27. ¿Le estaba viendo la cara?
El siguiente par de días, no fue tan distinto para la pareja. Ramsés había prometido a Gala enseñarle a cabalgar y llevarla a la cosecha de esa temporada.
Ilusionada, Gala aguardó a que su marido regresara de la empacadora y ayudó a María en la cocina con la esperanza de que las horas pasaran rápido, también aprovechó para averiguar lo que le había pedido el día anterior, ya con preocupación.
— ¿Crees que le haya pasado algo, María?
Pero María torció el gesto, y aunque de verdad no quería meterse en todo aquello, tuvo que pedirle a una de las sirvientas que le mostrara en el teléfono una fotografía.
— No creo que le haya pasado nada, señora. Digo, no se le viera así de familiarizada con este hombre en un restaurante del pueblo.
Gala frunció el ceño, y al agrandar la imagen, su pulso se detuvo y palideció.
— ¿Qué? ¿Qué es esto… María?
— Esta fue la última vez que la vieron en el pueblo, y cómo usted estaba con el pendiente, una de mis muchachas la fotografió cuando fue por el mandado.
—