Odette aterrizó colocando a Gabriela en el suelo, vio el desastre que había enfrente de ellas, dos cuerpos que se golpeaban tan rápido que no se podían distinguir quien era quien.
—Ve con Liam —Gabriela empezó a estirarse—. Yo me encargo de estos imbéciles.
Odette asintió, y voló hacia la casa. Gabriela se acercó corriendo hacia ellos dos, esquivando los rayos y el fuego que invadía el lugar. Llegó en el momento exacto que los dos se abalanzaban el uno contra el otro, apareció en el medio sujetando el puño de Estefan y la pierna de Bael con sus manos y los empujo lejos uno del otro.
—¡¿Qué mierda les sucede?!
Noto que los do
Oliver se sirvió un vaso de vodka puro a la mitad y se lo tomó de un solo trago.—Muertos vivientes —dijo evitando la mirada de los demás—. Tu hija jugando accidentalmente soltó muertos vivientes.—Creo que jugar no sería la palabra correcta —Acotó Dylan con un tono de voz jocoso—. Se estaban matando los tres angelitos en el jardín de los Green.—Muchas gracias por aclarar sin que te preguntaran Dylan, tú siempre queriendo apaciguar las cosas —Matt notó que la vena del cuello de Oliver, parecía querer explotar—. Pero el punto aquí , ¡Es que Gabriela tiene los poderes más aterradores que he visto hasta ahora! La sintió.Podía sentir su mirada sobre él.Podía sentir su ira.Temía abrir los ojos.Pero de igual manera los abrió, porque en algún momento tenía que enfrentarla. Cuando lo hizo , se sintió mortificado, pensaba ver a Gabriela fulminándolo con la mirada, pero se llevó la sorpresa de ver a una Gabriela temblando y con los ojos llorosos e hinchados.—Casi los mato —dijo Gabriela con la voz ronca—. ¿Viste las cosas que hice aparecer?, soy... soy un monstruo.Bael se levantó lo suficiente para abrazar a Gabriela, ella estaba sentada en los pie de su cama.CAPÍTULO 18.-primer fragmento
—Hace tanto que no hacías eso —habló Jaime sin dejar de revisar sus documentos—. Han pasado décadas desde la última vez que te escondías para vigilarme.La ventana se abrió, Alan se metió por ella en la oficina que Jaime tenía en su casa.—No te vigilaba en aquellos tiempos —Alan le mostró su sonrisa torcida—. Te cuidaba.—Pero ahora si lo haces —Jaime al fin alzó la vista—. ¿También quieres revisar mi computadora y mis papeles?—¿Por qué no nos contaste? —le recrimino Alan—. Los demás piensan que estás avergonzado, pero yo creo que es algo más, ¿Qué est&a
Theo miró a Noel con aburrimiento, no se había cansado de contar la historia de cómo los lobos sin manada los habían atacado. Miro como el salón de clases estaba expectante de la descripción de su amigo del hechicero que les mandaba. El profesor de esa clases se había ido a la dirección y dijo que se demoraría al menos una hora.Miro como Candace negaba con la cabeza y mientras seguía con su tarea, Lana miraba el cabello de Candace concentrada. Ricardo dormía sobre su carpeta y Zatch asentía a todo lo que decía Noel.El no podía dejar de pensar en una de las pistolas con balas de plata reforzada que tenía escondida en el bolsillo y en todas las armas que estaban en su habitación. Ya habían pasado varios días desde que
—¿No es hermoso? —habló Gabriela bajándose del lomo del lobo de Jose.Jose se transformó, apareció detrás de Gabriela y la abrazó por la espalda haciéndola sonreír.—No conocía esta parte de la isla —dijo Jose besándole la mejilla—. Nunca me había adentrado tanto.—Una vez, Bael y yo tomamos sin permiso las motos de mi papá y mi tío Alex, condujimos como locos hasta que se acabara el combustible y llegamos hasta esta cascada —Gabriela se dio la vuelta abrazándolo—. Es un lugar secreto.Jose acaricio su rostro y la beso animosamente, Gabriela se separó, lanzó su mochila al suelo y empezó
—Quién diría que estaríamos en la misma clase —dijo Jessy sonriendo ampliamente emocionada—. Y que tengamos la misma edad y que las dos seamos becadas .Leia acomodaba sus cuadernos y libros en su casillero, estaba intentando prestarle atención a la chica nueva y en intentar no caerse por intentar alcanzar un libro que estaba en la parte superior de los casilleros. Una de las cosas que le habían sorprendido de la escuela, eran sus enormes y modernos casilleros.—Yo también me alegro mucho —dijo Leia sinceramente.—Estaba tan aterrada esta mañana cuando llegué a la isla —dijo Jessy acomodando sus lentes—. No tuve una buena experiencia en mi anterior escuela y me habían dicho que est
Restregaba una y otra vez el trapo en el mármol liso y pulido, podía pasar horas ahí limpiando la lápida de Bonnie. Venía más seguido de lo que le gustaría. Pero se sentía tan solo últimamente que no podía evitarlo—Eres patético.Bael suspiro al reconocer la voz que provenía de alguien detrás de él.—¿Qué quieres Estefan?Bael volteo y se asustó cuando vio a Estefan, su querido primo tenía una cara demasiado pálida y con grandes ojeras, también estaba demasiado desaliñado.—¿Y a ti qué te pasa? —¿Qué es lo que está pasando Joon?Bastian lo retuvo del brazo, Joon intentó irse como pudo, pero Bastian tenía más fuerza que él.—Suéltame, todos nos están mirando.Joon noto las miradas curiosas de todo el lugar.—No me importa, vienes con un aspecto terrible, preguntando por el idiota ese ¿Como no quieres que me preocupe?Joon suspiro demasiado frustrado, solo asintió y Bastian lo guió hacia un lugar más apartado. Fueron hacia lo que seguro era una de las habitaciones de la mansión.—¿Por qué estás así Joon?<CAPÍTULO 20.- primer fragmento