sentada sobre una larga manta sobre el pasto, nunca se había detenido a ver lo bonita que era su gemela, traía un vestido blanco sin mangas con estampado de flores amarillas, siempre le había gustado hacerse peinados elaborados y elegantes. Bael arrancó algunas flores pequeñas de un arbusto cercano y se acercó a su hermana sentándose a su lado, le colocó las pequeñas flores sobre su peinado y con sus dedos acomodo algunos cabellos que se le escapaban, Gabriela le sonrió coquetamente. Bael entendía porque Gabriela traía loco a medio reino, ella era realmente una belleza, a difer
Bael pateó una y otra y otra vez, sabía que se regeneraba así que tenía pase libre para golpearlo como quisiera.—Basta —Estefan se acercó por detrás de él—. Tu demonio está a punto de dominarte y eso hará que posiblemente el mio salga, nadie quiere que mi demonio salga.—¿Al menos pueden decirme por qué me golpean? —Jose levantó un poco la cabeza escupiendo sangre.—¿Por qué te golpeó? —Bael estaba fuera de sí—. ¡Te besuqueas con mi hermana a escondidas de la familia como si fueras un maldito ladrón, si fueras alguien decente irías a enfrentar a mi padre como alguien leal y como un verdadero mate! Odette aterrizó colocando a Gabriela en el suelo, vio el desastre que había enfrente de ellas, dos cuerpos que se golpeaban tan rápido que no se podían distinguir quien era quien.—Ve con Liam —Gabriela empezó a estirarse—. Yo me encargo de estos imbéciles.Odette asintió, y voló hacia la casa. Gabriela se acercó corriendo hacia ellos dos, esquivando los rayos y el fuego que invadía el lugar. Llegó en el momento exacto que los dos se abalanzaban el uno contra el otro, apareció en el medio sujetando el puño de Estefan y la pierna de Bael con sus manos y los empujo lejos uno del otro.—¡¿Qué mierda les sucede?!Noto que los doCAPÍTULO 17.-segundo fragmento
Oliver se sirvió un vaso de vodka puro a la mitad y se lo tomó de un solo trago.—Muertos vivientes —dijo evitando la mirada de los demás—. Tu hija jugando accidentalmente soltó muertos vivientes.—Creo que jugar no sería la palabra correcta —Acotó Dylan con un tono de voz jocoso—. Se estaban matando los tres angelitos en el jardín de los Green.—Muchas gracias por aclarar sin que te preguntaran Dylan, tú siempre queriendo apaciguar las cosas —Matt notó que la vena del cuello de Oliver, parecía querer explotar—. Pero el punto aquí , ¡Es que Gabriela tiene los poderes más aterradores que he visto hasta ahora! La sintió.Podía sentir su mirada sobre él.Podía sentir su ira.Temía abrir los ojos.Pero de igual manera los abrió, porque en algún momento tenía que enfrentarla. Cuando lo hizo , se sintió mortificado, pensaba ver a Gabriela fulminándolo con la mirada, pero se llevó la sorpresa de ver a una Gabriela temblando y con los ojos llorosos e hinchados.—Casi los mato —dijo Gabriela con la voz ronca—. ¿Viste las cosas que hice aparecer?, soy... soy un monstruo.Bael se levantó lo suficiente para abrazar a Gabriela, ella estaba sentada en los pie de su cama.CAPÍTULO 18.-primer fragmento
—Hace tanto que no hacías eso —habló Jaime sin dejar de revisar sus documentos—. Han pasado décadas desde la última vez que te escondías para vigilarme.La ventana se abrió, Alan se metió por ella en la oficina que Jaime tenía en su casa.—No te vigilaba en aquellos tiempos —Alan le mostró su sonrisa torcida—. Te cuidaba.—Pero ahora si lo haces —Jaime al fin alzó la vista—. ¿También quieres revisar mi computadora y mis papeles?—¿Por qué no nos contaste? —le recrimino Alan—. Los demás piensan que estás avergonzado, pero yo creo que es algo más, ¿Qué est&a
Theo miró a Noel con aburrimiento, no se había cansado de contar la historia de cómo los lobos sin manada los habían atacado. Miro como el salón de clases estaba expectante de la descripción de su amigo del hechicero que les mandaba. El profesor de esa clases se había ido a la dirección y dijo que se demoraría al menos una hora.Miro como Candace negaba con la cabeza y mientras seguía con su tarea, Lana miraba el cabello de Candace concentrada. Ricardo dormía sobre su carpeta y Zatch asentía a todo lo que decía Noel.El no podía dejar de pensar en una de las pistolas con balas de plata reforzada que tenía escondida en el bolsillo y en todas las armas que estaban en su habitación. Ya habían pasado varios días desde que
—¿No es hermoso? —habló Gabriela bajándose del lomo del lobo de Jose.Jose se transformó, apareció detrás de Gabriela y la abrazó por la espalda haciéndola sonreír.—No conocía esta parte de la isla —dijo Jose besándole la mejilla—. Nunca me había adentrado tanto.—Una vez, Bael y yo tomamos sin permiso las motos de mi papá y mi tío Alex, condujimos como locos hasta que se acabara el combustible y llegamos hasta esta cascada —Gabriela se dio la vuelta abrazándolo—. Es un lugar secreto.Jose acaricio su rostro y la beso animosamente, Gabriela se separó, lanzó su mochila al suelo y empezó