Capítulo trece
Capítulo catorce-Xanthos-— ¿Siempre te ríes por tan poco? —la pregunta escapó de mi boca antes de que pudiese detenerla.Ella se echó hacia atrás el pelo mojado.— Una cala escondida, un cielo hermoso y un hombre interesante –dijo flotando sin esfuerzo—. A mí no me parece tan poco. Me he prometido a mí misma que, independientemente de dónde esté o de lo que haga, no volveré a dar nada por seguro.No pude dejar de advertir el tono de tristeza con que había dicho la última frase. El impulso de reconfortarla no era nuevo en mí, pero tampoco tenía demasiada práctica.— ¿Te ha desengañado algún hombre? —indagué.— No. No se trata de un hombre —contestó, cerrando los ojos y confiando su cuerpo al mar—. Cuando mis padres murieron, sufrí tanto que me asusté de la vida. Creo que convertirse en un adulto res
Capítulo quince-Elisa-Atenas no era Oriente ni Occidente. Era carne espetada asándose con especias. Era altos edificios y tiendas modernas. Era estrechas calles sin asfaltar y bulliciosos bazares. Había sido el escenario de batallas y revoluciones. Era antigua, civilizada y apasionada.Creí que me había enamorado a primera vista.París me había seducido; Madrid me había encantado; pero Atenas me había robado el corazón. Quería verlo todo de inmediato, desde el amanecer hasta la noche.Estuve paseando durante toda la mañana mientras Xanthos estaba ocupado en sus reuniones de negocios. El hotel que él había escogido era bonito, pero yo me sentía atraída por las calles y su gente. De alguna manera, no me sentía como una turista más, era como volver a casa después de un largo viaje. Atenas me esperaba para darme la bienvenida.Era increíble. Toda la vida había aceptado los parámetros que otros
Capítulo dieciséis-Xanthos-Pensé que no era normal quererla de aquella manera. No había podido dejar de pensar en Elisa en toda la mañana. Quería abrazarla, besarla, estar con ella. Había comenzado a temer lo que su vida seria sin su presencia.Pero eso no iba a suceder.Rocé sus labios con mis dientes y ella me ofreció su boca, como si la naturaleza siguiese su curso. Lo nuestro parecía tan normal e imprescindible como respirar.No iba a permitir que eso sucediera. Elisa Payton me pertenecía y no importaba de dónde procedía, ni hacia dónde se dirigía; se quedaría conmigo. Y empezaba a enfrentarme al hecho de que yo también le pertenecía a Elisa.Necesitaba un poco de cordura, un poco de lógica. Así que, luchando conmigo mismo, me aparté de ella.Lisa tenía los ojos cerrados y los labios entreabiertos. Un suspiro apasionado salió de ellos cuando abrió los párpados.Tuve que respirar hondo y luego
Capítulo diecisiete-Elisa-Estaba muy nerviosa. Cada vez que me miraba en el espejo, me preguntaba quién era aquella mujer que me devolvía la mirada. No era una desconocida, pero sí una Elisa Payton muy diferente.Tal vez se tratase del nuevo peinado. Mis cabellos ensortijados me enmarcaban el rostro. O quizás se tratara del vestido, un derroche de aguamarina que dejaba mis hombros al descubierto. No, había algo más, algo más que la habilidad de peluqueros, maquilladores y ropas elegantes. Eran mis ojos. La mujer que me miraba desde el espejo era una mujer enamorada.No dejaba de preguntarme qué iba a hacer. Todavía era lo suficientemente práctica como para admitir que algunas cosas no cambian nunca. Pero la pregunta era si era lo bastante orgullosa o lo bastante fuerte como para elegir lo que deseaba y aceptar las consecuencias.Cuando escuché que alguien llamaba a l
Capítulo dieciocho-Xanthos-— ¡Para! —gritó en medio del corredor—. ¿Qué leches te pasa?— Te estoy llevando a un lugar más adecuado para nuestra discusión —argumenté.La empujé al interior del ascensor y pulsé el botón correspondiente a mi piso.— Pero tienes invitados —protestó y sentí que la furia hacía hervir mi sangre. Simplemente la miré y ella respondió envalentonándose—. Prefiero que me pregunten si quiero marcharme antes de que me arrastren como si fuese una mula de carga.Intentó escapar al salir del ascensor, pero de dos zancadas la alcancé de nuevo y la llevé a mi suite.>> No quiero hablar contigo —declaró mientras cruzaba los brazos.No dije na
Capítulo diecinueveElisa— ¡Para! —grité cuando ya había logrado reponerme de la primera impresión—. ¿Qué leches te pasa? —cuestioné mosqueada por su ridícula actitud.— Te estoy llevando a un lugar más adecuado para nuestra discusión —respondió mientras me empujaba hacia el ascensor.— Pero tienes invitados —comencé, pero rápidamente me detuve al verle lanzarme una mirada que me hizo sentir como una estúpida. Aun así, recuperando mi dignidad, me erguí para replicar—: Prefiero que me pregunten si quiero marcharme, antes de que me arrastren como si fuese una mula de carga.Escapé de él y salí corriendo en cuanto se abrió la puerta del ascensor, con la intención de meterme en la suite y ce
Capítulo veinte-Xanthos-No supe cuánto tiempo transcurrió después de ambos nos entregáramos a la pasión; pero poco a poco la consciencia volvió a mí y comencé a analizar fríamente lo sucedido.Me estaba maldiciendo a mí mismo lentamente, obstinadamente. Elisa era inocente, fresca y apasionada…; y era virgen, como la primavera. Me odiaba a mí mismo en aquellos momentos. Sentí que la había usado, que la había herido.Quise desandar mi camino, pero entonces, ella pareció cerrarse en torno a mí y no pude resistirme. Tan desvalido como ella, crucé la línea de la locura y me la llevé conmigo.Enfadado conmigo mismo, me senté y me dispuse a buscar un cigarrillo. Luego razoné y me di cuenta de que necesitaba algo más fuerte; necesitaba beber, aunque no confiaba que mis piernas le sostuvieran.El chasquido de mi encendedor sonó como un cañonazo rompiendo el silencio. Por un instante, mi rostro
Capítulo veintiuno-Elisa-El reflejo de la pasión me atormentaba. Yacía aturdida y confusa en la penumbra de la habitación. Nada ni nadie me había preparado para aquello. Nadie me había advertido que el placer podía llegar a ser tan inmenso.<< Si lo hubiese sabido antes… >>Cerré los ojos e inspiré hondo. Estuve a punto de echarme a reír.Si lo hubiese sabido antes, hacía años que hubiese salido por el mundo en busca de Xanthos. Solo a él.Exhalé un suspiro de calma.Xanthos era el único.<< Solo a él >>, repetí internamente.— ¿Por qué no me lo habías dicho? —su voz interrumpió mis cavilaciones.Aun flotaba en el un océano de placer. Así que me obl